Esta noche decidí cambiar de formato, aburrido de tener que cenar en un solo lugar -lo estándar- me pareció mejor idea cenar por tramos, en distintos lugares, al menos dos. Tenía que hacer algo distinto para romper la melancolía que me embargaba, a un año de distancia de mi mayor desilusión sentimental. Uhh!!, en fin, soy humano y hay cosas que duelen demasiado.
Me dirigí al sector de Avenida Italia y seleccioné un sitio que me gusta bastante. el Mucca, un enorme «loft» con buena música y gentil atención. Aunque no había mucha gente, el lugar es atractivo, tiene buena onda y me pareció excelente para partir esta noche. Un ceviche mixto (mariscos y pescado trozado) con mucho limón, una gran porción de intensa acidez que solo podía acompañarse de un buen pisco sour a la peruana. Aunque quizás ya lo haya comentado, esta es la única combinación adecuada para el pisco sour en cuanto aperitivo.
Mientras gozaba el lugar, con la excelente selección de música 90’s del DJ de turno, apareció mi amiga Evelyn con sus padres, a quienes había invitado a cenar. Divertida situación, ya que le debe resultar muy extraño que a mi me guste cenar solo y ella necesite compañía para atreverse a salir a un restoran.
Hay que alabar la rápida y buena atención, confieso que casi caí en la tentación de comer un plato llamado Salmón Verde, un filete de salmón relleno de ostiones y cubierto con pistacho acompañado de rúcula y champignones, pero me contuve, ya que mi plan era salir pronto del aperitivo e ir a otro lugar.
Mientras lloviznaba en el exterior, bendita lluvia, el local estaba a una temperatura muy agradable y tuve que armarme de valor para salir a mi siguiente parada.
Salí a pasear nuevamente, zigzagueando por las calles para aumentar mis probabilidades de hallar algo novedoso en el menor tiempo posible. Me encontré con un sitio que no debe tener más de 3 meses, se llama Puerto Pradera.
Una hermosa casona de color anaranjado y de riguroso blanco interior, que alberga un sitio que se declara de cocina gourmet y con foco en carne orgánica. Interesante!!!
Posee un 2° piso aunque no está habilitado aún, pero hay que reconocer que ya tiene onda y la cantidad de comensales testifica ello.
Mientras me instalaba, el chef me hizo llegar un apetizer, un trozo de pulpo envuelto en salmón ahumado sobre un corte de champignon, delicioso!!!. Gran arte, con eso era imposible pensar que esto no funcionaría.
Una carta basada en carnes, todas bajo riguroso control de crianza orgánica, según reza el local. Finalmente, pedí un risotto de cordero, un risotto con trozos de cordero, alcachofa y queso parmesano, que me llenó el gusto. Un plato de fondo de maravillas.
Acompañé la delicia con una botella de Cabernet Franc Reserva Chocalán 2007, demás está decir que gran año el 2007 para los tintos!!.
Puerto Pradera, atendido con elegancia y conocimiento, se anotó en mi libreta con varias estrellas. hay que volver en otro momento.
Siendo ya bastante tarde, elegí como postre un tiramisú de murtillas, francamente extasiante. Por la hora, decidí que debía armar un cierre y solicité un buen ron Matusalem con coca light, el gran ron de dominicano. Buena decisión!!
Mejor ejercicio!!