Un local nada pretencioso en Pedro de Valdivia, nos invitó a disfrutar un almuerzo. Con mucha anticipación habíamos quedado, con una gran amiga, almorzar rico este viernes pasado. Me pareció un buen día para experimentar un nuevo restorán y éste me parecía interesante.
Es un lugar sencillo, quitado de bulla y deliciosamente atendido por mozas peruanas. Nunca termino de disfrutar el uso de un vocabulario más extenso que el chileno (no es gran desafío) y lindamente pronunciado.
Pasadas las 14 horas llegamos a almorzar. Teníamos meses de conversaciones pendientes, por lo que apuramos el pedido para alcanzar a conversar. Ella pidió un Filete al estilo Museo, un filete a la parrilla, cubierto de camarones y ostiones salteados con una guarnición de verduras salteadas. Para mí, un arroz chaufa de filete (había que entonar), un rico filete de lomo de vacuno salteado a punto con arroz a la criolla, cebollín, pimentón y huevo regado de salsa de soya.
Platos deliciosos que decidí acompañar con un vino meritorio, elegí un Santa Ema 60/40 ensamblaje de cabernet sauvignon y shiraz, estupendo maridaje. Hizo un banquete de este almuerzo con temas algo penosos.
Para el postre, que mejor que el clásico suspiro limeño, grandioso!!.
Un nuevo lugar para el disfrute, un museo que exhibe frescas muestras de la mejor comida peruana.