Ya conocía a John Patitucci en sus anteriores incursiones en Chile, pero Alex Acuña me resultaba lejano a pesar que había escuchado que era el «padre» de muchos percusionistas chilenos, el alma mater.
Un teatro repleto y lleno de energía para recibir la delicia de estos músicos de primera. Sorprendente la sencillez de estos artistas de excepción, nada de aspavientos, solo música y desempeños gloriosos.
Un espectáculo de gran nivel, Alex Acuña es un peruano excepcional, de los mejores bateristas del mundo, se compara de igual a igual con la maestría de Patitucci, considerado un maestro excepcional del bajo y con el piano del venezolano Edward Simon. Todos maestros, indispensables para hacer de esta jornada un filete insuperable.
Un teatro Noescafé muy lleno y con gran cantidad de juventud, que está aprendiendo de lo bueno. Una gran jornada de jazz.
El jazz no tiene límites!!!