La Vinocracia : interesante opción post teatral en Plaza Ñuñoa

Esta noche teníamos entradas para ver una de esas obras imperdibles de Tryo Teatro Banda en una sala del Teatro UC y sabíamos que era un filete solo a partir de nuestro seguimiento a las obras de esta agrupación talentosa que en gran parte ha venido a ocupar el espacio que dejó la disolución del maravilloso grupo La Troppa (continuada en Teatro Cinema con Pizarro y Zagal y Viaje Inmóvil de Jaime Lorca).

La obra en cuestión es un montaje, como siempre original y desbordante de talentos, llamado O’Higgins Un hombre en pedazos, el cual nos remite en la historia chilena a los sucesos que marcaron la dimisión del dictador O’Higgins al cargo de Director Supremo, traicionado por su Logia Lautarina y cercanos. La versatilidad de estos actores, músicos y cantantes es una delicia que merece disfrutarse no solo por lo lúdico sino porque ayudan a entender de forma didáctica la historia latinoamericana. Ya tienen 10 obras a su haber y cada vez muestran nuevas facetas y habilidades que merecen toda mi admiración.

A la salida del teatro, no pudimos cumplir el rito de ir a cenar para conversar sobre lo visto, pero eso no impidió que me fuera a rastrear algún filete en la zona de Plaza Ñuñoa. En la casona en donde existió por mucho tiempo un restaurante de comida china, desde fines del 2015 existe este interesante lugar llamado La Vinocracia. Por supuesto que reina en el sitio una amplia oferta de vinos y un buen servicio, muy coincidentes con mis expectativas. Además era la mejor opción para completar el cuadro histórico en que quedamos después la la obra teatral.

Un buen sandwich, un par de copas y las ganas de una conversación que debí postergar hasta otro día. Me gustó el concepto de La Vinocracia, por lo que regresaré apenas sea posible.

 

Sunset Limited : una obra excepcional

Si bien tener un premio Pulitzer no necesariamente garantiza algo, es menester declarar que en el caso del estadounidense Cormac McCarthy claramente hay mérito. La adaptación que hace Rafael Gumucio y el talento de Roberto Farías junto a Marcelo Alonso en el escenario, nos dejaron fascinados en esta última incursión al Teatro de la UC en Plaza Ñuñoa. Ambos actores muy reconocidos y premiados, versátiles tanto en cine, teatro o dirección, pero verlos en este diálogo ha sido una revelación.

Por un hecho fortuito, ser salvado de su suicidio en una estación del sunset limited hace aparecer al personaje de Alonso en la pequeña y pobre habitación del personaje de Farías. Así, repentinamente, dos hombres solos y encerrados en cuatro paredes se enfrentan cordialmente (la mayoría de las veces) desde sus profundas creencias y motivaciones en un diálogo impecable y potente. Alonso de origen acomodado, sufre moral y emocionalmente por un mundo oscuro y sin sentido y que pese a su fortuna material solo ve salida en la muerte. Farías, en una maravillosa actuación, representa un individuo simple y pobre, de pasado oscuro y reinvidicado a sangre y fuego en la creencia de dios y en su misión de salvar al otro.

No solo se enfrentan en potentes argumentos, falacias y metáforas, sino que profundizan cada cierto tiempo en los arquetipos del creyente a ultranza y el ateo sin causa. Los pequeños gestos de nobleza de Farías hacen vacilar por momentos las convicciones de Alonso y batallan entre sí para acortar las distancias abismales entre ellos. Hay momentos de ternura y de furia que los acercan y alejan según avanzan en un camino que finalmente los dejará donde mismo. En la soledad de ese enfrentamiento histórico cada cual persigue un objetivo que no puede ser coincidente.

Al final, Alonso en el umbral de la puerta que lo devuelve a su vida (o muerte) mira hacia atrás a Farías, quien aletea e invoca a su Dios por no permitirle hacer su misión. Realmente, no hay respuesta, solo en la mente del espectador se descubre la propia creencia y el verdadero final de esta fantástica obra. Absolutamente recomendable!!!

Daddy’s always right : preciosa obra

Cuando compré mis abonos para Santiago a mil e incluí esta obra no me percaté que eran los mismos actores de la obra El Capote, mágica casualidad ya que ellos me encantaron y esta sería una mejor oportunidad de disfrutar su arte.

El caluroso Teatro UC repleto, sospecho que había corrido la voz acerca de lo buenos que son esta pareja de actores búlgaros. Maestros del clown teatral, usan lo mínimo como escenografía, unos rollos de algodón para crear la nieve, otros para vestir, unos ingeniosos objetos de genero, cuerdas y varillas y todo lo demás es el extraordinario  desempeño de ellos para llenarnos de ternura y hacernos ver cosas que no existen y que cobran vida ante nuestros emocionados ojos.

Basada en una obra de Hans Christian Andersen, estos maravillosos actores nos llevan en un viaje fantasioso por las torpezas de «papy» y la encantadora forma en que «mamy» logra darles sentido. Al final de cuentas, el mensaje es muy sencillo para cualquier pareja, si amas al otro lo debes aceptar tal y como es, incluso y sobretodo cuando no es tan perfecto y hace las cosas mal.

Preciosa obra, para todo público.

El Capote : gran presentación de Bulgaria

Esperaba con ansias esta versión bicentenaria del Santiago a Mil, la que nunca más fue el teatro a mil que tuvimos a inicios de los 90’s (ahora realmente cuesta harto más de mil). Debo estar fuera de foco porque sigo recordando esa idealista idea de arte para todos (hay que reconocer que se compensa con maravillosos espectáculos callejeros gratuitos). En fin, llegó el bicentenario y hay que hacer opciones.

Pertenezco a la especie de los que definen con precisión lo que quieren y mis 12 abonos en esta versión del Santiago a mil, tratan de recoger mi sensibilidad por las artes escénicas.

Esta noche me tocaba una obra muy singular, una pieza de teatro que he gozado antes, pero que me engendra sentimientos encontrados. Cuando gocé la versión con títeres de Aline Kuppenheim, a pesar de la tragedia que cuenta la historia, me divertí como niño con la maestría de las marionetas y las voces. En este caso, la misma historia, es contada con misterio y especial humor en una representación genial al estilo clown.  La pareja de actores búlgaros no hablan español, pero prepararon la obra en un perfecto castellano asi como lo han hecho en otros tantos idiomas. Una maravilla de prodigios, manteniendo como base la universalidad del humor, el cual no necesita palabras para expresarse.

Un teatro UC lleno, acalorado como siempre (nadie habrá pensado que un aire acondicionado lo haría mejor lugar). En finh, una obra encantadora, literalmente hilarante y al mismo tiempo trágica. La magia de unos actores excepcionales y un formato de producción minimalista ensayado a ultranza. Es imperdible!!!

Maravilloso comienzo personal del santiago a mil es decir #stgoamil