Habían pasado algunos meses sin ver a una gran amiga con quien suelo conversar un rico almuerzo y compartirnos historias. Nos coordinamos para encontrarnos en el barrio El Golf y caminamos por Isidora Goyenechea hacia el W en donde esperábamos encontrar alguno de los restaurantes con espacio para almorzar.
Instalados en la terraza del KM0 para recibir algo de brisa en un caluroso día en los bajos del Hotel W, iniciamos la conversación con copas de Kir Royale mientras disfrutábamos una porción de foie gras.
Para los fondos, ella fue por un asado de tira con puré de zapallo (se veía notable) y para mi placer elegí un risotto de locos y azafrán, lo cual acompañamos con una botella de carignan Orzada de Odfjell (valle del Maule), un vino fresco y frutoso que nos hizo disfrutar. Debo destacar que recorrí más de una vez la enorme carta de vinos en el tablet que me ofrecieron y fue verdaderamente difícil seleccionar una botella, pero quedamos felices con la elección.
La conversación continuó con el negro café y unos bombones de chocolate deliciosos, hasta la inevitable despedida.