Cuando decidí aceptar la invitación que el teatro Noescafé de las Artes realizó a este ciclo de teatro argentino nunca imaginé que podría ser tan disfrutable.
Con una amiga que invité, nos encontramos 10 minutos antes del inicio en la puerta y tras los prolegómenos habituales del acceso, nos instalamos en la precisa selección de asientos que hice semanas atrás.
Con bastante retraso, una voz en off hizo la presentación, en un escenario desnudo, de esta obra que ya tiene 2 años exitosos en permanente gira por sitios hispano parlantes. El humor de este dúo de argentino y uruguayo con ese look simpático de suecos y faldas y sobretodo un talento extraordinario con la secuencia vertiginosa de textos inteligentes que solo me produce risa a borbotones, imparable, son increiblemente graciosos y más aún por la sutileza, la fineza de su humor.
Pocas veces he reído tanto en tan poco tiempo, además de la inteligente construcción de los textos está el contrapunto que se crea entre el «serio» uruguayo (Pedro Paiva) y el gracioso y hasta impostoramente femenino argentino (Alejandro Orlando).
Un enfrentamiento armonioso de personalidades, un ensayo virtuoso de textos reinterpretados, verdades filosóficas y otras mentiras ejemplares, académicas y cotidianas, que hacen hilarante el resultado.
Finalmente, uno dice lo que dice y el otro escucha lo que escucha. Eso es filosofía!!!