Sospecho que había pasado enfrente de este restaurante en varias ocasiones y francamente no había notado su existencia en el barrio Bellavista, a pesar de estar al frente del Peumayen y casi al lado del Azul Profundo. En este día, deambulando por calle Constitución, miré su interior y no pude evitar la tentación de probar. Un sitio espacioso con una distribución de las mesas que permiten esa pequeña privacidad que solo el espacio provoca.
Una vez ubicado en una mesa en la zona sur del local, una amable chica me ofreció el menú. Tras escuchar el relato de los platos que componían el menú, hice como casi siempre y pedí la carta para examinar un poco más la oferta. Una carta sencilla pero con una buena variedad de tablas, pizzas, ceviches, quesadillas, sandwiches y algo muy especial, una gran oferta de cervezas artesanales.
Recorrí con curiosidad la lista de cervezas que incluía la valdiviana Calle Calle Naguilan negra (fue mi elegida para comenzar el disfrute), unas Monte Verde con sabores a frutas, Valtare, Mister Ebers, Nomade, Schofferhofer, Copper y Clausthaler. Interesante oferta que aporta diferenciación al lugar.
Para comer, me sorprendí con una Pizza Chilena con una masa al orégano, carne, cebolla, ají y tomate. Deliciosa!!. Mientras disfrutaba mi plato, pude confirmar el buen gusto en la decoración. En la entrada inmediatamente a la izquierda, un delicioso living para quienes prefieren un formato lounge, al centro del local un lindo bar, en un gran muro un precioso mural y al otro extremo, el muro es una pantalla gigante sobre la cual se hacen proyecciones. Durante toda mi incursión se escuchaba buena música con un volumen perfectamente acondicionado para agradar.
Un lugar interesante y prometedor!