Del Beto, buena comida chilena

Hoy estaba antojado de comer comida chilena, me sale extraño decirlo, pero siempre he pensado que enfrente de nuestros vecinos latinoamericanos, la comida chilena tradicional palidece y resulta bastante fome. Sin embargo, jamás pierdo la esperanza de encontrar y probar posibilidades de sorprenderme.

Una salida con partner, asi es que además de comer rico hay buena conversación. Los pasos nos llevaron hasta un viejo conocido, Del Beto en Manuel Montt. La casona preciosa como siempre y el atento servicio de los mozos, nos recibieron y condujeron hasta nuestra mesa en el salón más fresco, colindante con el patio.

Fiel a mis gustos, partí con una rica vaina mientras una coca light refrescaba a mi partner. La carta abundante, la recorrí un par de veces tras alguna delicia que no hubiese probado antes y aparecieron los dos platos que marcarían la cena. Mi partner eligió una reineta rellena con jaiba y salsa de camarones y para hambrienta humanidad, un cancato de salmón, es decir, un filete de salmón relleno con queso y longaniza, una bomba de sabores.

De la carta de vinos, seleccioné algo con suficiente sostén para los platos, un ensamblaje JBouchon Chicureo de  carmenere y syrah del  2010.

A no dudar, esta fue una cena potente y muy entretenida. Después de todo, en la comida chilena también hay buenos disfrutes.

La Taverna de la Piazza, una cena exquisita

Un problema que existe en Santiasco los días domingo es que resulta muy difícil conseguir un buen lugar para cenar, lo que adquiere carácter de tragedia cuando se tiene un ataque de hambre y se está demasiado cansado como para cocinar. Por suerte, recordé que recientemente se había inaugurado un boulevard en los bajos de la Municipalidad de Ñuñoa y hoy era perfecto para visitarlo. A pesar del hambre, decidí juntar más y me fui caminando desde Providencia hasta la Plaza Ñuñoa. Grande fue mi sorpresa el constatar que todos los locales, lindos por cierto, estaban cerrados o en el punto de cierre y ni siquiera pasaba de las 22 horas. Decepción!!!

No obstante lo anterior, recordé una disfrutable cena en un restaurante muy cercano, me refiero a la Taverna della Piazza. Apenas me instalé en la terraza, pude constatar que estaba bastante lleno y ningún asomo de querer cerrar. Me relajé y pedí la carta y una botella de agua mineral sin gas.

Lenta,mente recorrí la carta hasta que fui seducido nuevamente por un filetto piamontesse, un trozo jugoso de filete, con  cebolla caramelizada, abundante  queso azul sobre una base de puré rústico de papas con champignones al vermouth y queso parmesano. Maravilloso!!!!!!

Mi plato fetiche merecía un vino de textura amplia y de la carta de vinos, muy buena por cierto, seleccioné un Trío, mezcla tinta con  merlot, syrah y cabenet sauvignon. Divino acompañamiento para dar forma a una placentera cena.

Esta Taverna della Piazza es una gran opción dominical!!

Txoko Alaves : una cena abundante tras el teatro

La obra de teatro que habíamos seleccionado para este dia fue un golpe creativo en nuestro paladar y el hambre se hizo presente apenas abandonamos la sala del GAM en que disfrutamos el arte. Los pasos los dirigimos hacia el barrio Bellas Artes y casi sin darnos cuenta, llegamos a este sitio del cual guardo muy buenos recuerdos.

Muy caluroso el local a pesar de la hora, pero entretenido como siempre. Tras un extenso preparativo del viejo mozo (debe llevar décadas aqui), limpió y dejó en condiciones nuestra mesa. De la deliciosa carta elegimos un Cabrito al horno con papas chauchas y ensalada para quien escribe y una Corvina a la romana y papas chauchas para mi partner de esta noche. En la carta de vinos, muy interesante por cierto, elegi un Tabali reserva Syrah 2010 extraordinario.

Un disfrute culpable, definitivamente los platos eran descomunales y fue muy difícil terminarlos. Casi en el límite de la groseria, pedimos postres, unas enormes porciones que tuvimos que esforzarnos para asimilar.

El Txoco requiere tener hambre para visitarlo, pero es un gran sitio!!

Django : celebrando cumpleaños en la picada

Mi equipo de trabajo es excepcional, prende con agua y cuando hay que celebrar algo especial, como es el caso de un cumpleaños, a nadie importó que el lugar elegido fuera esta picada tan especial. Al contrario, todos prepararon sus cuerpos para un disfrute cargado al colesterol y a la abundancia sabrosa que solo el Django puede surtir.

Considerando que somos un grupo numeroso para las características del lugar, decidimos partir temprano a nuestra calórica cita. Instalados en la misma ubicación que usaramos un año atrás, pedimos unas jarras de chirimoya y vino ademas de varias de esas abundantes tablas con pichanga.

Mientras llegaban todos los comensales, se repitieron los pedidos de pichangas y jarras. Finalmente, los platos de fondo, chuletas, perniles, arrollados acompañados de papas cocidas y/o tomates o bien ensalada chilena. Un verdadero festín de comida chilena  espectacular.

Extasiados y sobre todo satisfechos, tras esta sesión gastronómica, comenzamos el retorno al trabajo, recordando que al menos una vez al año bien merecemos disfrutar sin restricciones dietéticas.

Qué rico es el Django!!!!

NH Ciudad de Santiago : una cena deliciosa tras una visita gourmet

Hoy salí a caminar con un solo objetivo en mente, encontrar un buen lugar para comer. El azar me llevó por el Parque Balmaceda para encontrar la primera versión de la muestra Mundo Gourmet. Un gran acierto pues esta temática estaba demasiado asociada a Paula Gourmet, por lo que me alegré de ver opciones.

Bastante bien para ser la primera versión de la muestra, ya que estaba muy ordenado y era posible revisar en cada pequeño puesto las diversas ofertas de delicias gourmet de casi 140 expositores. Desde cervezas artesanales, pasando por quesos y esa miriada de pastas de untar de cuánto aderezo nos podamos imaginar. Sesiones deliciosas de jazz en vivo para amenizar y clases de cocina dictadas por originales chefs, fue parte de la diversión.

Quizás lo más llamativo para mi fue la oferta de chocolates de verdad. Me refiero a chocolates con 50% o más de cacao, es decir, chocolate ya que menos que esto es pura grasa. La tentacion fue poderosa por lo que termine comprando unas delicias para regalar en el día de la secretaria y una selección de variedades de chocolates contaminados virtuosamente con especias desde merken hasta canela y quinoa en versiones gourmet maravillosas, los cuales disfrutaría con mi equipo días después.

A pesar de las degustaciones, mi hambre reclamaba más y por lo tanto terminé visitando un lugar que no falla en fomingos. Se trata del  Hotel NH en calle Condell, cuyo restoran completamente solitario cuando llegué, me recibió en ese silencio delicioso solo matizado por la maravillosa música clásica que lanzaban los parlantes.

Debo reconocer que era algo temprano para una cena, pero el cliente siempre tiene la razón y yo era el cliente. Después de pedir mi habitual botella de agua mineral sin gas, me tenté con un goulach de wagyu a los champignones y puré rústico, pero de pronto cambié al ver en la carta unos escalopines de salmón dorados a la grilla con semillas de cilantro y  pebre de albahaca además  acompañados con un arroz al charqui equino y queso de cabra. El plato original es con atún pero no había y lo cambié por el salmón y quedó fantástico.

Para acompañar mi plato, conseguí una botella de Anakena Pinot Noir 2009 realmente  fantástica y que en su cubeta con agua y hielo estuvo perfecta para el disfrute.

El postre, resultó unas hojuelas de mi abuela, unas masitas fritas con helado de chocolate que me fascinaron y que solo pude concluir con una taza de café negro.

Gran jornada gastronómica!!

Coquinaria : un almuerzo exquisito

Hace mucho tiempo que no podíamos encontrarnos con una apreciable amiga y se da la graciosa ocasión que podemos vernos en un gran lugar.  Me refiero al restoran del primer subterráneo del Hotel W, un sitio muy cool y que habitualmente congrega a muchísima gente.

Advertida del tema, mi amiga aseguró reserva en una mesa de la terraza, de manera que disfrutáramos al máximo nuestro breve encuentro, normalmente intentamos que sea así ya que la frecuencia factible para nuestros almuerzos no es mucha.

Coquinaria tiene un menú muy bueno, tanto que lo preferimos a pesar que la carta que solicité, estaba plagada de delicias tentadoras. Tras pedir jugo natural con bastante hielo para aplacar la excesiva canícula de este día, llegó la entrada de calamares a la romana y mientras mi amiga prefirió una abundante y variopinta ensalada como plato de fondo, yo seleccioné unos camarones y pollo al curry acompañados con arroz frito, deliciosos platos!!!

Coquinaria es harto más que un restaurant, es también una cafetería y un emporio de exquisiteces que bien vale la pena visitar. Hoy el tiempo no daba para tanto, así es que en honor al tiempo transcurrido, pedimos la cuenta.

Tentados por tomar unos buenos helados, abandonamos el restoran y nos fuimos caminando hacia Avenida El Bosque en busca de una heladería Yogen Früz con una oferta exquisita de helados de base de yogurth o de manjar, en donde experimenté uno de yogurth y berries extraordinario.

Mientras caminábamos hacia Tobalaba terminamos de conversar los últimos temas que nos quedaban y disfrutando nuestros helados llegó el momento del adiós y hasta una nueva ocasión de disfrutes.

Gran almuerzo!!

Patagón : un lugar para buenas reuniones

Siendo necesaria una coordinación de muchos temas contingentes, los pasos nos condujeron a almorzar en el Paseo Bulnes. Un almuerzo de trabajo para tres no siempre es posible de satisfacer en cualquier lugar, pero con paciencia y buena voluntad se puede hacer milagros.

Caminamos hacia el Paseo Bulnes y comenzamos a seleccionar opciones.Tras unos minutos de caminata, llegamos a este lugar, que no es un restoran propiamente tal, sino una popular fuente de soda pero tiene la gracia de ser sabroso, abundante y posee una deliciosa terraza en pleno Paseo Bulnes.

Uno de los comensales, eligió el menú del día, con una crema de tomates, un fondo con carnes y acompañamiento además de un postre. Otro, con aires de sano, seleccionó de la carta una pechuga de pollo asada y ensalada. Por mi parte, algo más hambriento que mis compañeros, me quedé con una escalopa kayser y pure y un rico jugo natural.

Almorzamos en la increible tranquilidad que posee este paseo público, aprovechando muy bien el tiempo para discutir los temas que nos convocaban y alcanzar buenos acuerdos.

Almorzar en el Paseo Bulnes es una grata opción en periodo estival y espero que algún día lleguen más y variados sitios de comidas, ya que el lugar lo merece.

Machu Picchu : un almuerzo al borde horario

Tras una incursión intensa en la 31° feria internacional del libro de santiasco, fueron más de tres horas recorriendo un pulcro lugar atestado de puestos de venta de libros, muchas editoriales, librerías y países representados. En tantos años que visito esta feria, recién caí en la cuenta que alcanzó un estadio de gran profesionalismo pero se ha puesto fome. Como sea, salí con dos magníficos libros que no había visto antes en mis frecuentes visitas a librerías de santiasco y que espero disfrutar en los siguientes días.

Llegué después de las 16 horas al restoran y con el tremendo calor que sentía, solo pude pedir agua, una botella helada de agua mineral sin gas, mientras conversaba con el mozo quien me indicaba que en 10 minutos se cerraría la cocina. Que mala forma de recibirme!!

Tengo claro que son muy pocos los lugares en que la cocina permanece abierta todo el día, por lo que he desarrollado la tolerancia cuando me enfrento a estas situaciones en que mis actividades me impiden ir a un restoran a una hora habitual.

Rapidamente, repasé la carta del Machu Pichu que conozco bastante bien y elegí,  una rica causa de atún para comenzar y seguidamente mi plto de fondo, una corvina al cilantro con arroz y papas cocidas. Delicias peruanas que he disfrutado muchas veces y que son carta segura. Para amplificar los placeres, añadí una botella Cono Sur de reserva pinot noir en su cubeta con agua y hielo para que fuera disfrutable.

Un exquisito almuerzo que pude disfrutar lentamente mientras comenzaba a leer Windows on the World de Frederic Beigbeder, un de mis autores favoritos.

Después de todo, almorcé rico!!!

Jewel of India : un regreso muy esperado

Hace tiempo que no volvía a disfrutar este lugar y la verdad es que era muy necesario. Apenas llegué noté como en este tiempo que ha pasado, se ha convertido en un sitio imperdible para muchos y me alegra. No había avanzado más de dos pasos en la hermosa terraza del patio de esta casona, cuando Rakesh, su cordial y notable anfitrión me llama a viva voz por mi nombre y me abraza. Se acordaba de mi última visita, me preguntó por mi hermano, su mujer y además notó que en esta ocasión no llevaba un libro conmigo (suelo leer durante mis cenas). Es increíble la memoria de Rakesh, me sorprende su afecto.

Partí con un Parasmani, un vodka de manzana y licor de manzana maravilloso, ideal para preparar el cuerpo para los manjares especiados que tanto me gustan.

De la carta, elegí un Gosht sheek kabab, unos rollitos de carne de cordero molido y bien sazonado al ajo y hierbas, asado al estilo indio que me sirvieron muy bien como entrada.

Para los fondos, me dejé seducir por un Murg tikka masala, esos trozos de pollo asados al tandor terminados en salsa de distintos e indistinguibles masalas indios. Para este plato, incluí un Jingha biryanio, ese rico arroz con camarones y especias que tantas veces he disfrutado.

Por cierto, no pude evitar la tentación de tener conmigo ese garlic naan, mi delicioso pan al ajo que me resulta irresistible.

Dada la multitud de sabores en acción, nada mejor que una botella del notable ensamblaje  Parcela 7 de Von Siebenthal en su versión 2009.

El disfrute podría haber sido eterno, por lo menos eso deseaba mi cuerpo, pero al final todo acaba y me vi enfrentado al momento de tener que elegir mi postre. En mi mente se dibujaba el deseo de un kulfi de pistachos pero ganó un gulab jamun, unas bolitas de almidón de leche maceradas en agua de rosas y azafrán. Maravilloso!!!!

Que gran lugar es éste, aunque no haya escrito en este blog cada vez que voy, definitivamente puedo repetir muchas veces que es genial!!!

La Hacienda del Gaucho : almuerzo familiar

Este lugar en la plaza Pedro de Valdivia lo había vigilado por meses, en realidad me resultaba muy extraño que cada vez que pasaba por ahí estuviera cerrado. Es mucho el tiempo que ha pasado desde que ahi existía un cine de barrio y luego se construyó el local. Quizás estaban afinando detalles y por lo que me tocó vivir, creo que es cierto.

Un día muy caluroso en que salí a caminar en busca de este restoran, hizo obligatorio que mi primer pedido fuera una helada cerveza (Kuntzman Torobayo) mientras tomaba posición en la terraza del segundo piso. A pesar que en el interior del enorme sitio, la temperatura está gratamente acondicionada, habida cuenta de la presencia dominante de esa enorme parrilla de proporciones gigantescas y al fuego vivo. Prefiero las terrazas, pues disfruto la brisa y la vista del aire libre, en este caso, la vista de la hermosa plaza enfrente.

Una carta abundante, con todo tipo de carnes, ensaladas y otros platos, incluidos los platos para niños, ya que claramente es un sitio de foco familiar. Seleccioné una ensalada Hacienda, una mezcla deliciosa de palmitos, champignones, palta, tomates, porotos verdes y hojas verdes. Algo esencial para acompañar unas chuletas de cordero que me llamaron a gritos desde la carta.

Mientras esperaba, algo más de lo habitual, pero comprensible por la gran cantidad de clientes, llegó finalmente pan caliente, pebre, matequilla y una pequeña y deliciosa empanada de pino. Una delicadeza muy a la chilena que calmó el león hambriento que habita en mí. De la carta de vinos (bastante nutrida) seleccioné una botella de ensamblaje Syrah y Viognier de Viña Estampa, una delicia del valle de Colchagua.

Mientras estaba en los prolegómenos de mi almuerzo, un llamado telefónico y una pronta llegada de mi hermano y su compañera, quienes venían de almorzar en Mochica y querían disfrutar el postre conmigo.

Mientras almorzaba mi exquisito almuerzo, mis invitados y yo compartíamos el generoso vino y una grata conversación. Las chuletas venían en un plato de fierro muy caliente sobre una base de madera para asegurar que se mantuviera caliente, un detalle que habla bien del servicio. La ensalada magnífica, fresca y llena de sabores, por lo demás bastante abundante.

A la hora de los postres, me dejé seducir por una copa La Hacienda, frutas, helado y salsa de chocolate, una golosinería sin culpabilidad.

Terminados los postres, decidimos aprovechar de conversar unos ricos tragos en esa notable terraza y agotar el arsenal de conversaciones pendientes y proyectos futuros.

La Hacienda, salvo por los detalles de tiempos de servicio, es una exquisita opción en Providencia.