Pantaleón : visitando una picada peruana del centro

He comentado en otras ocasiones cuanto me gusta la comida peruana y al mismo tiempo encontrarla en nuevos sitios. Una reunión almuerzo se transformó en ocasión propicia para hacer un recorrido de búsqueda y con apoyo del azar, llegamos a este sencillo pero sabroso lugar en el centro de Santiasco. Tiene el mismo nombre de otro restaurante peruano que conocí hace algún tiempo y quien sabe si es parte de la misma iniciativa.

Bastante lleno a esa hora, descubrimos que tenía un segundo piso y me fui directamente hacia allá. Un gran grupo en alguna celebración estaba a poco tiempo de terminar. Ya instalados en el amplio y un tanto insípido comedor (todavía están preparándolo), conversamos un rato pero rapidamente perdí la paciencia y bajé a buscar un mozo. Debe ser la edad, ya que me carga esperar.

Un atento mozo, disculpándose, llegó a prepararnos la mesa y tomar nuestra orden. No necesitábamos la carta, cada cual tiene sus preferencias. Mi colega eligió un típico salteado de res y por mi parte, un rico seco de res. Mientras llegaban los platos, llegó el pan y esa rica salsa con ají amarillo que tanto me gusta y además los pisco sours que habíamos encargado.

El trabajo se vió especialmente favorecido porque estábamos solos en el salón y con suficiente tiempo para tratar una infinidad de temas. Cuando llegaron los platos, aproveché de pedir una botella de vino. Afortunadamente pude conseguir un carmenere de Santa Digna, razonable compañía para disfrutar el rico almuerzo.

 

Cenando en El Ancla : una experiencia probada

Buscábamos un buen lugar para cenar mientras caminábamos muy tarde por las cercanías del barrio Manuel Montt, cuando de pronto vino el recuerdo de un sitio  que sabíamos atendía hasta tarde y que era una experiencia disfrutable sin contemplaciones.

Rápidamente nos fuimos a la pequeña terraza del segundo piso con la esperanza que hubiese espacio, pero la fortuna no estuvo de nuestra parte. En cambio, encontramos una mesa en una zona en que circulaba una rica brisa y nada que decir, estaba perfecto.

Nos matriculamos de inmediato con un buen pisco sour y pedimos una delicia que este lugar ofrece, una fuente con locos y papas mayo sobre una cama de lechugas y unos finos cortes de pimiento. Es una delicia imperdible!!

Para los fondos, sabiendo que había una partida de lenguado fresco, seleccionamos un lenguado a la mantequilla negra y ensaladas palmito palta para mi partner y en mi caso un atrevido lenguado con salsa de naranjas y papas provenzal. Para acompañar estas delicias, pedí una botella de un consagrado Pinot Noir Cartagena de Casa Marin, el cual mantenido en su cubeta con hielo y agua nos brindó grandes placeres.

Nos tuvimos que olvidar de los postres en consideración al nivel de satisfacción, por lo que fue bienvenido un buen café negro.

El Ancla es una maravilla!!

Bahía Pilolcura : una experiencia disfrutable

Una mañana en que a pesar de esforzarme por dormir más, no me fue posible. Decidí desayunar rico y prepararme para una salida de reconocimiento en cleta.

Partí zigzagueando por las calles de Providencia con la intención de descubrir algún sitio nuevo, tras recorrer hasta Irarrázaval, finalmente decidí recorrer el barrio Manuel Montt en donde habitualmente hay cambios. Varios sitios cambiaron de dueño o de nombre y aparecen otros, por ejemplo ya no existe Don Peyo pasando a ser otro sitio, el peruano Sacsayhuaman se convirtió en otro restoran peruano, enfrente de Don Peyo se está armando una marisquería muy fachosa, por fin comenzó a funcionar el Puchacay y muy cerca del Pub La Luna comenzó a operar un nuevo restaurante. Con este material ya tengo aseguradas varias salidas de disfrutes para los siguientes días.

Completada esta etapa del paseo, me pareció que ya era hora de tomar la ruta  hacia el cerro San Cristóbal y lo hice por Pedro de Valdivia. Hay tramos de esta subida que me hacen recordar ineludiblemente todos los excesos de la semana y el sonido de mis jadeos junto a la deliciosa música que voy escuchando terminan por darme todo el ánimo que requiero para llegar una vez más a la cumbre. El rito no pudo esperar y pedí mi jugo de mote con huesillos helado, el mejor brebaje para premiar el esfuerzo del ascenso. Hoy me repetí el premio porque hacía demasiado calor.

Pronto, decidí regresar y me preparé para ese fantástico descenso, la brisa que refresca el rostro y la sensación de volar. Qué delicia!!

Conecté con el desvío hacia La Pirámide y me fui hasta esa zona en donde tomé el parque que recorre Américo Vespucio hasta llegar a Pocuro. De ahí por la ciclovía hasta conectar nuevamente con Antonio Varas. Mientras pedaleaba comencé a sentir hambre y me pareció un buen día para ir a un sitio que hace mucho tiempo conozco y nunca lo he encontrado abierto. Claramente hoy se rompería la cábala, pues no solo estaba abierto sino que estaba especialmente interesante. Me refiero al pequeño restaurante Bahía Pilolcura ubicado en las Torres de Tajamar.

Mientras aseguraba mi cleta en una reja, conversé la atenta moza quien me comentó con pasión los mejores deleites del lugar. De esa forma, apenas tomaba asiento pude pedir un ceviche de corvina y camarones al estilo chileno y un pisco sour con limones normales pero preparado e el momento. Pequeñas diferencias que son importantes.

Mientras esperaba, pedí una botella de agua sin gas y hielo al mismo tiempo que llegaba una hermosa concha – panera con pan muy caliente y un pote con mantequilla para mi disfrute. Deliciosa música chilota y una atmósfera tranquila me acogió para bajar mis revoluciones.

El plato de ceviche se veía delicioso, adornado con el regalo de unas ostras pequeñas y sabrosas que me regalaron. Cortes de corvina fresquísima, camarones, cebolla y cilantro todo en un mar de limón para ser acompañados con una copa de pisco sour fantástico.

Un sitio encantador para una experiencia muy disfrutable.

Olan : delicias en su nueva casa

Hace unos 4 meses el restoran Olan salió de su habitual residencia en Seminario para ubicarse en una inmensa y preciosa casona blanca en calle Condell cerca del Hotel NH.

El sitio está acondicionado de manera extraordinaria, blanco riguroso, paredes impecables y pinturas peruanas que resaltan de manera genial. Llama la atención el espacio disponible y que se privilegie esa comodidad para los clientes. Nada más desagradable en un restoran que sentir el olor de la comida de otros o participar sin querer de sus conversaciones.

Partimos, como de costumbre con unos buenos pisco sours, aunque hicimos la variación de pedirlos mixtos con jengibre. Gran elección!!

La selección de los platos no fue fácil, la carta es muy tentadora y mi partner eligió una  reineta a la plancha cubierta con una de salsa de camarones ecuatorianos. Por mi parte, estuve a punto de ordenar un sudado de corvina con ostiones, calamares, camarones, tomate, cebolla, cilantro y  jengibre, pero finalmente me decidí por un contundente lomo saltado, esa rica especialidad peruana y que el Olan prepara  maravillosamente.

Dado que solo yo tomaría vino en esta ocasión, me incliné por seleccionar un JBouchon carmenere Chicureo reserva, delicioso y a tono con mi rico plato.

Nuevamente tentados con la carta, mi partner eligió una crema volteada y en mi caso una mazamorra morada, postres fantásticos que cerramos con un buen café negro.

Notable El Olán, vale la pena regresar.

 

TapasPassion : demasiado rico

Un día especial pues me juntaba con una gran amiga a quien no veía hace varios meses debido a mi especial sobrecarga laboral y también extra-laboral. Nos concertamos con una semana de anticipación para ir a comer algo rico juntos y dar rienda suelta a una puesta al día sin límites de tiempo.

A la hora prevista, pasé por ella a su lugar de trabajo y caminamos hacia un nuevo destino en la zona de Pedro de Valdivia. Un sitio que divisé varias semanas atrás en mis habituales paseos de reconocimiento en cleta. Por fuera, se veía interesante, marcado por la idea de españolas tapas, pero en su interior me llevé una sorpresa mayor.

Un local hermoso, bien diseñado, con un estilo muy moderno, algo muy evidente en el mobiliario delicadamente elegido, los colores, el minimalismo estético y la grata atención.

Elegí la terraza interior, tranquila, bastante espaciosa y moderada por el delicado sonido del agua cayendo por una pared y suficiente sombra para un buen estar.

Partimos encantados con unas copas de sangría tapaspassion, un fresco elixir ideal para los días de canícula excesiva de este Santiasco.

Revisada la carta, claramente el estilo es lo pequeño y sabroso. Así que salomónicamente propuse que cada cual eligiera 3 tapas y que compartiéramos los sabores seleccionados. La lista de delicias resultó en unas gambas con gabardina, unas exquisitas patatas bravas, las increíbles bombas de carne, unas potentes croquetas passion, los exóticos pintxos de hongos con jamón y un increíble arroz cremoso con setas, recomendación de la atenta moza.

Como era de esperar, busqué en la carta de vinos algo especial y me encontré un viejo conocido, un Pinot Noir William Cole Mirador, fantástico para acompañar el festín.

Considerando la increíble calidad del lugar, me sorprendí que no hubiese muchos comensales. Quizás, no era el día más típico, pero me asombré con la oferta. Delicioso!!!!

Al final de nuestra larga tertulia, no había espacio para postres pero si para un buen cafe negro, que disfrutamos lentamente mientras cerrábamos esta experiencia exquisita.

100% recomendable, TapasPassion es una maravilla.

 

Squadritto : rica y tranquila cena

Es impresionante como pasan los días y los meses, sentía que hace tan poco que había estado en este lugar y ha pasado casi un año. Lo ventajoso de estar en una calle de bajo tránsito y en medio de un barrio con abundante oferta gastronómica, seguramente les ha dado un buen pasar.

Instalados en la terraza, partimos con agua mineral sin gas y mi partner con  coca light, mientras me esforzaba por leer a medialuz la carta. La ceguera nocturna me está haciendo pensar en llevar en el bolsillo mi linterna frontal cuando salga a cenar.

De la gran variedad de pizzas disponibles, nos tentamos con una pizza frutti di mare, un clásico sabroso, el cual acompañaríamos con una fría y deliciosa botella de pinot noir Tabali.

Una cena animada solo por el ritmo de la buena conversación y los sabores, fantástica tranquilidad!!

 

Vista Cordillera : almorzando en cleta

Ya pasaron más de tres meses desde mi último biketrekking, pero en este día inexplicablemente llevaría a cabo otro a pesar de tener otros planes. Desperté relativamente temprano aunque no lo suficiente para ir a un paseo Malayo que hoy tenía por destino el lindo cerro Pintor. Sin embargo, como me precio de manejar más de un plan, decidí salir en cleta a pasear por senderos en el cerro San Cristóbal.

Antes de acometer el cerro, me dediqué a pasear un poco y rescatar algo de arte callejero tomando algunas fotografías. Ya con el cuerpo preparado, tomé aliento y subí tan rápido me fue posible hasta la cumbre del cerro. Qué delicia, a pesar del cansancio, el cuerpo se llena de placer y el premio de un jugo de mote con huesillos termina de gratificar el momento.

Bajé del cerro alrededor del mediodía y mientras disfrutaba la brisa del descenso, me puse a pensar que tenía rango de tiempo suficiente como para escaparme de Santiasco e ir a almorzar al Cajón del Maipo. No dejé tiempo para cambiar de opinión y me lancé a la aventura. Me fui por Pedro de Valdivia hasta la ciclovía en la misma calle y luego conecté con la ciclovía de Dublé Almeyda. Luego Macul y de ahí derecho hacia Avenida La Florida. En el camino compré una botella de hidratante y continué pedaleando.

Al comienzo del camino El Volcán hay una picada de mote con huesillos, lugar preciso para refrescarse, sentarse un rato y de paso llenar la botella con heladito jugo para el resto del viaje

Pasé por La Obra, luego Las Vertientes y más allá El Manzano. El rico restoran Calypso cerrado por vacaciones y de pronto, aunque he pasado unos 10 años por aquí, esta vez me si pareció buena idea detenerme en el Vista Cordillera. Un sitio sencillo, bastante concurrido y con una terraza que era mi mejor opción en ese momento.

Partí pidiendo una vaina, mientras llegó pan caliente, mantequilla, pebre y una salsa verde al cilantro. Revisada la ca.rta, me pareció que el gasto calórico realizado hasta el momento, bien merecía algo contundente. Entonces, el plato elegido fue un enorme filete a lo pobre servido en un hirviente  plato de fierro rodeado de las papas fritas y coronado por la cebolla y los huevos fritos. Tremendo y delicioso plato!!!. Para que el disfrute fuera completo, pedí un carmenere reserva de Marqués de Casa Concha, un caldo tinto potente para engrandecer mi almuerzo.

Me hizo por un buen rato compañía un perro chico llamado Washington, quien se empinaba en dos patas para saber si me quedaba comida y luego colocaba su barbilla en mi pierna y gemía suavemente pidiendo. Me ganó la ternura y la técnica manipuladora del quiltro, así es que compartí mi filete con él.

Tras un merecido descanso, comenzó el retorno que tenía la ventaja de ser en gran medida de bajada, aunque con el terrible calor de igual manera era bastante el esfuerzo. Me detuve nuevamente en la picada del mote con huesillos cuando llegué al comienzo del camino y pude cargar mi botella con algo refrescante, para poder llegar a casa finalmente tras 90 kms en cleta.

Buen paseo!!!

 

Waldini Pizzería : rica opción

Buscando un nuevo lugar en donde almorzar tarde (en realidad muy tarde) tras un buen paseo en cleta, encontré una pizzería  muy estilosa a la entrada de calle Constitución. A mi llegada, solo se escuchaba al interior el monólogo incesante de un mozo argentino que parecía amar escucharse y las mozas no se aparecían por la terraza en la calle en donde me había instalado.

Una vez que logré llamar la atención, una atenta chica me trajo la carta en donde claramente dominaban las pizzas rojas (al pomodoro) y blancas (sin salsa), ricas combinaciones de ingredientes que me tentaron rápidamente. Sin embargo, recordé que tenía un compromiso de cena en poco rato más (era harto tarde mi almuerzo)  y por lo tanto, me fui por una que Focaccia Waldini, un exquisito pan con pasta de aceitunas, queso de cabra, salmón, ciboulette y berros.

El delicioso sandwich lo acompañé con un refrescante mojito, que me hicieron recuperar las calorías que gasté en 35 km de cleta disfrutados momentos antes.

Waldini es una delicia!!!, regreso prometido.

 

Boudoir : un lugar delicioso

Esta noche era nuestra habitual junta de trabajo con mi hermano para ver nuestros proyectos y aprovechar de conversar de sueños e ideas. Fue una sesión muy ejecutiva amenizada por unas heladas cervezas para hacer frente al calor asfixiante de Santiasco.

Como era la última sesión antes que él saliera de vacaciones, decidí hacerla especial y lo invité a disfrutar una cena en un sitio que tenía previamente elegido en mis contínuos paseos en cleta por la zona de Bellavista.

Nos fuimos caminando y conversando hacia el Boudoir, un estiloso lounge bar francés que lleva unos pocos meses por ahí y que aposté, seguro estaría muy bueno.

Una casa de arquitectura notable, decoración muy afrancesada, algo kitsch pero se ve bien y lo mejor, la atención desde el primer instante verdaderamente plausible. Nos instalamos en la semi penumbra que domina el lugar específicamente  en la zona del patio interior. Todo muy ad hoc, probablemente para enamorados, pero como yo amo a mi hermano menor, me pareció igualmente apropiado.

Pedimos unos kir royales para iniciar el disfrute, mientras hacíamos maravillas tratando de ver la carta con tan poca luz. En todo caso con la excelente atención del mozo, llegamos con rapidez a determinar cuales serían los platos. En mi caso, me dejé seducir con un filet roquefort, un exquisito filete a la grilla con tocino roquefort, pepinillos y cebolla caramelizada, mientras mi hermano cedió ante una Res en vino, compuesta por una carne mechada cocida en vino tinto cebolla frita y salsa dijon.

Con la promesa de esos sabores, de la carta de vinos no me quedó opción mejor que elegir un Parcela 7, el rico ensamblaje tinto que combinó perfectamente con la delicia de esos platos.

Fue una cena maravillosa, mucha conversación acerca de los logros del trabajo conjunto en nuestros proyectos, muchas nuevas ideas y todo ello amenizado por una  música lounge exquisita, a pesar que la temperatura ambiente es muy alta para mi gusto. (Regalo útil : un sistema de aire acondicionado).

Al final, Boudoir es una experiencia fantástica!!!

El Antojo de Gauguin : a pesar de todo me sigue gustando

Se me hizo tarde para almorzar  y tenía mucha hambre, por lo que salí a caminar buscando un sitio en donde saciarla. Por esas cosas inexplicables terminé una vez más revisando la oferta del Patio Bellavista, abundante pero de gustos que no siempre comparto. De pronto me encontré enfrente del restaurante de unos queridos amigos, me refiero al Antojo de Gauguin, que siempre me salva en estos trances.

A pesar que el cambio de mozos no siempre es afortunado, tengo la creencia que la calidad de la comida permanece. Tras conseguir que me atendieran, llegó a mi mesa en la terraza interior una Tabla de rellenitos mixtos y una porción de hummus, algo que me hace delirar de placer. Pedí también una botella de Palo Alto Ensamblaje de Cabernet Sauvignon, Syrah y Carmenere, una deliciosa compañía para mi tardío almuerzo.

Perdí la cuenta de los años que visito este lugar, pero debo reconocer que la calidad de la comida ha permanecido, no tanto el servicio, ya que al principio fueron los dueños quienes crearon la impronta que se ha ido perdiendo. Igual, me agrada volver de vez en cuando.

Este lugar me sigue gustando!!!