Esta grandiosa ópera de Verdi marcó el inicio de la temporada artística 2009 del Teatro Municipal. Un lleno total fue un perfecto marco para disfrutar la romántica y al mismo tiempo triste historia de la Dama de las Camelias de Dumas.
Violeta, la joven cortesana, se rinde ante el amor confesado de Alfredo y decide dejar su vida un tanto licenciosa y dedicada al placer para vivir el amor, como una promesa de vida antes de sucumbir a la tuberculosis que le aqueja. Un amor enorme y trágico, que se interrumpe cuando el padre de su amado interviene para detener esta gesta escandalosa (para la época definitivamente inmoral). Por amor Violeta deja a su amado y regresa a su anterior vida, lo cual desata la ira y celos de Alfredo, pues él cree que le ha dejado por otro. La situación engañosa culmina con Violeta en su lecho de muerte recibiendo a su amado para reconocerse ambos en el amor, pero sin solución ya que ella muere.
Una obra tremenda, con desafíos vocales deliciosos que la soprano superó notablemente y que, por momentos, pusieron en jaque al tenor que hizo el personaje de Alberto. En cualquier caso, una impecable puesta en escenario, con un despliegue escenográfico de primera y la magnífica ejecución de la orquesta filarmónica.
El segundo pasaje del segundo acto fue un tanto complejo, pues se incluyó una escena muy cruel en donde un conjunto de toreros, participantes de una fiesta, se ensañan con una gitanilla de manera bastante grotesca, incluso al punto de recibir abucheos del público. Fue el punto flaco de la obra, ya que era innecesaria dicha presentación. Todo lo demás, a mi parecer, magnífico y repetible.
Un buen inicio de temporada para la ópera, bien por el Teatro Municipal!!