La Mar : una cevichería antigua y famosa

Precedida por la fama del gran artífice de la gastronomía peruana, Gastón Acurio, este lugar sigue atrayendo a mucha gente. En mi caso, me había resistido por largo tiempo ya que en Nueva Costanera encontraba otros sitios que me atraían más. Sin embargo, en esta incursión al barrio me sorprendí con la desaparición del Sukalde (después que migró desde Av. Bilbao hacia Nueva Costanera) que se suma a la pérdida que significó la salida del exquisito restaurante Agua y el Tierra Noble (ahora en nuevo lugar). Caminando unas cuantas cuadras llegué a la inevitable conclusión que era el momento de ingresar a La Mar.

Partí como de costumbre ojeando la carta y refrescando mi garganta con agua mineral. También aprovecho estos momentos iniciales para observar el territorio, calibrar el tipo de comensales y sentir el ritmo del lugar. No tarde en descubrir mucho oficinista alargando su almuerzo de día viernes, madres con hijas adolescentes comiendo liviano, gente haciendo negocios, en fin mucha gente.

En la carta descubrí una buena entrada para calentar motores, se trató de un rollo crocante (panko relleno con camarón, centolla, palta, queso y salsa), un plato magnífico en sabores y contundencia. Para los fondos, que mejor que una merluza alocada que disfruté junto a una fresca botella de pinot noir casas del bosque reserva. Bocado a bocado, pude comprobar que hay una buena cocina en este lugar y que a pesar de los años, mantiene una gran clientela adicta a los sabores peruanos ya la creatividad gastronómica.

Un postre como se merece fue el crocante de maracuyá que  acompañé con un negro café, en señal de despedida.

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