Tan rápido que pasa el tiempo!!!. Almorzar con mi gran amiga Carla es un disfrute especial que he tenido por más de 20 años. Esta vez la pasé a buscar para ir al Due Torri (Isidora) que curiosamente no habíamos visitado.
Nuestra complicidad de años se pone a prueba fácil, pues al pedir un aperitivo al unísono pedimos Kir Royale. Para acompañar este primer momento, pedimos un appetizer jamón crudo y queso padano, exquisito!!.
Para los fondos, ella eligió un filete salsa pimienta con panache de verduras mientras yo preferí el filete Paillar y papas chaucha, todo lo cual se benefició con una botella de cabernet sauvignon Tabali. Un almuerzo sabroso y lento en que nos pusimos al día tras meses sin vernos.
Cerramos con un buen café negro, como suele ser el rito de la amistad.
Por la noche, al teatro con mi compañera a ver la obra argentina Los Monstruos, con los sorprendentes Natalia Cociuffo y Mariano Chiesa. La relación de padres e hijos retratada de forma genial, no solo por el tremendo guión, una actuación impecable sino también por las exquisitas canciones. Que bien canta Natalia, es sorprendente!!.
Claudio, «padre soltero» de un chico muy extraño. quién frecuentemente lo pone al límite. En cambio Sandra, madre con marido «inútil» y delirios de grandeza lucha con el inusual comportamiento de su hija. Ambos hijos asisten al mismo colegio, tras un periplo por otros establecimientos en donde no tuvieron buenos resultados. La compleja trama nos va adentrando poco a poco, en la poco feliz realidad de los pequeños, ambos tironeados por sus progenitores para satisfacer los parámetros de la normalidad en este mundo anormal.
Como solemos hacer, del teatro a la cena en el Pinpilinpausha (Isidora), restaurante que conocí cuando niño cuando mi viejo me llevó a almorzar al local que hoy ocupa el bar nacional 3 (Matías Cousiño). Buena atención en una noche exquisita y con un tremendo tema de conversación. Como sobrevivir a los hijos sin morir en el intento.
Cenamos, un congrio con costra de ajo sobre cortes de papas que elegí mientras ella eligió unas croquetas de congrio. La mejor combinación con vino fue un pinot noir matetic que resultó fantástico. Tras la pausa larga de esas buenas conversaciones sobre teatro, disfrutamos un cheesecake y mi delicioso mousse tres chocolates.
Ok, tras los placeres gastronómicos es siempre bienvenido un buen café negro, para cerrar un día fantástico.