Los conciertos al mediodía en el Teatro Municipal son definitivamente un placer imperecedero. En esta ocasión, a pesar de 5 minutos de ansiedad, llegó mi compañera a tomar su dosis de disfrute y nos sumergimos en la dicha que puede dar una Filarmónica extraordinaria. Una vez instalados, fuimos testigos de la magia que la pianista rusa (maestrísima) desarrolló para el asombro y deleite de todos. Una hora de música maravillosa, cabalgante, sinuosa, excitante y sobretodo disfrutable. cada tantos movimientos miraba a mi pequeña y maravillosa acompañante para fascinarme con su sonrisa de placer y saber que no hay nada más rico que «almorzar música del alma» con quien amas.
Terminado el concierto, fuimos a almorzar al Tavelli del Municipal, ciertamente exquisito. Buenos platos, ricos jugos y postres pecaminosos.
Que gran mediodía!!!!!!