En esos recorridos de mis adorados krretrekkings me topo con lugares insospechados y este día, paseando por Ñuñoa, encontré un lugar muy especial. Se trata de un restorán y dulcería árabe, de corte familiar, en una casona de barrio y atendiendo en horarios desusados.
El Rincón Árabe, es un bonito lugar de asistencia marcadamente familiar, ni siquiera expende vinos, solo jugos naturales, pero tiene una contundente oferta de platos árabes tradicionales y esos sabores que se agradecen.
Venía de un amplio recorrido por museos de Santiasco y por supuesto con un hambre descomunal. Apenas llegué, me encontré con unos calientes pan pita y unas salsas de untar que incluían un delicioso hummus, mi delirio. Qué rico!!!
Pedí un surtido de rellenos ( un buen truco para probar la virtuosidad del cocinero) y llegó un plato potente, con rellenitos de papa, ají, zapallo italiano, repollo y por supuesto hojas de parra. No pude resistir la tentación de pedir una ración extra de hummus y fui gratificado con un plato descomunal que fui incapaz de comer.
En fin, este lugar es formidablemente familiar, sencillo y muy rico.