Esta es una banda muy especial y que conocí una noche de jazz en Thelonious. El hecho que sus bases rítmicas sean mapuches o cuequeras, les hace representantes legítimos de un estilo de jazz muy chileno. Si a eso se añade que los músicos son bastante veteranos, asombra el despliegue de energía y vitalidad en el escenario. Prohibieron tirarles agua, porque incluso así se prenden, como dijo el gran Ernesto Holman, bajista consumado y recordado ex- Congreso, quien se acompaña con Jonathan Gatica (maestrísimo saxo tenor) y Moncho Pérez (poderosa batería).
Un grupo con una simpatía y alegría desbordantes, que entusiasma y hace disfrutar con ganas con sus temas de raíz étnica. Llama la atención con Jonathan hace sonar en ocasiones el saxo como una verdadera trutruca, mientras la batería simula un cultrún. Gran ritmo y belleza para esta versión tan chilenísima de jazz.
Incansables, todos los temas son de larga duración incluyendo uno que duró casi 20 minutos. Una proeza de ritmos y buen gusto.
Gran recital!!