Ladrón de Bicicletas : un sitio muy cool

Hace tiempo que no regresaba a este sitio que conocí a fines del 2010 y que tan buena impresión me causara. En esta ocasión, ya pasada la medianoche, con hambre y ganas de disfrutar algo especial, nos instalamos en el sector de restoran. Este multiespacio, no solo tiene un café, sino que un buen sector de lounge y en donde nos instalamos, unas cuantas mesas para poder servirse algo un poco más contundente. Exquisita música acompañaba el momento mientras de una breve carta seleccionábamos algo disfrutable.

Una tabla llamada Gatopardo, con unos lomitos de res al pilpil, variedad de quesos, frutos secos,  un extraordinario pote con ceviche, tostadas y galletitas. Una combinación muy sabrosa que acompañamos con pisco sour y para mí un vodka sour muy bien hecho.

Me sorprendió constatar que bien podríamos haber cenado, ya que la oferta es bastante completa a pesar de la brevísima carta de opciones. Bien atendido y deliciosamente adornado por una nueva exposición de cuadros que viste las paredes, el lugar está muy cool.

Ladrón de Bicicletas es una buena opción para pasar un buen rato en Bellavista.

Paseo nocturno por barrio Italia : rica experiencia

Días laborales muy extremos y ya  por demasiado tiempo, debo compensarlos con algo entretenido y especial. Esta noche decidí deambular por el barrio Italia en busca de algo interesante y ojalá novedoso.

Tras dar unas pocas vueltas encontré un restopub bien escondido pero con bastante concurrencia. Se trata de Narciso, con un grupo muy enfiestado en su interior y en estridente conversación. Preferí dar otra vuelta en otra dirección y el sonido delicioso de un cuarteto de jazz en vivo, me sedujo de inmediato. Un pequeño sitio llamado L’aperitivo, que está al fondo de una pequeña galería con locales de arte, diseño y moda, componentes propias de este barrio cool. Bueno, el local estaba completamente lleno, así que solo me quedó disfrutar un rato en la barra mientras acumulaba hambre para ir a cenar a un sitio interesante.

Un buen tema de jazz y ya estaba en camino a la mitad del mundo, el restoran que elegí para cenar esta noche. Ubicado hace tantos años en la esquina de Condell y Rancagua, sabía lo que encontraría. Para mi sorpresa muy poca gente, quizás era muy tarde, pero igual me atendieron amablemente. En todo caso, prefiero los locales con pocos contertulios, son más silenciosos y se disfruta más la experiencia. Música latinoamericana con mucho Inti Illimani, algo adecuado considerando que el dueño es un integrante original del grupo (Max Berrú), así que me instalé a disfrutar, partiendo con un aperitivo ecuatoriano al 100%. Una mezcla deliciosa del llamado Espíritu del Ecuador (parece un licor de almendras) con jugo de naranjas, de piña y curazao. Exquisito!!!

Tentado como soy, elegí una entrada de palta rellena con camarones, ecuatorianos como corresponde, que solo consiguió abrir más mi apetito voraz. Revisé con cuidado la carta y encontré un plato de Encocado de reineta, una receta típica, con una reineta a la plancha con sofrito, salsa de coco, arroz blanco y plátanos fritos. Una maravilla que no había probado antes. Acompañé con un Syrah, vino reserva de Santa Emiliana (la carta no es muy extensa y tuve que elegir este vino como segunda opción, pero nada mal)

Una cena tranquila que recobró la calma en mi mente y cuerpo, algo que necesitaba con urgencia. Un gran krrtrekking!!

Una cena deliciosa en Rivoli : siempre notable

El Rivoli debe ser uno de los restoranes que mejor mantiene su nivel de servicio y calidad de su oferta gastronómica, a pesar de los años y de esa fama que muchas veces hace dormir en los laureles a más de alguno.

Partimos con agua mineral, mientras revisábamos la interesante carta de platos, hoy claramente íbamos por buenas masas y este lugar las ofrece en muchas variedades. Sin embargo, lo primero que probamos fue un pulpo grillado maravilloso, como pocas veces se ofrece y se cumple. Carne turgente, de toque ahumado, sabrosa y definitivamente imperdible. Acompañados por la música y la permanente atención del mozo, gran preocupación por atender bien, cuánto se agradece!!

Tortelloni de Zucca, rellenos con ricota y zapallo camote con mantequilla y salvia fue la selección de mi partner. Para mí, un Gnocchi amatriciana, hechos de papas y cubiertos con salsa de tomates, tocino, ají y vino blanco, me llenó el gusto. Para acompañar esta rica selección, un ensamblaje de syrah y viogner de Estampa Reserva edición limitada, exquisito!!.

Los postres no se hicieron esperar mucho, una torta de manjar y un rico cannoli sicilliani con helado de pistachos. Maravillosos!!.

Como es costumbre, al cierre unos cafés negros de intenso sabor. En realidad, da gusto volver a este lugar, la calidad manda.

Cena en Guría : sumando deleites

Muy cansado tras una semana laboral extenuante, nos reunimos a cenar y el lugar que elegí, nos esperaba para disfrutar como corresponde. Un kir royale y un jerez Tío Pepe para acompañar unos pimientos al piquillo, fue el comienzo del placer.

Tras revisar profusamente la carta, elegimos de fondos un solomillo a la parrilla con puré de camote con almendras tostadas y manzanas confitadas con salsa al vino tinto y unos garbanzos cocidos en caldillo de congrio con camarones, delicias que acompañamos con un exquisito carmenere Tres Palacios 2007.

Para los postres, una natilla con berries y flan de la casa, seguido de buen café negro, un término delicioso de tan buena cena de cierre semanal.

Qué bueno es el Guría!!!

Fulano Zutano & Merengano : reencuentro delicioso

Hace poco tiempo que este querido lugar, reinventado en el Patio Bellavista, cuenta con patente de alcoholes, algo fundamental para poder disfrutar una buena cena. La versión anterior de este restoran en calle Agustinas,  la disfruté por varios años y me alegró mucho su reaparición.

Tras asistir a una obra de teatro sorprendente en el Teatro La Memoria, tenía la justificación precisa para ir a comer rico. Una obra basada en un texto de Maurice Maeterlinck, bajo la dirección de Rodrigo Pérez convoca a 8 actores notables, incluido el increíble Alfredo Castro (dueño de casa), para recrear una obra compleja, acerca de la fragilidad humana, la armonía artificial de la familia y lo que puede ocurrir en segundos cuando llegas a saber algo que puede romper la oficiosa y formal  tranquilidad interior.

Salimos del teatro en animada conversación, repasando detalles y textos de lo visto y caminamos hasta el Patio Bellavista hacia FZ&M. Elegimos el segundo piso, alejándonos del ruido ambiente y nos instalamos en un gran salón, deliciosamente diseñado, acondicionada temperatura y delicada música lounge.

El atento mozo, pronto nos trajo esos ricos pancitos calientes y salsa de untar, para entretener el paladar mientras llegaban nuestros aperitivos. Un Kir Royale y para mí un Mojito Esmeralda, una combinación novedosa de vodka, arándanos, albahaca, jenjibre y limón, delicioso!!.

La cena, una corvina Poché,  un filete de corvina con couscous, camarones, choclo y crema ácida para mi partner y para mí placer, una tilapia con salsa peruana, un filete de rica tilapia con salsa de aji amarillo, queso de cabra al olivo y finas hierbas, sobre una cama de tierna y verde lechuga. Para amplificar el placer, elegí una botella de pinot noir Amayna, del valle de San Antonio, una maravilla que sigue deleitándome.

Compartimos un delicioso postre de chocolates, precisamente un mousse de tres chocolates, uno nde los mejores postres que recuerdo y buen café negro, mientras terminábamos la interminable réplica de sensaciones de la obra de teatro que compartimos.

FZ&M, está más delicioso que nunca!!

Una cena que no falla, Machu Pichu otra vez

Una noche tranquila a pesar de la afiebrada actividad laboral en que estoy inmerso. Nada mejor para este momento que buena comida peruana y en un lugar que poco a poco se ha ganado un prestigio notable, que hace hasta dificil encontrar una mesa sin previa reserva.

Llegamos a buena hora y por los preparativos, claramente había una celebración multitudinaria que ocupaba casi todo el local, aunque no había llegado casi nadie. Tras un divertido diálogo con un mozo, nos conseguimos una mesa en el salón principal y lanzamos el primer pedido, dos ricos pisco sours y unas causas de camarones y de atún como parte de la abundante entrada de una buena cena. Como claramente la selección de la cena iba por los pescados, corvina al cilantro y una corvina menier y arroz, el vino era bastante obvio y de la carta salió un pinot noir Terrarum de Morandé 2009, una combinación probadamente exquisita.

No quedó espacio para probar postres pero un buen café negro, un cierre adecuado para tan rica cena.

Baco: un lugar rico que comienza a declinar?

Hay lugares que confían demasiado  en lo rico de sus platos, en lo privilegiada de su ubicación y sobretodo en la fama que han alcanzado en años de buen trabajo. Sin embargo, hay detalles que hacen mucho daño al prestigio de un local y me refiero al servicio.

Baco ha sido por muchos años un lugar de referencia en mis incursiones gastronómicas y a no dudar su fama está bien ganada. Platos deliciosos, excelente selección de vinos en botellas y copas, un verdadero privilegio.

Obligado por las circunstancias, pude ir a almorzar bastante tarde y estaba cerca de este restoran, por lo que no dudé un instante en instalarme en su rica terraza interior. Tardaron un poco en advertir mi presencia, pero llegó la acostumbrada botella de agua fresca y la carta. Pregunté por la sopa de cebollas y por supuesto que formaba parte de la rica oferta del lugar, acompañé con una rica copa de pinot noir Amayna, mi preferido. Ya más compuesto, exploré la carta por los fondos y encontré uno de los pocos platos que no había probado, unos pimientos brandade rellenos de bacalao y acompañado con champignones salteados, trocitos de tocino y vegetales verdes al dente. El único problema es que nadie se aparecía a retirar mi plato de sopa y tomar el pedido que me hacía agua la boca.

Perdonando la situación logré hacer mi pedido y una larga espera en que aproveché de revisar algunos informes y chequear mis correos electrónicos. El plato, sencillamente exquisito y que mereció que pidiera una segunda copa del néctar tinto del valle de San Antonio con que partí mi almuerzo.

Terminado mi plato, pedí la carta para gozar un buen postre. Repasé con delicadeza la oferta y me quedé con un Baba au Rhum, pero finalmente me quedé en la más eterna espera, pues nadie apareció en 10 largos minutos, margen suficiente para agotar mi paciencia y me levanté, fui a la caja, reclamé y pagué la cuenta. Este tipo de incidentes son inaceptables y me da pena que un almuerzo tan rico, se malogre por el descuido imperdonable del servicio. Un buen restoran es una experiencia completa y el servicio es una parte crítica de éste.

Espero que corrijan y que haya sido solo una excepción.

Caleta Lastarria : una cena divertida

Un restoran  que vino a reemplazar a La Parte del Angel en el mismo lugar  del subterráneo del Observatorio de Lastarria, fue el lugar elegido para una cena after concert.

Un sitio estiloso, donde dominan por su belleza las vigas de roble que hay por todos lados, además de la simpleza del diseño, la cual no le resta prestancia ni funcionalidad. Nos instalamos en una mesa de la zona de no fumadores, en donde habían varios comensales que terminaban su cena y estaban en entretenida sobremesa.

El mozo, un joven oriundo de Concepción con mucha cancha y poca experiencia, estudiante de Relaciones Públicas y empeñoso a pesar de sus limitados conocimientos de la carta, de vinos y sobretodo del arte de ser mozo. Extremadamente simpático, nos hizo reír todo el tiempo.

Partimos con unos pisco sours con miel y jenjibre para acompañar un ceviche mixto que estaba demasiado bueno. Los tragos merecen un rediseño pero el ceviche estaba magnífico. Para los fondos, de la carta salió un extraordinario pastel de jaibas y un filete de mero que acompañé con una mezcla de risotto de quinoa y puré rústico al merken, una mezcla que negocié con el simpático mozo. La comida delicada y bastante bien hecha sin ser magnífica, sospecho que le falta improvisación creativa, un arte necesario para hacer magia en la cocina.

Para acompañar esta rica cena, tuve que hacer más de un intento de selección ya que el bajo dominio de conocimientos del chico atentaba un poco a la experiencia, no obstante lo cual, finalmente tuve ante mí una fría y delicada botella de pinot noir del valle de Leyda, que bien valió la espera.

Ya bastante avanzada la noche y cuando solo quedaban el dueño y su familia en otra mesa, quienes nos pidieron permiso para fumar unos cigarrillos, nos lanzamos a beber buen café negro y cerrar la incursión.

Aunque claramente aún no concluye la marcha blanca, este sitio tiene futuro!!.

Pasto Seco en Jazz Bellavista

Esta es una banda muy especial y que conocí una noche de jazz en Thelonious. El hecho que sus bases rítmicas sean mapuches o cuequeras, les hace representantes legítimos de un estilo de jazz muy chileno. Si a eso se añade que los músicos son bastante veteranos, asombra el despliegue de energía y vitalidad en el escenario.  Prohibieron tirarles agua, porque incluso así se prenden, como dijo el gran Ernesto Holman, bajista consumado y recordado ex- Congreso, quien se acompaña  con Jonathan Gatica (maestrísimo saxo tenor) y Moncho Pérez (poderosa batería).

Un grupo con una simpatía y alegría desbordantes, que entusiasma y hace disfrutar con ganas con sus temas de raíz étnica. Llama la atención con Jonathan hace sonar en ocasiones el saxo como una verdadera trutruca, mientras la batería simula un cultrún. Gran ritmo y belleza para esta versión tan chilenísima de jazz.

Incansables, todos los temas son de larga duración incluyendo uno que duró casi 20 minutos. Una proeza de ritmos y buen gusto.

Gran recital!!

Almorzando en Da Carla : mandando buenas vibras

Conversé esta mañana con mi querida amiga Carla, quien pasa por una etapa muy dolorosa pues su padre se encuentra en una fase terminal de un cáncer al pulmón. Triste fue nuestra conversación telefónica, más triste cuando nada se puede hacer para resolver la situación. Solo esperar.

Cómo estaba en medio del sector céntrico de Santiasco por trámites, me pareció mágico encontrarme de pronto con un sitio que me encanta y que por fortuna tiene el nombre de mi querida amiga. Se trata de la exquisita trattoria Da Carla en su ubicación original en Mac Iver y que me trae siempre buenos recuerdos además de disfrutar sabores incansables.

Decidí que almorzar en este lugar me permitiría enviar a mi querida Carlita y su familia muchas buenas vibras, además de proporcionarme un gran placer, algo que siempre necesito.

Después de mi habitual botella de agua mineral sin gas, partí con carpaccio de filete maravilloso, el cual llegó acompañado de una botella surtidora  de aceite de olivas y un lindo y pequeño jarrito de limón recién exprimido, para que yo mismo diera los toques de aliño adecuados. Por supuesto, pedí el grinder de pimienta para recortar pimienta fresca sobre este plato delicioso. Cómo me gusta este rito gastronómico!!!

Para los fondos, dudé entre tanta oferta que ya conozco en tantos años de visitar este exquisito lugar, pero me incliné finalmente por una merluza austral a la plancha con salsa de cebolla morada caramelizada al oporto y panceta italiana acompañada de una buena porción de lasaña de papas y berenjenas, una maravilla de sabores.

Tanta delicia bien merecía que ubicara un buen vino y de la interesante carta de vinos elegí unja botella de pinot noir Gran Reserva Casas del Bosque 2009, un frutoso y aromático vino que acompañó con arte este almuerzo mágico.

Me hubiera gustado probar algún postre, pero el tiempo, el maldito reloj de las obligaciones, me insistía que que debía volver al desafío laboral, asi es que tras un rico café negro, comencé el regreso.

Cumplida mi misión, desde el placer gastronómico inundé de buenas vibras y sana energía a mi querida amiga y especialmente a su atribulado padre hospitalizado.

Grande el Da Carla, es un lugar maravilloso!!!