BANCH con dos obras para comentar

Me invitaron a ver ballet moderno al Teatro de la Universidad de Chile, algo que normalmente me resulta seductor. En esta ocasión se trataba de dos obras con renovadas propuestas coreográficas de Sebastián Belmar y Elías Cohen.

Tras un demorado inicio, en el escenario se destacan lockers metálicos mientras un par de chicas conversan en un extremo, al otro hay un chico que se afeita diligentemente su cráneo. Curiosa forma de iniciar un ballet pues tiene mucho de teatro, son las escenas cotidianas del camarín de los bailarines. Luego, el despliegue de la magia de esos danzarines extraordinarios que ocupan talentosamente sus cuerpos y su gracia para animar una especial obra. Locker es la danza por dentro como reza un título que me topé por ahí.

Tras un breve descanso, se desata la segunda obra titulada 8.8 en directa alusión al terremoto del 2010. Se nota la intención de los autores en cuanto a llevar el movimiento telúrico a los cuerpos como si fuera la respuesta el embate colosal del sismo que vivimos en Chile. Si bien nos gustó mucho más Locker, no dejó de impresionarnos esta segunda obra.

Me gusta la evolución del Banch, salió de la estructura clásica del ballet para incursionar con fuerza en las formas del ballet moderno que siento son mucho más atractivas para todos.

 

Un buen krrtrekking para cerrar la semana

Tras una semana definitivamente alocada y tremendamente trabajólica, necesito una inyección de placeres que me reconcilie profundamente con los disfrutes del cuerpo y así hacer descansar mi mente.

Partimos con una sesión de danza moderna, la Sinfonía Fantástica del BANCH, una obra musical francesa bien premiada adaptada ala coreografía por  el talentoso Gigi Caciuleanu, presentada en el Teatro Baquedano, el Teatro de la Universidad de Chile.

Una obra curiosa, con una lenta  partida y una hermosa bailarina solista, con textos poéticos en francés mezclados con algunos poemas en castellano. Poco a poco, va apareciendo el resto del ballet y la música y el baile comienza a fluir. Un sencillo escenario, con escasos recursos de escenografía, pero suficientemente efectivos para ir transformando los espacios y no estorbar el despliegue de los notables bailarines. Es una obra que crece progresivamente en intensidad y nos lleva al paroxismo hacia el final. Es sin lugar a dudas la historia de amor que inspiró al compositor francés Berlioz. Hermoso espectáculo!!!

Hambrientos, decidí ir a buscar un nuevo sitio en Bellavista y los pasos mágicos nos llevaron al Republicano, un sitio que desde enero 2011 reúne una cantidad importante de clientes en esa casona enorme y preciosa, con un diseño ecléctico pero brillantemente armonioso.

A nuestra llegada, la música excelente y a un volumen atinado, un buen lounge y ambient ideal para estimular una buena experiencia. Bastante lleno y aprovechando lo friolentos que son los chilenos, encontré espacio en una terraza del segundo piso que da hacia el rico restobar La Mordida.

Pedimos unos buenos kir royale de aperitivo y de la carta, por cierto abundante y sabrosa, elegimos una plateada a la greda, deliciosa!!!. Sin embargo, el hambre continuaba en altos grados, así que pasamos a explorar los sandwiches, ya que no queríamos cenar. Muchas mesas y pocos mozos, lo cual comenzó a impacientarme ya que el servicio comenzó a ser sensiblemente lento.

Pedimos unos sandwiches enormes, basados en marraquetas (que rico) y que ocupaban un tremendo plato y acompañados con unas papas asadas deliciosas. La Nación y el Republicano, fueron los elegidos y exquisitamente acompañados por un ensamblaje de cabernet franc y merlot de Oveja Negra. Gran combinación!!

Mientras disfrutábamos los ricos sandwiches, se produce un cambio lamentable en la música, suben el volumen y ponen cumbias, baladas sesenteras y una combinación rarísima de música tropical que rapidamente me molestó. Esa no es música para cenar, ni siquiera para beber unos tragos. Pedí cuatro veces la cuenta, hasta que finalmente pudimos salir del lugar.

El detalle de la música, me hizo conectar rapidamente con un buen filete de jazz, por supuesto, nos fuimos directo al Thelonious para disfrutar una sesión de jazz en vivo. El notable Erwin me saluda en la entrada de su boliche, como él lo llama y nos instalamos en mi mesa habitual, mientras comenzaba una maravillosa sesión con Andrés Pérez Quinteto y su obra Santiago Vivo. Acompañado de Cristián Gallardo en saxo alto y flauta traversa, Mauricio Rodriguez en guitarra, Carlos Cortés en batería y Marcelo Córdova en bajo, hacen un despliegue talentoso de buen jazz.

Mientras escuchaba la música que llenaba el local, cerrando los ojos  imaginaba como sería una coreografía de danza con una base musical así. Maravillosa de todas formas.

Gran krrtrekking!!!

Amor Amores : el BANCH en pleno

El ballet nacional chileno (BANCH) preparó esta obra pensando en la celebración del bicentenario chileno, un universo variopinto de pareceres que sin duda determinó lo ecléctica que resulta ser esta presentación.

El ballet moderno tiene muchas opciones de lenguajes para plasmar su mensaje y en este caso, las pinturas, los versos, la música y los bailes estaban como ingredientes propicios para generar una muestra potente.

Según reza la leyenda son 70 minutos de danza, algo que yo visualicé de manera extrema, bailes individuales, bailes de parejas y bailes con la avalancha impresionante de todos los artistas en el escenario, bailes extremos, con deliciosas combinaciones y la certeza de las capacidades de esos cuerpos trabajados y perfectos, instrumentos de un mensaje poético, que entra por la piel y los ojos, antes que el intelecto. un paseo por los encuentros y desencuentros, la fidelidad y la infidelidad, la certeza y el olvido, contrastes de danza que muestran lo poderoso del sentir humano y  también sus bajezas. Hay reiteraciones del baile y de la oferta de las flores que hacen pensar en la insistencia del destino que nunca es, pero siempre se sigue adelante.

Es un espectáculo vibrante, que entusiasma y llama a sumarse, pero que tiene el pecado de la retórica, de la lectura tardía de la evolución del pensar chileno, porque somos un país lleno de contradicciones que no se subsanan en una entrega de flores.

Lindo ballet, demasiadas interrogantes!!!