Hoy salí a caminar con un solo objetivo en mente, encontrar un buen lugar para comer. El azar me llevó por el Parque Balmaceda para encontrar la primera versión de la muestra Mundo Gourmet. Un gran acierto pues esta temática estaba demasiado asociada a Paula Gourmet, por lo que me alegré de ver opciones.
Bastante bien para ser la primera versión de la muestra, ya que estaba muy ordenado y era posible revisar en cada pequeño puesto las diversas ofertas de delicias gourmet de casi 140 expositores. Desde cervezas artesanales, pasando por quesos y esa miriada de pastas de untar de cuánto aderezo nos podamos imaginar. Sesiones deliciosas de jazz en vivo para amenizar y clases de cocina dictadas por originales chefs, fue parte de la diversión.
Quizás lo más llamativo para mi fue la oferta de chocolates de verdad. Me refiero a chocolates con 50% o más de cacao, es decir, chocolate ya que menos que esto es pura grasa. La tentacion fue poderosa por lo que termine comprando unas delicias para regalar en el día de la secretaria y una selección de variedades de chocolates contaminados virtuosamente con especias desde merken hasta canela y quinoa en versiones gourmet maravillosas, los cuales disfrutaría con mi equipo días después.
A pesar de las degustaciones, mi hambre reclamaba más y por lo tanto terminé visitando un lugar que no falla en fomingos. Se trata del Hotel NH en calle Condell, cuyo restoran completamente solitario cuando llegué, me recibió en ese silencio delicioso solo matizado por la maravillosa música clásica que lanzaban los parlantes.
Debo reconocer que era algo temprano para una cena, pero el cliente siempre tiene la razón y yo era el cliente. Después de pedir mi habitual botella de agua mineral sin gas, me tenté con un goulach de wagyu a los champignones y puré rústico, pero de pronto cambié al ver en la carta unos escalopines de salmón dorados a la grilla con semillas de cilantro y pebre de albahaca además acompañados con un arroz al charqui equino y queso de cabra. El plato original es con atún pero no había y lo cambié por el salmón y quedó fantástico.
Para acompañar mi plato, conseguí una botella de Anakena Pinot Noir 2009 realmente fantástica y que en su cubeta con agua y hielo estuvo perfecta para el disfrute.
El postre, resultó unas hojuelas de mi abuela, unas masitas fritas con helado de chocolate que me fascinaron y que solo pude concluir con una taza de café negro.
Gran jornada gastronómica!!