Día 13, día de cumpleaños.
Este fue un viaje poco planificado, pero necesario. Mis amigos de tantos años a quienes poco tiempo he dedicado, se afanaron en hacer posible este divertimento.
Viajé por aire un par de horas, me esperaban en el aeropuerto. No terminaban los abrazos y ya estabamos rumbo a una cena. (fue un día loco, ya que viajé tarde porque tenía hora con una bruja que al final se colapsó del corazón y no pudo tener la sesión de canalización que habíamos pactado)
Fuimos al Cotelé, un lugar fantástico en que se podía elegir la carne que se iba a asar y se podía tener la certeza que sería perfecta. Exquisito, buen vino,buena conversación, un deleite.
Un night club algo sórdido y una larga espera de mis amigos en la madrugada (ellos dicen que me esperaban a mí). En fin, nos fuimos a dormir cerca de las 7 de la madrugada.
Almuerzo delicioso en El Paso, visita a la futura parcela de Peter (su sueño) y caminatas varias. Comenzaba a atardecer asi es que propuse comprar algunas cosas y a cocinar.
Salimos a desayunar en una ciudad desierta, costó encontrar un lugar abierto, pero había. Fue un remate para nuestras profundas disquisiciones nocturnas.
Hacia el atardecer, un avión me llevó de regreso a casa.