A pesar que he ido a bastantes conciertos para sopranos y orquesta, esta vez fui sorprendido emocionalmente por la selección que el Teatro Municipal presentó.
El gran director Victor Alarcón logró algo extraordinario, un viaje tremendo desde el desgarrador dolor de la tragedia humana hasta la exultación sublime que solo Mozart puede lograr.
La partida, con una orquesta de cuerdas, un prodigioso intérprete de oboe y una soprano increíble, Miryam Singer. Se trató de la obra Cuadros de la Colección Privada de Dios (del compositor israelí Aharon Harlap y el poeta sobreviviente de la masacre nazi Yaakov Barzilai), una obra que nos habla de la tragedia del holocausto judío, donde más allá del contenido de los textos cantados y recitados a veces, es el sonido del dolor, algo tremendo que arrancó lagrimas de mis ojos. Fue emoción pura, sin intermediarios ni razonamientos. Sorprendente!!!
Sigue esa maravillosa obra de Mozart, la Pequeña Serenata Nocturna, la que poco a poco va llenando el corazón y el cuerpo de paz y delicias, para finalmente en la tercera parte del concierto, el extraordinario motete Exultate Jubilate de Mozart, que logró dejarnos llenos de alegría y emociones fantásticas.
Ufff!!!, que paseo de las emociones y solo fue música. Aplausos!!!!