Aunque fue todo un atado, ya que cambió la fecha inesperadamente y me tuve que acomodar en otra fecha que no tenía considerada, me hice el espacio en mi agenda y me sumé al placer de una buena sesión de piano en manos de un maestro excepcional.
Este Bahíano, es un verdadero genio del piano y además desde los 3 años de edad, por lo que tener la oportunidad de escucharlo es una delicia que no me perdería por nada. El concierto comenzó con algunos minutos de retraso, pero desde el comienzo quedó claro que era una maravilla. Una selección de piezas de Mozart, fue la primera salida. Luego vino una arremetida de partituras de Beetovhen con lo que eclipsó al nutrido público, que llenaba el Teatro Municipal. Tras un receso vino la selección de Chopin, claramente la especialidad del pianista.
Tras la espasmódica y deliciosa interpretación, el maestro se dió maña para recordar al gran chileno Claudio Arrau con una arreglo de Lizt para El Rigoletto, y posteriormente con una deliciosa pieza de Schubert.
Maravillosa presentación, el piano es una maravilla que siempre sorprende!!!