En el mismo lugar que estaba el fantástico Naukana, se instaló hace pocos días este restaurant de fusión peruano-japonesa llamado Osaki. Claramente están en marcha blanca y por eso tiendo a perdonar detalles que en un buen lugar me sería más difícil hacer.
Se mantiene prácticamente intacto el diseño del local, lo que habla bien de Naukana. Solo cambió el mobiliario y por supuesto el estilo. Rica música lounge y chillout de delicada selección para hacer un momento agradable. La carta que experimentan es breve pero interesante. Partí por la experimentación de un ceviche Osaki, camarones, pescado, pulpo y cebollín con pepino y leche de tigre (ufff!!)., lo que acompañé con un buen pisco peruano doble. Muy bueno!!
Buena combinación aunque finalmente nada sorprendente ya que es una experiencia que he tenido en muchos lugares. Revisé la carta y me pareció tentador unas causitas nikkei con filetillos de pollo al panko, al grill y como chicharrón con salsa de olivas, mayo con ají y mayo con rocotto. Pero finalmente, opté por una causa Ebi Furay, camarones pankonizados en causa nikkei de palta y pepino con una salsa criolla auténtica y el rico teriyaky. Exquisito!!
Para el acompañamiento, nada mejor que un Santa Ema sauvignon blanc nuevo del 2010. Rica experiencia y prometedor lugar. Aunque los precios están un poco disparados, creo que hay potencial para ser un buen sitio.
Espero volver cuando ya sea un sitio consolidado.
Para cerrar esta incursión fui a beber un bajativo al restopub Palidaro, un sitio simpático aunque no está claro su rumbo. Solo puedo decir que ofrecen y cumplen con ello.