Parece raro encontrar un buen lugar en un boulevard atestado de ofertas de nivel discutible debido a la presión por gustos masivos y de bajo precio. Es un tema histórico y se fue agudizando con el paso de los años con algunas excepciones. Sin embargo, contra todo pronóstico, he encontrado un sitio que ya he ido 3 veces y me tiene francamente impresionado.
Se trata del restaurante Barrica 94, elegante, buen diseño, atendido impecablemente y con una oferta de platos y vinos superior. Ahora les comento.
La primera ocasión, partí con mi habitual agua sin gas y seleccioné de la sorprendente carta un montadito de anchoas. Un appetizer sorprendente. Para los fondos, me di vueltas varias veces por la carta, indeciso y al mismo tiempo ansioso por saber que me gustaría más. Finalmente, me decidí por un filete a la parrilla al que añadí una salsa de syrah y acompañé con un puré rústico. Debo admitir, que fui sorprendido no solo por los sabores sino por la presentación y el delicado servicio brindado.
Considerando el plato que comería y la impresionante cava de vinos, me tomé la molestia de ubicar una botella de vino a la altura y llegué a un Corazón de Indio de Marty una exquisita mezcla de Cabernet Sauvignon, Carmenère y Syrah, envejecido en barricas de roble francés. Inmejorable!!.
No fui capaz de seguir con algún postre, así es que esta primera visita concluyó con un buen café negro. Sabía que volvería.
Para la segunda oportunidad fui acompañado, no solo por lo entretenida que es mi partner sino porque sabía que la iba a sorprender. Iniciamos la incursión con agua sin gas y una coca light mientras compartíamos unos crocantes de prieta (rollito tipo primavera rellena de prieta con arándanos y salsa de ají verde) . Esto es fantástico!!
Luego fuimos por un cancato de salmón y para mí un salmón a la parrilla con salsa de maracuyá acompañado de una selección de legumbres, ambos platos deliciosos. Acompañamos con una botella de pinot noir Maycas reserva especial, que estaba extraordinario. Claramente es un sitio de vinos, pero a eso suma una carta exquisita y muy gourmet.
En esta oportunidad, había que probar los postres, así es que fue bienvenido un cheescake y un pie de limón, mientras bebíamos las tazas de café de rigor. Claramente, este sitio seguía siendo fascinante!!.
Como soy un obsesivo irremediable en temas de disfrutes, pasó poco tiempo antes que invitara a mi partner a una nueva sesión en Barrica 94. Partimos con un maracuyá sour para ella y un rico sour de albahaca para acompañar un gravlax (appetizer que consiste en finas rodajas de salmón curadas en sal, azúcar y eneldo). Éxtasis al comenzar!!
Para los fondos, mi partner se tentó con un garrón de cordero con puré rustico, mientras que en mi caso, quise probar el plato que solo miré en la ocasión anterior, me refiero al cancato de salmón. Como en esta ocasión solo yo probaría vino, pedí una botella de pinot noir Veranda, un pequeño clásico que venía muy bien a mi plato. Después pensé que podría haber probado algunas cepas por copas, pero ya era tarde para cambiar de opinión.
Nuevamente apostamos por los postres y compartimos una torta mil amores y un pie de limón (recordando lo delicioso que era), además de los respectivos cafés.
Ha nacido un gran lugar, imperdible!!