Krrtrekking con mi hermano : disfrutando la ciudad

Tras despertar cerca del mediodía, un whatsapp a mi hermano para saber si le entusiasmaba un paseo en cleta tuvo respuesta positiva. En media hora, ya estábamos reunidos en los bajos de mi departamento e iniciamos un recorrido azaroso por la ciudad. La primera parada fue en el Café del Museo para beber un jugo de frutas y comer una rica medialuna, algo necesario para tener energía por un rato.

Partimos por la ciclovía de Portugal (bastante bien!) hasta conectar con la ciclovía de Avenida Matta. Así entre árboles que regalaban algo de sombra y una pequeña brisa fuimos acercándonos al Parque O’Higgins. Allí una obligada parada, pues encontramos una maravilla. Algún grupo de creativos y delicados artistas del mosaico, han ido cubriendo gran parte de las paredes que rodean la estación y el paso bajo la carretera, regalándonos unos murales preciosos que fotografié en éxtasis. Hermoso trabajo!!!

Seguimos hacia el Parque en donde nos encontramos que en todos los accesos varios carabineros estaba registrando a todos quienes ingresaban con bolsos o mochilas. Qué onda!. Tomé la iniciativa y pasamos entre ellos sin pescar y no hicieron nada. Recorrimos el Parque por un buen rato y salimos por alguna puerta al sur, para rastrear graffitis y aprovechar de conocer el sector. Tras recorrer esos barrios salimos hacia calle República, antiguo antro de la CNI que hoy está poblado de sedes universitarias. Posteriormente seguimos hacia el barrio Cummings en donde encontramos una gran cantidad de graffitis que seguí registrando para poder incluir en la colección de www.krrtrekking.cl

Continuamos por Matucana y calles aledañas en donde hay buen arte callejero hasta llegar al Parque  de los Reyes. Allí constatamos que era hora de almorzar, así que enfilamos por el mismo Parque hacia el centro con destino el restaurante del hotel Majestic. Una sorpresa para mi hermano, quién no había tenido la oportunidad de disfrutar esta comida india.

Un almuerzo merecido para nuestro voraz apetito, exacerbado por lo rico que es este restaurante. Como era hora de cierre de la cocina, tuvimos que pedir apresuradamente, de hecho me guié por mi memoria de disfrutes y pedí unas samosas y un mixto de delicias horneadas junto a unas cervezas indispensables a esa hora. Seguimos con un guiso picante de cordero y otro con filetes de congrio, junto con un arroz con frutas y el rico Syrah De Martino que correspondía para tan buena comida.

Tras el relajo del disfrute gastronómico, seguimos el tour hacia el poniente y nos fuimos acercando a Plaza Ñuñoa. Allí dejamos en un estacionamiento las cletas y nos fuimos a recorrer a pié para llegar finalmente al clásico Dante en donde bebimos unas cervezas negras heladas para pasar la calurosa tarde mientras seguía nuestra interesante conversación.

Como el tiempo definitivamente no se detiene, llegó el momento de despedir tan magnífico día de krrtrekking hasta otra oportunidad.

Regreso a Majestic : delicias por doquier

Cuando pienso en comida india y especialmente en un día con muchas ganas de comer rico, entre varias opciones, me entusiasmo con este rico restoran Majestic. Debo confesar que mientras me dirijo a este sitio, mis jugos gástricos bailan de placer.

Venía de un largo krrtrekking, sediento y hambriento, por lo que partí por un gran vaso de agua mineral helada y luego pedí un Kima Nan, un exquisito pan indio relleno con carne molida de cordero y especias. Un preámbulo de los sabores que continuarían.

De la deliciosa oferta de Majestic, hoy decidí por un Fish Amarsari, exquisitos trozos de congrio frito marinados con anís y harina de garbanzos, con ese rojizo característico de muchos platos del lugar. Llegó sobre un plato de fierro caliente y sobre una cama de cebollas y pepinos. Mmmmhhh, que maravilla!!.

Para acompañar mi plato, nada mejor que un Ginga Biryani, una fuente de arroz con camarones ecuatorianos y especias, que venían a pedir de boca. Además, solicité una botella de Syrah Leyda Classic Reserva 2009 que estuvo magnífica con mi selección gastronómica.

Para los postres, no necesitaba mirar la carta, hay uno que me enloquece y es el Kulfi de Pistachos, divino!!.

Solo me quedaba beber un buen café negro y lentamente iniciar el regreso al merecido descanso.

RAI : una delicia siempre repetible

Debo reconocer que este restaurant es un fetiche, me encanta desde siempre. Lo conocí hace años en soledad,cuando partió, luego lo disfruté hasta el clímax con mi gran amor y posteriormente he ido pausadamente unas cuantas veces, mientras me limpiaba el alma de tanta podredumbre.

Como hoy, ansioso de disfrutar algo original, sabroso e irrepetible, decidí que mi cena debía tener sabores especiales. No tuve dudas acerca de mi destino y menos sobre el resultado.

Caminé esas pocas cuadras que me separan del sitio, me instalé en una de mis mesas preferidas (elegí una que uso para leer, es decir, más iluminada) y partí por lo más típico, mi agua mineral sin gas.

Hoy había más ruido que de costumbre, una evidente reunión de féminas que ocupaban un típico sector del restaurant, nada que me impidiera seguir mis ritos. La música exquisita, buen brit pop y especialmente la increíble voz de Morcheeba, adorable.

Mirando la carta estuve a punto de pedir un fetuccini de mariscos y palta, pero finalmente me sedujo una corvina marinada al horno con una costra de coco, con jenjibre, mix de quesos montada sobre una omelette rellena con jamón serrano, espárragos y queso mozarella. Cuando llegó a mi presencia, me solacé con los cortes de  tomates perla y aceitunas negras, además de la rúcula y brotes de alfalfa que adornaban ese plato maravilloso. Para esta exquisitez no quedaba otra alternativa que pedir una botella de pinot noir y elegí un habitual William Cole Reserva a esa temperatura que ma fascina y que me adivinan en este sitio.

Extasiado con este plato y el excelente servicio, llegué a los postres. De la carta, un Parfait de frambuesas y salsa de almendras. No pude evitar el paralelo con el kuffi de la comida india, algo que me encanta mucho más que los recuerdos que tengo de quien me acompañaba en estos disfrutes años atrás. Delicioso!!!

En vez de un café, preferí para el cierre un buen ron panameño y no me equivoqué.

Grande RAI, buena cocina de autor, buena atención y mejores sabores.

Salaam Bombay : sencillo y delicioso lugar

A pesar que le conozco muchos años, fue relativamente reciente que decidí probarlo y fue una gran sorpresa. detrás de su apariencia poco atractiva se oculta una cocina india de gran nivel y he vuelto muchas veces a disfrutar los ricos sabores de la comida india.

Este sitio posee una sencillez que contrasta terriblemente con la magnificiencia de mi querido Majestic, quizás el mejor lugar de comida india que he disfrutado en Chile, pero me gusta. Me gusta la cálida atención y la rapidez sorprendente de la cocina. Una vez elegidos los platos, es muy breve el tiempo de espera y eso se agradece.

Estuve paseando en cleta por el cerro San Cristóbal a partir del mediodía, por lo que acumulé mucho hambre en esas horas de meditación en movimiento. Había regresado muy avanzada la madrugada del concierto de despedida de Sebastián Jordán Quinteto en Thelonious por lo que dormí hasta tarde. Necesitaba un almuerzo potente y lleno de sabores, lo cual solo se consigue en lugares como Salaam Bombay.

Partí con mi habitual botella de agua sin gas y pedí un Garlik Nan (pan con incrustaciones de ajo), una masa exquisita que sirve para acompañar cualquier plato. Un plato de arroz con camarones y finas hierbas llamado Ginga Briani y un plato de carne molida de cordero al tandor, Sheck kabab, maravilloso. Para acompañar esta maravilla de sabores, bien viene un Syrah y en la pequeña carta de vinos encontré uno de Santa Digna, todo un acierto.

Me gusta este lugar, tiene lindos recuerdos en mi mente.