Es un dato duro que este blog es para comentar solo disfrutes (así lo diseñé), pero a veces no todo es disfrutable. No obstante ello, aún poseo el arte de conseguir algo disfrutable de todo.
Un terrible accidente en Autopista del Sol, cegó en instantes la vida de 20 personas. Entre ellas un muchacho, un lindo ser que trabajó conmigo por un buen tiempo y que siempre me sorprendió por su sencillez y franca bondad. Ignacio, por estos tiempos se desempeñaba en otra área de mi empresa, pero manteníamos el rito de la correspondencia electrónica. Pues bien, hoy asistí a su funeral. Mientras observaba la increíble cantidad de gente que llegó, confortaba mi corazón el constatar que no solo yo pensaba que Ignacio era una hermosa persona, todos lo sabían!!!
Escuchar a su pequeña hija cantando a capella para él, me llenó de emoción, los seres humanos somos tan complejos y al mismo tiempo tan comunes en el sentir, en lo básico de nuestros sentires, no hay códigos ni encriptaciones, simplemente sentimos. Fue hermosa la despedida y sobretodo tan merecida.
Regresando a Santiasco, además de una pasada urgente a comer «lo que fuera» en un autoservicio, para calmar la ferocidad de mis jugos gástricos en un día sin desayuno ni almuerzo, comencé a convertir la jornada en algo más disfrutable.
Fui como primera parada a atender la inauguración de un nuevo sitio de disfrutes, Casquese, instalado en la hermosa casona que tenía el restoran de comida francesa Dalou en Providencia. El lugar estaba atestado de visitas, demasiada gente y la mayoría bebiendo, cuando en realidad yo tenía en mi mente la idea de una cena de degustación. Me paseé por la casona, que conozco muy bien, buscando amistades pero no encontré a nadie conocido, aunque en algunos casos me hubiera sido grato conocer. El sitio hervía de bullicio y calor, por lo que más temprano que tarde decidí emigrar.
Caminé unos metros para llegar a un sitio que lleva unas tres semanas de vida, se trata del Rhinobar de Xampanyet, una sucursal entiendo del lugar que hay en General Flores. Lo concreto, es que ocupan una casona increíble y quizás de mala fortuna, ya que aquí he conocido varios lugares de breve duración. Esta esquina de General Flores con Valenzuela Castillo debe ser jetta, hasta ahora nadie ha sobrevivido. Como sea, yo siempre apuesto por lo imposible, porque es francamente necesario.
Me atendieron estupendamente, de partidas un sandwich de mechada de campeonato, imaginen un sandwich de mechada descomunal (la carne para cortar con tenedor) con lechuga, tomates, palta y mayonesa. Sabrosísimo!!!
Mientras bebía unos mojitos deliciosos, escuchaba una grata selección de música, pude degustar ese maravilloso plato acompañado de las ráfagas de brisas nocturnas que hacen que la primavera santiasqueña pueda disfrutarse.
En fin, saciado el hambre y mis ganas de disfrutes, emprendí el regreso a casa.