Aunque siempre me han gustado los buenos vinos (y en Chile hay muchos), pocas veces me he enfrentado a la posibilidad de probar vinos que califican en la categoría premium. Debo aclarar que un vino que supere los 85 puntos se incluye en la categoría premium (la crème de la crème) y sin embargo, en Chile no es extraño que estos vinos se puedan encontrar en un supermercado.
Lo concreto, es que este sábado 12 de julio me enfrenté a una de las mejores catas de vinos que podía asistir, una cata de vinos premium, es decir, vinos cuyas calificaciones superaban, en la mayoría de los casos, 90 puntos. Que maravilla!!!!
En un hotel de 5 estrellas, se desarrolló este evento. Llegué, la verdad, sin grandes aspiraciones, pero pronto aterrizaría en un universo de delicias inexplicables. Tras el ingreso, encontré un catálogo de los vinos en exposición, una mirada bastaba para maravillarse, ahí estaban los vinos soñados, aquellos que ganan premios y son sensación en todo el mundo.
Decidí buscar lo nuevo, sin desaprovechar lo excelente. Partí por los Pinot Noir (ya que decidí saltarme los blancos), encontré el Ocio de Cono Sur (mejor que su pinot noir 20 barricas), una maravilla llena de sabores de guindas y frutillas, un vino excepcional. No pude evitar pasar por el panel de Amayna 2006, el mejor Pinot Noir que conozco, a la temperatura exacta, un placer indescriptible. Valle de San Antonio claramente.
Seguidamente me atreví con un Pinot Noir EQ 2006 de Matetic, gracioso, con potencial pero demasiado astringente para mi paladar. Luego busqué en la Viña Montes y encontré sorprendentemente un pinot noir increíble, al parecer una búsqueda nueva de la exitosa viña. La sorpresa fue un pinot noir de la Viña Casa Marín, Lo Abarca Hill 2004, impresionante.
Un intermedio que aproveché para ir a comer delicattessen en otro salón, ceviches de salmón, corvina, quesos, granos, unguentos varios, panes exquisitos, y un gran etc. Hay que agradecer el buen gusto, ya que se preocuparon de disponer sabores y contundencias apropiadas para poder seguir el periplo viñatero.
Seguí probando entonces, cepas puras. Cabe destacar que la mayoría de los vinos premium en muestra eran mezclas, oportunidades graciosas para probar la «mano» de los enólogos.
Debo admitir que eran tantos los vinos exquisitos que no me daba el cuero para probarlos todos. Así que decidí restringirme a degustar aquellos sobre los cuales mi instinto me indujera a probar.
Ok, aquí va la secuencia virtuosa de catas. EPU 2001 de Almaviva, Cenit 2005 de Caliterra, Tributo Edición Limitada Shiraz/Cabernet/Vioegnier de Caliterra, Magnificvm 2001 de Canepa, Clos Apalta de Casa Lapostolle, Don Melchor de Concha y Toro, un magnífico Carmenere 2006 Alto de Piedra de De Martino y un Cabernet Sauvignon Familia 2005 de la misma viña, un sorprendente El Principal 2001 (Cabernet Sauvignon) de la Viña El Principal, el increíble Viñedo Chadwick 2005 (100% cabernet sauvignon) de la Viña Errázuriz, la maravilla de un Malbec 2006 que parece un pinot noir, de la Loma Larga Vineyards o bien el cabernet sauvignon Los Vascos Le Dix 2003, increíble!!. Después el sorprendente Conde de Superunda de Miguel Torres que incluso supera a su propio Manso de Velasco. Me di maña para probar el fantástico M de Montes Alpha un vino de 95 puntos clavados. Ni hablar del House of Morandé 2003 un blended de Morandé exquisito, el primero que me sorprende con toques mentolados. Casi al final, probé un Domus Aurea 2005, un vino sorprendente, algo dificil de expresar.
Tras una pausa de delicattessen, terminé por probar los famosos Cabo de Hornos 2005 y la serie 1865 de la Viña San Pedro, excepcionales como siempre. Añadí un Floresta 2005 de Santa Rita, un full cabernet sauvignon de 94 puntos y un Casa Real extraordinario, digno del premio mayor.
Increíble, la mejor cata de los últimos años, habría sido insuperable con mi partner, esta vez ausente.