Tras una intensa sesión de trabajo con mis partners de proyectos especiales, el hambre y la sed nos subyugó y salimos a buscar un nuevo sitio en una calurosa noche de Santiasco.
En una callecita olvidada del barrio Manuel Montt, encontramos un sitio que debe tener unos tres meses de antiguedad. Una casona de corte colonial con una terraza en la entrada, un comedor y bar en el primer piso y un segundo piso con algunas mesas, pero lo más interesante era la terraza del segundo piso. Mejor perspectiva del paisaje nocturno y al aire libre para aprovechar la noche de primavera.
Cada uno de nosotros eligió una pizza a la piedra, una de Maiz (Mozzarella, choclo y albahaca), una cuatro estaciones (Mozzarella, champignon, choclo, pepperoni y jamón) y una Meditarránea (Mozzarella, queso de cabra, pimentón y rúcula). Exquisitas!!!!
Para acompañar, cada cual pidió su trago favorito y nos dimos al oficio de comer más pizza de la que se puede comer (cada pizza está destinada para tres personas por lo menos). Golozos y entretenidos discutiendo sobre nuestros proyectos, logramos terminar con todo, añadiendo pimienta y merkén, dos estimulantes condimentos.
El lugar se especializa en pizzas y bar, lo que lo transforma en una buena opción para compartir una buena conversación con amigos. Buen lugar!!!.