En los años 90 (siglo pasado) solía viajar tantas veces como me era posible a Buenos Aires, no solo por buenos libros, comida sino especialmente por buen teatro. En uno de esos viajes pude ver esta obra notable y hasta ahora recuerdo cuanto me reí, una obra inteligente, bien hilada y sobretodo tan capaz de desnudar los pequeños matices que crean abismos entre seres fraternales. Al fin y al cabo, la amistad no se compra, nace de una construcción permanente y también puede acabar si no dejamos de lado pequeñeces, como es la pretensión de tener la razón.
Esta reposición en Chile, viene de la mano de la inauguración de un nuevo local del Teatro San Ginés (reponiendo la sala que se quemó tres años atrás) del actor y empresario Juan Pablo Sáez. Una sala muy bonita y bien acondicionada para pasar un buen rato con una función de teatro como a la que asistíamos en esta ocasión.
Llegamos justo a la hora y ubicados en una posición muy bien elegida por quien me invitó, nos dispusimos a disfrutar. Los actores Juan Pablo Sáez, Andrés Velasco y Nicolás Saavedra, en una minimalista escenografía blanca, desarrollan el inteligente guión, después de todo esta obra de origen francés ha ganado muchos premios en el mundo.
La compra de un cuadro muy oneroso desata las diferencias y la confrontación entre dos de los amigos, mientras el tercero trata de mediar y la mayoría de las veces sale perjudicado. Los diálogos son en extremo graciosos sin perder profundidad y la actuación del trío de actores logra su cometido, hacer reír al público con ganas!!
Al finalizar la obra, Juan Pablo Sáez sale al escenario a comentar sobre el accidente aéreo en que finalmente murieron 21 personas ese mismo día y pide a quienes son creyentes que oren por ellos y al resto que envíen buenas vibras. Comentó incluso que Felipe Cubillos estuvo hace poco viendo la obra.
Un rato más tarde, en la entrada al Teatro, conversamos un rato con Juan Pablo, estaba realmente muy afectado y me comentó que Felipe lo había invitado a este viaje a la Isla, pero por la función no había asistido. Hasta ese minuto, no sabíamos que el desenlace había sido fatal y él tenía la esperanza que los encontraran. Eran buenos amigos y por el tema de la obra, me dijo que había sido muy dificil actuar sabiendo lo del accidente. Me conmovió profundamente.
La amistad masculina definitivamente es algo muy fuerte.