La primera vez que vi a este Colectivo creativo (2002), supe que estaba frente a una propuesta distinta y de un nivel solo superado por La Troppa o el Teatro del Silencio. Tenía la disfrutable opción de volver a verlos y no me lo iba a perder.
El Húsar de la Muerte es un delicioso clásico del cine mudo chileno y cuyas claves comunicacionales y visuales son recreadas en esta maravillosa obra de teatro. La música rock en vivo y el uso de carteles con los textos de diálogos mudos, se convierten en encantadores artilugios que acompañan la exquisita gestualidad y notoriedad blanquinegra de los personajes en escena. Con gran humor y complicidad cuentan las peripecias de Manuel Rodriguez en los tiempos de la colonia y sus cómplices pueblerinos.
En riguroso blanco y negro, haciendo trucos evidentes y al mismo tiempo divertidos por el ingenio desplegado, la obra es una delicia para todo tipo de público.
Grande, la Patogallina!!!