Tenía mucho hambre, tras un excelente concierto musical y necesitaba un lugar nuevo. Mis pasos me llevaron a Román Díaz con Providencia, tantas veces que he pasado por aquí y no había visto este lugar. Una linda casona del barrio antiguo de providencia que ahora era sede de este restobar que me traería más de una sorpresa.
En primer lugar debo destacar que posee un ambiente lounge en la entrada con buena música electrónica, cercado por una barra de bar bien nutrida. Como mi objetivo era la cena, tras revisar la carta, encontré un deleite narrativo de platos de autoría, fuera de lo típico, así es que prometía.
Enfilé mis pasos hacia un salón más al fondo del lugar y, nueva sorpresa, música de los 80’s y 90’s a un volumen adecuado, una iluminación incidental bien lograda y algunas pinturas de buen gusto. Claramente era hora de ordenar algo de comer.
La pura tentación me hizo pedir un salmón con alcaparras y salsa ácida acompañado de unas papas con queso, crema y nueces. La verdad es que llegó un plato hermoso, con tres triángulos de salmón, sobre un nido de verduras salteadas finamente trozadas y en un océano de salsa levemente ácida y polvo verde de verduras condimentosas. Exquisito!!
La carta de vinos, abundante pero un poco débil en atrevimientos, afortunadamente logré maridar mi plato con un delicioso y delgado carmenere.
Para el postre, nueva sorpresa, un bavarois de frambuesa con higos al oporto y unos exquisitos gajos de naranjas con salsa miel. Delicado y sabrosísimo.
Solo pude cerrar con un café, aunque esto es deleznable, no tenían café en granos!!!!!. También fue una sorpresa, después de todo.
Elfo, tienes futuro, hay que corregir pocas cosas y serán punto seguro de disfrute.