No hay opción, la tristeza se apaga con placer asi es que salí del hospital en búsqueda de este lugar para una cita con el alma de mi padre, ya que su cuerpo enfermo yace conectado a las máquinas de una UTI.
En la carretera al sur se encuentra el local original de comida chilena «Juan y medio», en directa alusión al porte de su dueño, pero hace muy poco tienen un nuevo local en el barrio Brasil. Un local grande en una linda casona en plaza Brasil.
Ambientado a la chilena, con ciertos toques de elegancia que dan muestra de una interesante propuesta. La temperatura bien acondicionada para convertir el sitio en un remanso para evitar el calor de santiasco. Con tres pisos habilitados, un primer piso para no fumadores, el segundo para fumadores y un tercero más pequeño el cual puede permitir un reservado para un grupo bastante grande.
Los platos, todos del universo imaginario de la cocina chilena, con una oferta de menú para cada dia de la semana (dos opciones) y muchos otros a la carta, todos platos contundentes y sabrosos.
Al llegar, apenas me acomodo, traen a la mesa dos enormes panes amasados calientitos, una porción de mantequilla y aji pebre, ideales para calmar el hambre y prepararse para lo mejor.
Como es de esperar, la música 100% chilena para mantener la armonia del concepto y parda no ser menos, pedí inmediatamente para el aperitivo una fresca vaina. Luego ordené un clásico charquicán con un par de huevos fritos y una ensalada bien chilena, favoritos de mi padre, además de una botella del rico ensamblaje tinto de Misiones de Rengo (cabernet sauvignon y syrah).
Llegó un plato descomunal que gocé de principio a fin y que me sirvió para brindar varias veces por la recuperación de mi viejo.
Fantástico almuerzo, la comida chilena tiene un gran exponente en este lugar.
Una respuesta a “Juan y medio : delicias a la chilena”