Esta mañana de domingo saqué mi maravillosa cleta para recorrer 2 veces la exquisita ciclovía temporal que hay en las comunas de Santiago, Providencia y Las Condes. Viajé hacia el poniente hasta el Museo de la Memoria, luego enfilé hacia Providencia hasta llegar a Américo Vespucio y regresé a mi hogar con unas decenas de kilómetros de recorrido.
Mi partner llegó tras mi reconfortadora ducha y nos fuimos a caminar hacia el cerro Santa Lucía, más de 30 años que no hacía esto (aunque hace algunos años había ido al Palacio Hidalgo). Un paseo exquisito que me alegró de haber aceptado.
Algo cansados, partimos a disfrutar un aperitivo al Castillo Forestal, ese exquisito sitio que ya visité tiempo atrás. Un jugo de naranjas y una limonada de albahaca fueron el inicio, luego un quiché de 3 quesos y otro de espinacas y queso de cabra fueron un aperitivo excelente.
Seguimos caminando y decidimos disfrutar el Nolita, sitio que ya hemos probado completamente. Partimos con agua mineral y una copa de espumante para mí. Para los fondos, panzzotti para ella y ravioles mediterráneos para mí, una maravilla acompañada con un ensamblaje Botalcura El Delirio.
Para los postres, nada mejor que un caramel de maracuyá y un ciocolatino, además de los cafés negros infaltables.