Bellavista Grill : nueva opción en Patio Bellavista

En un paseo en bicicleta por el barrio detecté que se había montado un nuevo restaurante en el lugar que ocupó por un breve tiempo la fantástica pizzería Waldini y luego la cevichería Constitución. Muy espacioso y bien decorado noté una fantástica barra de bar y además un escenario para música en vivo en donde una guitarra y un saxo daban un toque delicioso a ese atardecer. Prometí que volvería.

La noche precisa fuimos con mi partner a conocer de verdad el sitio que ya llevaba algunos días operando pero no los suficientes para tenerlo lleno. Tomamos una mesa con buena visión al pequeño escenario y decidimos explorar la carta. Claramente es una parrilla de carnes y pescados, buenos tragos y una extensa oferta de picoteos. Esto último nos tentó más y el primer pedido fueron los aperitivos de costumbre (pisco sour y kir royale) para acompañar un carpaccio mar y tierra. Esta primera experiencia nos abrió el apetito así es que pronto le siguió una malaya rellena y patatas rotas para mi y un mero grillado con una ensalada mixta que eligió mi partner. Todo lo anterior acompañado, como corresponde con un ensamblaje Inédito de viña Calyptra. Maravillosa combinación!!

El servicio un poco flojo pero amable, además de la grata compañía de una pareja que cantó buen bossa nova mientras cenábamos, fue el marco de esta primera visita. Habrá que esperar como evoluciona, pero tengo un buen presentimiento.

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Disfrutando exquisiteces en Nolita

Un día muy atareado generalmente me trae como consecuencia un hambre atroz, pero no cualquiera sino de sabores intensos y únicos. Para un objetivo tan disfrutable, sabía que estaba el Nolita que no solo es rico sino que atienden espectacular y rara vez está lleno por lo que puedo ir sin reserva.

Una botella de agua mineral para refrescarme y mis ojos recorren la carta en busca del primer sabor. Allí encuentro un plato que ya había probado y que no dejaba dudas que era mi gran comienzo. Me refiero a los rollitos de salmón ahumado rellenos de ricota. Deliciosos!!

Para el fondo, me decidí por un panzzotti rellenos con queso de cabra adornados con aceitunas, cebolla caramelizada y abundante crema. Tremendo plato que acompañé con un fantástico carmenere reserva de Chocalán. Una maravilla!!

Con todo el placer vivido, igual consideré que me merecía un postre de campeonato y ese de todas formas es el ciocolatino, un postre que nadie querría que acabase. Éxtasis!!!

Por cierto, un buen café negro y a caminar un rato por puro disfrute.

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Regreso a La Percanta : rico como siempre

Ahora que la zona cercana a la Plaza Mori está adquiriendo más vida y subiendo el nivel gastronómico del barrio Bellavista, me dan más ganas de ir al sector.

Esta noche decidimos ir a cenar a La Percanta pues ya habían pasado unos meses desde mi última visita y habían buenos recuerdos. Mi partner como ya es habitual, pidió su pisco sour para acompañar mi kir royale, preámbulo de la selección de platos. Mi cuerpo pedía un plato contundente por lo que elegí la hamburguesa Percanta, una pieza con vacuno, cerdo y tocino acompañada de cebolla caramelizada, queso, huevo y champiñones además de las deliciosas papas fritas en su punto. El plato de mi partner también se veía delicioso, un fettuccini con gambas y langostinos en una salsa de mariscos y tomate. Acompañamos con una botella de malbec reserva de la Finca La Linda, notable vino de Mendoza.

Para los postres, seguimos golosos con una creme brulee amaretto expreso y una crema asada de dulce de leche exquisitos que disfrutamos junto a buen café negro.

Qué rico es este lugar!!!

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Petanque : nuevo lugar en Bellavista

Hoy fue uno de esos días que me gustaría borrar de mis recuerdos, excepto cuando he conseguido compensar de alguna afortunada forma lo vivido. De hecho, tras regresar a casa, lo único que vino a mi mente fue la necesidad urgente de salir a caminar.

Caminar sin rumbo y con la esperanza de encontrar algo que me entusiasme lo suficiente y que me reporte algún indispensable placer. Los astros estaban alineados, ciertamente, pues tras un rato de deambular me introduje en el barrio Bellavista y de pronto en la plaza Mori justo al lado del nuevo hotel boutique Castillo Rojo, estaba esperándome en su día inaugural, el restaurante Petanque.

La sede chilena de un restaurante francés de San Telmo, Buenos Aires ocupa el lugar del Malambo y que fuera antes el Ozono. Intervinieron de forma elegante la casona para que se vea espaciosa, iluminada y muy cargada al color blanco. Poca gente y más bien parecían un mismo grupo de amigos, por lo cual debo suponer que eran invitados de los dueños para este gran día.

Me ubiqué en la pequeña terraza anterior ya que quería disfrutar la brisa nocturna de estos días en que el verano comienza a retroceder. Un poco lento el servicio, pero las oportunas disculpas del mozo fueron suficientes para mí.

Partí pidiendo una botella de agua mineral y las cartas. La de comidas, con entradas, principales y postres muy franceses. La de vinos, variada en cepas aunque pocos valles y viñas, pero acertada lo cual me hace pensar en una selección bien pensada.

Me tentaron varios platos, pero uno me obsesionó. Un salmón a la miel sobre un puré de habas y milhojas de papas, delicadamente decorado con unos hilos crocantes de berros. Un plato que bien merecía una copa de pinot noir, el que llegó menos frío que mi costumbre, pero muy agradable.

Cené lentamente, disfrutando cada bocado mientras se liberaba de mi mente la tensión y los malos ratos. Al finalizar mi plato, estaba deliciosamente relajado y muy dispuesto a probar algún postre. Mi primera selección fue una degustación de creme brulee (vainilla, naranja y pistacho) que lamentablemente no estaba disponible (algo que debió advertirme el mozo). Por suerte, había seleccionado un plan B y éste fue un parfait de maracuyá, definitivamente exquisito.

Al cierre, por supuesto una taza de café negro, una breve conversación con el amable mozo y la sensación que este sitio merece una nueva visita.

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Al cerro El Plomo con René, una gran aventura

No comenzaba enero y René ya estaba entusiasmando a unos y otros en su gran sueño, llegar a la cumbre del cerro El Plomo a sus 75 años de edad. René no solo es el malayo de mayor edad sino también una de las personas más joviales, alegre y agradable que mi querido club acoge. Debo confesar que tardé menos de 10 segundos en comprometerme a subir ese lindo cerro con él, como seguramente ocurrió con el resto de los invitados a esta aventura.

La mañana en que se iniciaba esta expedición, me levanté muy temprano a preparar mi mochila ya que mis jornadas laborales y mis proyectos personales no me dejan mucho tiempo cuando voy a ausentarme por un par de días. A la hora acordada llegué a casa de René quién rápidamente viene a saludarme con su amplia y generosa sonrisa y a ponerme al tanto que Jürgen había amanecido enfermo y que tendríamos que hacer un poco de magia para cargar los bultos en su vehículo en vez de la enorme camioneta del ausente. Poco después aparece Rodrigo quién viene a dejar su equipamiento y el de Francisco, ya que ellos viajarían un día después a la aventura. Cabe destacar que ya teníamos cargado las mochilas nuestras y las de Leo y Gabriel. En verdad, era muchísimo volumen, pero con buen espíritu malayo, nos arreglamos para que todo entrara como fuera. Además de la carga, iríamos 4 pasajeros, así que el peso total comenzó a preocupar a René pensando en los viejos neumáticos y el estado del camino que tendríamos que recorrer.

Una vez que apareció Willy, comenzamos el viaje hacia el punto de encuentro en donde nos esperaba Cathy y su equipo. Ufff, empezamos a dudar si cabría todo y todos. Ahí es donde la increíble generosidad de Mónica, hija de René, compañera de Jürgen  y la loca más divertida del planeta, al primer comentario sobre las condiciones del vehículo de René, pasó sus llaves y nos prestó su jeep con la misma facilidad con que alguien presta 100 pesos. Notable!.

Una vez trasladados todos los bultos al jeep, nos acomodamos y partimos los 4 primeros malayos hacia Valle Nevado, al sector de Tres Puntas, lugar donde se iniciaría la caminata. En este punto nos encontraríamos con el arriero y sus mulas para trasladar lo más pesado hacia Federación, mientras nosotros partíamos con una mochila de trekking en la espalda hacia el mismo destino.

Un lindo y animado recorrido, que ya he hecho en varias ocasiones y que siempre me envuelve en una deliciosa paz desconectándome completamente de todo el ajetreo de la ciudad, el cual culminó en el lugar que el arriero dejó nuestros equipos. A pesar que aún había sol y la temperatura se sentía agradable, en el último tramo ya bajo la sombra, noté que mis manos se congelaban. Me apuré en abrigarme, pero el daño ya estaba hecho, los dedos estaban definitivamente helados y, como oscurecía, no tuve opción que armar mi carpa en esas condiciones. Un error típico, siempre hay que abrigarse antes de sentir frío, comer antes de sentir hambre e hidratarse antes de tener sed.

Encerrado en mi carpa utilicé la cocinilla para recuperar mis manos, pero todo mi cuerpo ya acusaba el desequilibrio mientras la temperatura seguía bajando. Bajo un viento que aumentaba su fuerza, cocinamos y muy temprano me fui a dormir.

Tras una noche larga de fuertes ventarrones, amanece en la base del Plomo y disfrutamos de un exquisito desayuno colectivo. Completamente despejado, sacamos cuentas alegres acerca del frente de mal tiempo que habíamos chequeado en internet y que era nuestra mayor preocupación en esta expedición. El plan para este nuevo día era llegar a dormir al refugio de Agostini a 4.600 metros de altura, pausa necesaria para aclimatar y asegurar la cumbre en la madrugada siguiente.

Tras equiparnos con lo indispensable, comenzamos el ascenso hacia Agostini calculando que salvo por un par de montañistas, el refugio estaría disponible para cumplir nuestro propósito. Una vez que llegamos al lugar, tuvimos tiempo de hacer agua a partir de la abundante nieve cercana apurando un poco el ritmo, ya que la temperatura descendía con gran rapidez, recibimos a un padre de 71 años y su hijo que venían con similar objetivo. Fue un rato muy especial, pues esa hermosa solidaridad y compañerismo que solo he visto en la montaña, se dio de natural forma. Nos distribuimos apretadamente al interior del pequeño refugio, todos cuidando la armonía, evitando molestar a los demás y ofreciendo ayuda en lo que fuese necesario.

La temperatura seguía bajando y ya todos muy abrigados y dentro de los sacos, nos pusimos a conversar y compartir alimentos como es habitual en la camaradería de montaña. Historias, anécdotas adornaban el descubrimiento de tantos intereses comunes. Al cabo de minutos ya eramos amigos de toda la vida con nuestros accidentales compañeros. Motivo de muchas risotadas fue el descubrimiento que nuestra aventura malaya era conseguir que nuestro René a sus 75 años llegara a la cumbre mientras ese notable hijo llevaba a su padre de 71 años a cumplir también el mismo sueño. Sentí que todos mágicamente  sintonizábamos en la misma frecuencia.

Fue una noche de muchos intentos de dormir, mucho frío e historias. Curiosamente, en Agostini hay señal y pudimos consultar en repetidas ocasiones vía internet el pronóstico de diversos servicios de clima. Poco a poco, fuimos concluyendo que se venía muy difícil la siguiente jornada. Mientras tanto, a través de la radio, recibimos la confirmación que Leo, Francisco, Rodrigo, Gabriel y la bella Sammy habían llegado a Federación. Al fin, todos estábamos en la aventura.

Alrededor de las 5 de la madrugada, con más de 14 grados bajo cero, los sacrificados malayos que venían de Federación, llegaron al refugio. Una gran bienvenida malaya y un nuevo chequeo de las condiciones climáticas. El asunto no venía bien, todos los pronósticos indicaban tormenta, nieve y lluvia más abajo, además de la baja temperatura. Este es el momento más complicado que se debe enfrentar en la montaña, decidir si hacemos cumbre a cualquier costo o nos cuidamos, sabiendo que por supuesto esta magnífica montaña siempre estará ahí y que los riesgos deben evaluarse con inteligencia.

Largos momentos de debate, pero primó la cordura. Ante la evidencia de lo que venía, lo único razonable era abandonar, ya que incluso descendiendo en ese momento nos atraparía igual el mal clima. Con el dolor del orgullo, tomamos la sabia decisión y salvo por una aterida Sammy que se quedó con nosotros, los malayos recién llegados, regresaron al campamento base.

Una hora o algo más después, recibimos a unos argentinos que por perdidos habían hecho un extraño cruce del glaciar y bajaban presurosos, mientras nosotros nos preparábamos para descender.

Apurando el paso, bajamos hasta Federación para desarmar el campamento, ya que logramos avisar al arriero que llevara las mulas y un caballo para René para regresar debido al mal clima que se venía. Efectivamente, terminado el desarme del campamento e iniciado el regreso, comenzó a nevar.

Caminamos bajo un telón de nieve, que progresivamente mientras bajábamos se fue transformando en un diluvio de nieve y lluvia, hasta llegar al desierto blanco en donde encontramos los vehículos en Tres Puntas. La situación comenzó a ser preocupante, pues no había huella de senderos, todo blanco. Teníamos además el problema que el caballo que pedimos para René no lo podíamos dejar botado. la comunicación por teléfono simplemente era imposible y allí iniciamos otra divertida aventura.

La llegada de una patrulla de Carabineros en una 4×4 nos dio la oportunidad de visualizar el camino y pensamos que lo mejor sería salir de ahí antes que se borrara la ruta. Evaluamos y decidimos definitivamente que lo mejor sería salir de ahí, antes que el camino fuera imposible de transitar. Pero, que diablos haríamos con el caballo?

Comenzamos a avanzar con mucha dificultad porque el agarre de las 4×4 no era lo esperado mientras Willy, sacando el Indiana Jones que lleva dentro, montó el caballo para llevarlo con nosotros. Con gran dificultad logramos llegar a Valle Nevado en los vehículos incluyendo un aterrador deslizamiento fuera del camino, solo para darnos cuenta que habíamos dejado a Willy muy atrás. Peor aún, también habíamos dejado al arriero con nuestro equipamiento en sus mulas en la ceguera del viento blanco y sin ninguna comunicación. ¿que pensaría el arriero cuando llegara a Tres Puntas y viera que no estábamos y tampoco su caballo regalón?

En Tres Puntas, ya con la adrenalina controlada, conversamos acerca de las opciones mientras esperábamos esperanzados que Willy llegara a pesar de la nula visibilidad. Nos seguimos preguntando ¿en dónde dejamos al caballo? ¿cómo recuperamos nuestros equipos? ¿cómo le explicamos nuestra decisión al arriero?. Muy freak!!!

Para sorpresa nuestra, nuevamente la impresionante buena onda de Willy fue la salvación, vestido cual vaquero, se hace cargo del caballo y comienza a bajar cabalgando desde Valle Nevado. Mientras acompañábamos bajo la intensa lluvia a Willy, logramos comunicarnos con el arriero quien al saber nuestra decisión se indignó, ya que el andaba completamente a ciegas en el viento blanco y no sabía cuando llegaría y menos le gustó la noticia que nos llevábamos su caballo que él esperaba encontrar en Tres Puntas. Glup!!!

En sucesivas y entrecortadas comunicaciones logramos acordar con el arriero que dejaríamos al caballo sin montura en un cierto sitio en el camino, mientras lo alcanzaríamos en un sector de La Parva para retirar los equipos. Muchas horas pasaron¡¡¡

Finalmente, esta tremenda aventura, culminó con éxito, pues todos volvimos a casa sin daño, completamente mojados y con la certeza que volveremos a realizar esta aventura para acompañar a René al cerro El Plomo. Vivan los Malayos!!!

PD: dejo las fotos imperdibles de regalo para René y los invitados al disfrute.

 

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Restaurantes revisitados mientras huíamos del calor

Noche calurosa a pesar de ser casi medianoche, camino en búsqueda de algún sitio en donde cenar encontrándome de pronto sentado a una mesa en las afueras del Normandie dispuesto a probar alguna delicia francesa. Es curioso cuanto tiempo ha pasado desde que vine por última vez y sinceramente no tengo objeciones para este restaurante. Partí con mi necesaria agua mineral y de la carta elegí un bien recordado plato, Tournedos de filete acompañado con unas papas risti. Sumé una media botella de cabernet sauvignon de J. Bouchon para disfrutar una tranquila cena.

Otra noche canicular nos sorprende en las inmediaciones del Maldito Chef y la tentación fue irresistible. Partimos con unos pisco sour además de las botellas de agua de rigor. Acompañamos el aperitivo con un ceviche de culto y seguimos con esos sandwiches descomunales, una hamburguesa del chef y un chacarero además de una rica botella de malbec Botalcura. Fantástica conversación hasta el café negro de cierre, cuando ya era muy tarde.

Pensando en un sitio que mi partner no conociera, decidí volver al restaurante Su Merced enfrente del Parque Forestal. Las botellas de agua, seguidas de pisco sour y un vodka con sabores de berries, mientras dudábamos acerca de cual plato saciaría el hambre de una larga jornada. Una albacora con cous cous al limón salteado con almendras y manzana y para mí un arroz frito al estilo oriental con camarones al jengibre, salsa de soya, aceite de sésamo, dientes de dragón y cebollines. Delicias que acompañamos con un petit syrah Carmen reserva. No fuimos capaces de agregar postres por lo que fue bienvenido el buen café.

Un imperdible para cualquier noche es el Capperi y esta noche se nos antojó como la mejor opción para cenar. Instalados en la rica terraza, las habituales botellas de agua fueron seguidas con un pisco sour normal y uno con albahaca que es mi predilección. En esta ocasión decidimos un formato para compartir y pedimos un exquisito suppli al ragú romana y una provoleta y camarones, acompañados de un carmenere Tabalí reserva. Una noche fantástica de sabores que cerramos con el café negro acostumbrado.

Un almuerzo de fin de semana nos llevó al Huerto, restaurante que visito por décadas y que sigue gustándome. Partimos con unos pisco sour receta de la casa exquisitos con una porción de guacamole para compartir mientras llegaban los platos de fondo. Una enorme ensalada Islas Griegas y el contundente Nuevo México que acompañamos con una botella de syrah Chocalán selection.

La siguiente parada para una rica cena fue el maravilloso Peumayen, una verdadera delicia. El viaje ancestral comenzó con Sour palta piña y un Sour Huacatay, sorprendentes. La panera como siempre tan original y deliciosa que dudo que alguien se resista a comerla toda. Para los fondos, un plato de róbalo con salsa de mariscos ahumados y charquicán y para mí un garrón de cordero con papas nativas bien acompañados por una botella de Lagar Aluvión, un ensamblaje de syrah y cabernet sauvignon maravilloso. Para los postres una degustación de las especialidades de la casa, placer por doquier!. Solo nos quedó beber el rico café prensado para despedir esta incursión deliciosa.

Otro almuerzo que casi olvidaba fue en el Mulato del barrio Lastarria. Mi partner y su habitual pisco sour colegial, en cambio yo preferí el aperitivo de la casa llamado Mulato para acompañar un buen ceviche del mercado. Luego unos calugones de congrio y otro plato con blanquillo, el pescado del día, que lo acompañamos con una helada botella de pinot noir Tabalí. Para los postres compartimos un sabroso cheese cake y los cafés correspondientes.

Muchos sabores y ricos lugares nos permitieron salvar esta parte del verano, que afortunadamente ya comienza a refrescar.

 

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Stgoamil : dos semanas de filetes

Como me reconozco fanático seguidor de santiago a Mil, meses antes compré las entradas para poder abordar el disfrute que cada enero (solo enero!!!, porqué?) nos brinda. Gasté un par de horas en hacer calzar fechas, obras y mi complicada agenda, pero aquí comparto el resultado.

La primera obra fue Stifters Dinge (Las cosas de Stifter) de Suiza. Un curioso escenario en la Estación Mapocho es el lugar adonde ingresamos esta noche. Sin mucha información previa (algo que hago a propósito ya que me encanta sorprenderme). Se inicia la obra con dos personas vestidas como técnicos de laboratorio y rapidamente abandonan la escena. Ahí caímos en la cuenta que esto era distinto. Cuando la escenografía se transforma en la protagonista de la obra. Luces, voces, sonidos, música, lluvia, 5 pianos sin pianistas, un viaje por los detalles casi siempre ocultos de una obra teatral

Siguió Opening Night de Holanda en el Teatro Municipal de Las Condes. Esta obra a teatro lleno, es una exquisita adaptación teatral de la obra cinematográfica homónima de John Cassavetes, apoyada en extraordinarias actuaciones y apoyos de medios audiovisuales que impedían pestañear en más de dos horas extasiantes de teatro maravilloso. Ciertamente es el teatro del teatro, lo que ocurre con actores, guionista, director en los días previos a un gran estreno. Los ensayos, los conflictos, los egos, los miedos. El asunto es que la actriz principal resiste el hacerlo bien, porque representa a una mujer de su edad pero que ella no quiere aceptar, aferrada a una juventud que ya no posee. Una obra magnífica que sorprende a todos en ese viaje interior.

La siguiente obra pertenecía a la selección de teatro chileno emergente y llegamos a verla al teatro El Puente, ese acalorado lugar sobre el Mapocho que he visitado antes solo motivado por la calidad de las obras que exhiben. Tres actores en una sala de hospital y que recuperándose de la anestesia desarrollan una hilarante mezcla de pensamientos, locuras psicodélicas y realidades, algo muy bien logrado por la referencia explícita a esos personajes de antología que son algunas enfermeras y a la pequeña locura que nos aborda en el sopor y el mareo.

Cuando llegó el día para ver danza, ignoraba que la obra It’s going to get worse and worse and worse, my friend (texto de un discurso del desagradable tele-pastor norteamericano Jimmy Swaggart) me iba a fascinar como lo hizo. La coreografía e interpretación le corresponde a una maravillosa Lisbeth Gruwez de Bélgica. Basada en los frenéticos discursos de Swaggart lleva desde la calma sencilla hasta el paroxismo corporal en la medida que la música y la repetición intermitente y desaforada de esa voz compulsiva del tele-pastor se hace intensa. Un despliegue impresionante de energía y exactitud en cada movimiento de la guapa Lisbeth que nos dejó a todos maravillados.

Pocos días después llego el turno de Alemania con Ciudad Edipo para representar la gran tragedia de Edipo basada en los textos de Sófocles, Eurípides y Esquilo. Un escenario mínimo y todo el soporte en la espectacular fuerza de los actores para relatar y actuar esta increíble saga de la familia de Edipo, sus hijos y esa ciudad de Tebas. De hecho, en más de dos horas nos llevan por la historia de esa ciudad enmarcada en la tragedia del pueblo y de estos personajes trágicos y tan vigentes hasta la actualidad. Una maravilla!!!

Basada en textos del notable Rafael Gumucio, La Grabación es una obra exquisita, con dos actrices notables. Delfina Guzmán como la abuela aristócrata de izquierda y la bella Elisa Zulueta en el rol de la nieta exiliada de esa familia de exilios que habla de parte importante de la historia chilena contemporánea. Sólidas e impecables ambas en la actuación y con un texto genial que me remitió rápidamente al libro Historia Personal de Gumucio, un imperdible.

La siguiente obra me resultó divertida y alocada, La Imaginación del Futuro es en realidad una reconstrucción moderna, muy moderna, de como habrían sido esos últimos días de Salvador Allende si la TV y los asesores de imagen y de medios hubiesen existido. Un conjunto de asesores patéticos en una secuencia brutal de escenas provocadoras e incluso groseras, pero que revelan parte de la historia de nuestro país y de los funcionarios de gobierno. Tuve que conversar mucho después de la obra para asimilar el vértigo del proceso.

Finalmente, llegó el momento de despedir esta fiesta del teatro que cada enero me emociona y enloquece. la obra Yo Maté a Pinochet es un extraordinario monólogo de un personaje de barrio pobre, un revolucionario exento de intelectualidades y formación, solo con el convencimiento que había que hacer lo que había que hacer y que de cantor popular se transforma en un guerrillero popular cuyo único logro, su única reivindicación de su historia es el relato de como mató al dictador, algo que por supuesto solo ocurrió en su imaginación. Cristián Flores lo hace muy bien y nos mantiene absortos en su monólogo y en todos esos pequeños gestos tan populares y reconocibles. Gran trabajo!!

Como se ha hecho costumbre, maldigo a quienes deciden que solo en un mes se puede ver tan buen teatro y que sean tantas obras buenas que no alcance ni el tiempo ni el bolsillo para verlas todas. Ojalá algún día se distribuyera Santiago a Mil durante todo el año para poder disfrutarlo completamente.

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Algunos disfrutes destacados de diciembre 2013

Aunque normalmente prefiero hacer crónicas de nuevos descubrimientos, ocurre que la mayoría de los nuevos sitios tienden a aperturarse en sectores de Santiasco que no me agradan del todo, ni siquiera por la calidad de la gastronomía sino por el tipo de visitante. Me refiero a ese tipo de personas que van a un lugar solo por que es moda y «es necesario» estar ahí. En este escenario de auto-restricción, me resulta mucho más deseable re-visitar sitios que ya he probado y que me merecen buena y gustosa opinión.

Cerrando este año 2013, claro que he disfrutado hartos sitios especialmente a la hora de la cena, toda vez que sigo un tanto atareado en la jornada laboral. Por cierto, eso no es obstáculo para estar siempre atento a gozar algo rico sobre todo en sitios que ya conozco en detalle.

Partiré con el sabroso e inconfundible Guria, comida española de primera y que permanece ya por muchos años en mi lista de favoritos. Una cena tardía, bastante cerca de la medianoche, en que partimos preparándonos con agua mineral y eligiendo unos ricos platos, merluza austral con quinoa y un pollo relleno que acompañamos con una deliciosa botella de Botalcura El Delirio, un ensamblaje que siempre salva. Por lo avanzada de la hora, decidimos cerrar sin postre, solo el indispensable café negro.

Un imperdible para cualquier cena es el Olan, comida peruana irresistible.Pisco sour peruano para acompañar una exquisita causa de camarones. Luego, un seco de cordero con una botella de cabernet sauvignon Santa Ema, combinación que ya he disfrutado antes y que merece repetición. Para el postre una torta de maracuyá y el bienvenido café negro que cierra una rica cena.

Una salida imperdible con mi Club Malayo fue a la laguna El Morado y glaciar San Francisco, un paseo delicioso en un día nublado y muy concurrido. La belleza del glaciar al final del cajón es sorprendente a pesar que con los años sigue disminuyendo su tamaño. Estas fotografías son el registro de este lindo paseo.

Una noche de esas no pude resistir la tentación de volver al Su, ese restaurante del hotel boutique Su Merced enfrente del Parque Forestal. Inicié la cena con una croquetas de carne exquisitas, para luego ir por una albacora que acompañé con un pinot noir Casas del Bosque, que intenté disfrutar en medio del ruido de unos entonados pasajeros. Cabe destacar que el lugar es pequeño por lo cual no es posible abstraerse de las conversaciones en voz alta. La comida como recordaba es excelente, el servicio requiere pulirse sobre todo en cuanto a conocimiento de vinos y el buen servir. Al postre bien estuvo un pudding de chocolate y mi adorado café.

Días después, caminando por Providencia, me vino la tentación de pasar a probar el restaurante del Hotel NH, el cual siempre recuerdo por su talento para deconstruir platos de comida chilena. En esta ocasión, inicié la cena con un kir royale mientras elegía mi plato de fondo. Decidí probar el Quinoa Mar y Tierra, una suerte de risotto de quinoa con trozos de carne de res y pollo, camarones y cortes de diversas verduras de colores hermosos. Para acompañar este exótico plato, conseguí una botella de merlot select terroir de Santa Ema, un encantador acierto para el paladar. Al cierre, como acostumbro, mi taza de café negro.

El siguiente disfrute fue mi encuentro anual con Inti Illimani, esta vez con la participación de Claudia Acuña como invitada especial. Un teatro Noescafé repleto y una impaciente audiencia que cumplida la hora de la cita comenzó a manifestarse. Dos horas magníficas de recuerdos de esta agrupación musical chilena tan pródiga en temas hermosos y que en esta ocasión hacen un recorrido por sus grandes éxitos con temas de Víctor Jara, Patricio Manns, Violeta Parra y otros tantos del folclore internacional. Maravillosa sesión.

A la salida del espectáculo, nada mejor que ir a cenar al Pad Thai. Confiado en mi buena estrella llegamos sin tener reserva y conseguimos una buena mesa. Partimos con agua mineral para preparar las gargantas y añadimos pisco sour Thai (con albahaca) y uno de maracuyá. Los platos, basados en curry y leche de coco, fueron un Kang Kari Camarón (curry amarillo) y un Kang Musaman Camarón (curry verde), exquisitos y abundantes. Naturalmente acompañamos con una buena botella de Syrah de Santa Carolina.

Un restaurante que se ha ganado mi favoritismo es Le Bistrot, comida francesa extraordinaria y que además goza de un servicio excepcional. Instalado en la terraza, partí pidiendo un cardinal (vino tinto con crema de cassis), refrescante aperitivo, ideal para estimular el apetito. Continué con un plato de fettuccinni a dos salmones y crema que acompañé con una pot lyonnais de 460 cc con merlot, sabrosa combinación. Terminado el goce de ese plato que he probado ya varias veces, me fui directo a un postre de nougat glace et coulis de fraises au basilic (helado tipo turrón con frambuesas y albahaca, puro placer!!) y por supuesto mi café negro.

Para cerrar el año, nada mejor que una disfrutable salida a la montaña y especialmente al cerro Pintor (4.000 mts). Fue la ocasión inmejorable para que los malayos nos despidiéramos de un año fabuloso en logros personales y del club, con muchas nuevas cumbres alcanzadas por los más perseverantes miembros del club. Comparto las fotos de esta salida de celebraciones.

En mi lado más citadino, el último #juevesdeideas de Bancoideas lo realizamos en Thelonious, ocasión ideal para escuchar a nuestro amigo Felipe Riveros en formato Trío con Carlos Cortés y Rodrigo Galarce, un desfile de acordes maravillosos que nos llenaron de energías y ganas de continuar con nuestro amado proyecto.

Adiós 2013 y bienvenido 2014!!!!

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El nuevo diseño italiano : un filete en CCPLM

Escapar por un rato al calor santiasqueño especialmente en esas jornadas laborales extenuantes  de fin de año, me permite detectar opciones en ciertos lugares que de vez en cuando y más veces de lo que la mayoría cree, ponen en exhibición muestras notables del talento humano. El Centro Cultural Palacio La Moneda (CCPLM) es un sitio que se caracteriza por traer temas originales y en esta ocasión me sorprende con una fantástica galería de diseño italiano de la última generación. Más de 100 diseñadores italianos y casi 300 proyectos que deleitan los ojos y despiertan millones de ideas en la mente.

Como preámbulo a la muestra, pasé por el segundo subterráneo en donde jamás pierdo la oportunidad de visitar la galería de diseño chileno, la que en esta ocasión muestra lo más premiado y granado del diseño nacional. Imperdibles los trabajos que se exhiben bajo el nombre Chilean Design is Moving. Los creadores chilenos son notables y rescato sus nombres Alejandro Montero, Pablo Despouy, Matías Ruíz, Estefanía Johnson, María Jesús Fernández, Isabel Lecaros, Verónica Posada y Javier Ramírez. En pocas piezas logran un panorama fantástico de la creatividad nacional.

En los dos pabellones del tercer subterráneo se encuentra el filete, la exposición del diseño italiano que estará visitable hasta marzo 2014, por lo que considérenlo un buen panorama para estos días de canícula incesante. Es una cantidad impresionante de objetos, diseño en gráfica, multimedia, muebles, joyas, accesorios de todo tipo e incluso alimentos. Tal como reza la presentación en las salas, es una exploración de la nueva camada de diseñadores, la búsqueda de nuevas formas de la creatividad que ciertamente se logra con creces.

El diseño, un buen termómetro de la salud creativa!!!

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Coronación : una obra imperdible

Para quienes conocen el trabajo literario de José Donoso, esta obra recoge el más conocido de sus libros y esa aguda mirada de los psicosocial que Donoso cultivó con talento. Bajo la dirección de Alejandro Castillo, el GAM ofrece esta maravillosa adaptación de José Pineda con un elenco sorprendente.

La sala repleta, varios actores de teatro entre el público, todo hacía sospechar que veríamos algo especial. Una escenografía impecable, un artilugio ingenioso que rotaba entre las escenas para mostrar los distintos escenarios en donde transcurre la obra. El exterior de la casa de Misia Elisa (una extraordinaria actuación de Bélgica Castro a sus 92 años!!), una sala de la casa, la habitación de Misia Elisa y el conventillo en donde viven los antagonistas sociales de esta historia que pone en evidencia el conflicto de ricachones y pobretones.

Cada personaje es icono de esa sociedad de mediados del siglo pasado que Donoso bien retrató y que estos fantásticos actores recrean de manera magistral. Pretendo volver a verla ya que el rol de Misia Elisa es alternado con la tremenda actriz Nelly Meruane.

Como la historia es conocida, solo puedo añadir que a pesar de durar un par de horas el tiempo vuela y terminarán aplaudiendo de pié.

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