Visitando Zully : divertimento exquisito

Me divierte mucho que un gran amigo me cite a conversaciones de trabajo de vez en cuando, mientras en realidad lo que busca es disfrutar un momento gastronómico especial con base en mis selecciones privadas.

Hoy fue uno de esos días, en que nos debíamos ver para tratar diversos temas y el almuerzo sería la excusa perfecta para adentrarnos en las posibilidades gozosas de la oferta gastronómica. Le ofrecí un par de opciones, pero finalmente hice parar un taxi y lo llevé hacia el barrio Concha y Toro, para visitar el Zully.

Sorprendentemente, mi amigo no había visitado este lugar por lo que tuve la grata misión de acompañarle en su primer viaje al placer de este sitio fabuloso, mostrándole la belleza de la arquitectura, la perfecta armonía de los espacios del restorán y sobretodo la belleza del concepto de servicio

Instalados en el salón negro (hay varios), con sillas, mesas, servilletas y fotos en blanco y negro, partimos con un buen pisco sour  para combinar  con una entrada de surtido de mariscos, mientras que yo preferí una crema de zapallos que estoy seguro superaba con creces mi mejor recuerdo. Estaba demasiado deliciosa. Luego coincidimos en que el mejor plato era el fettuccini de espinacas con camarones y salsa al oporto y queso de cabra, un plato extraordinario que se merecía una copa de delicado merlot.

Para los postres la pannacotta (muy italiana) de vainilla con salsa de frutilla, fue una perfecta compañía para el café negro de cierre. Al cierre, invité a mi amigo a recorrer la hermosa casona, la cava del subterráneo, el patio interior con su fuente de agua y  la terraza del techo, inmejorable para evocar una fiesta maravillosa. Qué gran casa!!!

Exquisito almuerzo para bajar el stress.

Vuelvo al RAI por «obligación» : me lo merecía!

Cuando estuve la última vez en este lindo lugar, los habituales desaciertos de los POS basados en celulares de Transbank, hicieron que pagara dos veces la cuenta y además por dos valores distintos. Tratemos de explicarlo!

Para fortuna mía, la administración ofreció a darme crédito por el valor mayor pagado en exceso y solo bastaba que volviera a aparecer por allí. Hoy era el día preciso, intenso y hasta desgastador, era imprescindible algún placer.

Llegué tras una jornada extenuante, pero con las ganas que siempre tengo de disfrutar algo rico. Desde el comienzo, la complicidad fue total, el mozo, un muchacho notable que me rec onoció al instante y la administradora, a quien saludé en sensual beso (es una mujer estupenda) y el restorán a mi disposición. No había nadie más, por lo que elegir fue un placer.

Fui atendido con extrema delicadeza, demasiado rico el regaloneo. Partí  con una copa de kir royale, un aperitivo neutro y delicioso, mientras exploraba la nueva carta, claramente en marcha blanca.

Me pareció una buena opción probar como entrada un dúo de brochetas, un plato con un par pinchos cargados de camarones ecuatorianos y un pincho con tentáculos de pulpo formando un círculo y montado sobre un pote de pebre de mote casero. Todos los pinchos con una salsa BBQ de membrillo. Un plato increíble!!

Previo a la entrada, dejaron mi rico aperitivo y unos panecillos calientes y una salsa de untar exquisita, que no pude resistir la tentación de probar. Para los fondos, habían varias opciones extremadamente seductoras, pero me entusiasmé con un mero RAI, filetes del rico pescado de rocas acompañado de un risotto de mote y queso de cabra. Sobre el risotto unas almejas sabrosas que fueron un detalle formidable para hacer una mezcla de sabores irresistible. Por cierto, para un plato así no cabía otra opción que un pinot noir de Tabalí 2009, del increíble valle de Limarí.

Una cena merecida de todas formas y animada por todas las casualidades afortunadas del placer. Pero no podía irme sin cerrar con un disfrute más, pedí un strudel de frutos secos fantástico y un buen café negro. Ni me di cuenta de como fueron ocupándose las mesas alrededor, ya que extasiado con mi cena y escuchando una selección de música al estilo Budha Bar y jazz singers, no me dejó preocuparme de nada más.

No pudo ser mejor esta noche, nuevamente RAI me sorprende con grandes disfrutes!!!

Paijan : otro regalo peruano para el paladar

Caminando al azar, como es mi fórmula para descubrir nuevos sitios, encontré cerca de Luis Thayer Ojeda y Bilbao  este restoran peruano que atendía tarde, tarde como muchas veces me encuentro  definido para almorzar en fines de semana.

Tiene un comedor precioso aunque algo oscuro, pero la terraza es prometedora y por supuesto me instalé en ella al toque. La atención amable aunque heterogénea, ya que hay mozos «oficiales» y una suerte de ayudantes que a pesar del esfuerzo no ayudan mucho, ya que se pierde continuidad en la atención. Una música con valses peruanos deliciosos que sirve de fondo mientras se desarrolla la escenificación gastronómica, no cabe duda que se conoce el oficio aunque sea un sitio que tiene algo más de un semestre en acción.

Mientras disfrutaba el cierre de un gran libro, llegó mi pisco sour y poco después el ceviche de locos que encargué para iniciar el disfrute. Fantástica combinación, aunque eché de menos atrevimientos como un trocito de fruta o algún ofrecimiento fuera de carta para sorprender. La entrada cumplió virtuosamente lo que se espera, pero nada más.

Para el momento de los fondos, noté la ansiedad de los mozos por la hora, de verdad algo tarde pero no debiera ser tema, ya que partí por preguntar si la cocina estaba abierta cuando llegué. En fin, mi primera opción, un lenguado Paijan, lo que esperaba una delicia especial del lugar se transformó en mi primera decepción, ya que lejos de advertirme que no había lenguado, ya me había adelantado a pedir vino, algo combinable casi solo con pescados, quedó en una condición de borde para buscar una opción. Tratando de salvar la armonía gastronómica, busqué opciones en pescados y apareció una corvina que pedí a la plancha y que rebosaba de una salsa de mariscos incluyendo pulpo y camarones acompañada con unas papas salteadas exquisitas De no ser por la poca proacividad, quizás habría ensayado un lomo salteado que era una opción deseable en la interesante carta.

Un almuerzo, delicioso y abundante, con gran servicio pero con esa falta de ritmo que añoré y ese entusiasmo que se vive cuando los sitios ya tienen recorrido y sobretodo han conseguido entender que lo que buscamos es una experiencia completa, no solo el cumplimiento del checklist del restorán «bueno».

Me gustó, no lo niego, pero le falta la chispa y oportunidad, es básico advertir lo que no existe en la carta para evitar entusiasmarse en vano.

Paijan, buen sitio pero le falta todavía !!

Un sábado muy particular : disfrutable paseo

Desperté por primera vez alrededor de las 10 am con un llamado telefónico, era la confirmación que iría a la montaña acompañado con un gran malayo en la madrugada del domingo. Tras la llamada, nuevamente me sumergí en el sueño y al mediodía, desperté lleno de energía para enfrentar un sábado que ya tenía claro, sería intenso y energizante.

Me preparé unas frutas al jugo como desayuno, mientras llenaba mi botella de agua isotónica y armaba una improvisada mochila para un día en cleta. Salí rumbo a la ciclovía de Pocuro con viento y fortuna a favor porque no tuve que parar hasta Tobalaba, ya que todos los semáforos los pillé en verde. Tomé la ciclovía de Isabel la Católica hasta llegar a Américo Vespucio, en donde tomé el parque y me deslizo con facilidad por la arenilla mientras conduzco mi cleta con rumbo hacia La Pirámide. En Escrivá de Balaguer hago el encaje con el acceso al Parque Metropolitano y listo, ya estoy en mi territorio preferido, el cerro.

Continué el ascenso con buen ritmo hasta la cumbre del San Cristóbal, mi destino de altura de este día. Desde allí pude observar Santiasco absolutamente sumergido en el asqueroso smog. Imagino que esa fue la causa para que de pronto me vino un ataque de estornudos, conte ocho casi seguidos. No puede ser!!!

Saludé a algunos amigos en el lugar y descansé un rato. De ahí planifiqué una ruta para mi descenso, me iría hacia Bellavista. Al comenzar la bajada, decidí que no pedalearía y usaría solo la gravedad. Que rica sensación, la de bajar velozmente sin agregar ninguna fuerza personal. Llegué al acceso de Pedro Valdivia Norte con una rapidez máxima de 52.9 Km/hr, la que alcancé casi en el último tramo.

Dirigí mi cleta hacia Bellavista, deambulé un rato por diferentes calles y luego cambié de idea y enfilé por Plaza Italia hacia el barrio Italia. Interesante como se ha ido llenando de nuevos lugares, encontré dos restoranes nuevos en el trayecto y 4 tiendas de diseño muy chic en los alrededores de las tiendas de muebles viejos. Se está poniendo muy bonito este barrio!!!

Seguí zigzagueando por muchas calles hasta que el hambre comenzó a asomar impetuoso. Pudo ser el Olivié, el Da noi, Paladares y otros tantos, pero lo que yo quería era una terraza y comida con mucho sabor. Busqué por más de una hora y cada vez me acercaba más hacia el barrio Manuel Montt, por lo que finalmente terminé en la terraza del Chiwake.

Era bastante tarde, pero ya sabía que este lugar tenía cocina non stop, por lo que ubiqué mi cleta a un costado y me dispuse a comer rico. Partí por probar un  buen pisco sour peruano del lugar y pedir una causa limeña como entrada.

Una animada conversación con el mozo peruano me alegró la tarde, con bastante experiencia ya que tenía una larga temporada en el Hotel W, aunque las ofertas de vino en Chiwake no tienen punto de comparación con el W.

Después de esa enorme y sabrosa causa limeña, pedí un tacu tacu de lentejas con lomo salteado, pero le introduje una variación, cambié el lomo salteado por un seco de res, algo mucho más sabroso. Tras la conversación sobre vinos y ante la esmirriada oferta disponible, me incliné por una botella de carmenere de Santa Digna reserva. No me quejo, combinó estupendamente con mi sabroso plato.

Una relajada sesión de sabores en una tarde especialmente cálida y buen cierre tras 35 Km de paseo en cleta. Después de un café negro, dejé el lugar y regresé a casa.

Centre Catalá : delicioso y conversado almuerzo

Un almuerzo para conversar y disfrutar algo rico, requería un lugar especial y que estuviese en las cercanías del lugar de trabajo de una buena y antigua amiga con quien me juntaba hoy.

Tenía en mente tres lugares (plan A, B y C, como corresponde), sin embargo, el plan A fue certero y tras una breve caminata nos encontrábamos en la terraza anterior de este viejo pero estupendo local.

Con esa elegancia tradicional y buena atención, llegaron las cartas y la orden de nuestros aperitivos, kir royales  ricamente preparados. Mientras disfrutábamos el agradable aperitivo, yo aprovechaba de calmar mi hambre con esos pancitos franceses fantásticos y una salsa de mayonesa y ajo exquisita. De paso, nos trajeron unos appetizer de regalo muy especiales, tostadas con aceite de olivas, orégano y un trozo de fino salame español y unos vasitos con un caldo tibio de verduras maravilloso!!

Los fondos no pudieron ser más acertados, un filete de ternera con una salsa de parmesano de queso de cabra y mis canalones de carne con bechamel, exquisitos. El primero ya lo había probado antes y el que elegí esta vez,  fue una sorpresa de sabor de esta tradicional receta catalana. Por supuesto, no podía faltar un buen vino y el elegido fue un Corte de la Hacienda Araucano  Clos de Lolol 2007, un ensamblaje delicioso de Cabernet Franc, Carmenere y Syrah. Mmmhh, que más se puede pedir!!. Ok, un par de ricos cafés negros.

Fantástico almuerzo y mejor conversación.

Gabriela : delicias en el GAM

Desde que partió para los días del bicentenario el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), he venido acumulando ricas experiencias relacionadas con el arte y la música. Sin embargo, claramente faltaba el toque gastronómico y eso llegó hace unas cuantas semanas con la inauguración del restoran Gabriela (también hay un rico café gourmet del mismo nombre en el primer piso).

Ubicado en el zócalo del GAM, se proyecta disfrutosamente en una terraza (el zócalo mismo), lo que en estos días aún calurosos es una delicia imperdible. Por tratarse de un emprendimiento nuevo, aún está en marcha blanca el menú y el detalle que yo más lamento, aún no posee patente de alcoholes, por lo cual todavía no podré disfrutar comida y vinos como a mi me gusta.

La atención un poco desordenada y lenta, imagino que los mozos todavía están en rodaje y manejan torpemente los tiempos y los ciclos del proceso. Algo que tendrán que mejorar para garantizar buenas experiencias en los clientes.

La carta es breve pero se adivina sabrosa. Elegí un risotto de champignones, con especies Portobello, el común Paris y callampas secas. Exquisito, un sabor bien logrado y lleno de texturas deliciosas. Habría sido excdelente un syrah o quizás un carignan, pero debí conformarme con un jugo de mango natural, rico después de todo pero muy poco aceptable como acompañamiento del rico plato disfrutado.

Dada la lenta atención, tuve que postergar para mi siguiente visita (cuando ya sea un restoran completo), el disfrutar un buen postre.  Van a tener que educar a los mozos, no es presentable  tener que pedir la cuenta cuatro veces!!!!

Sabroso lugar y con tareas pendientes.

Ciudad de México : un nuevo sitio para disfrutar

Ocupa la misma casa de un antro al que nunca quise ingresar, la Picada de Lucho Jara, siempre me pareció inaceptable aunque estuviera al frente del La mitad del mundo. Sin embargo,  desde hace un mes aloja a un restoran decente y mexicano, una de las delicias gastronómicas que me gusta disfrutar.

Un local nada ostentoso, pero ambientado muy a la mexicana, con colores cálidos, cuadros acerca de la cotidiana relación entre la vida y la muerte (algo iconográfico de la pintura mexicana), además de los típicos adornos tradicionales de papel picado. El lugar definitivamente bien ambientado.

Para llevar menos de dos meses al aire, sorprende con bastante gente y una pertinente atención de amables mozos. Mientras se escuchan sabrosas baladas mexicanas, pido mi tequila blue de la casa para comenzar el disfrute.

Partí con unas quesadillas que imaginaba un plato sencillo y frugal y de pronto me encontré con un enorme plato de quesadillas mixtas (pedí una combinación con carne de res, pollo y camarones completamente fuera de la carta), magnífico!!.  la combinación de tomate, aceitunas y salsa mexicana me extasió.

La carta del sitio es sencilla pero linda y fascinante,  por ejemplo, tiene fajitas para armar en tres pasos, ideal para cuando se va en grupo. Pedí una botella de vino de un buen ensamblaje, un Montes Limited Selection 2010, una rica mezcla de cabernet sauvignon y carmenere, un vino de apreciable acidez y gran volumen.

Hambriento como siempre, o casi siempre, me entusiasmé con otro plato. Pedí un taco al macho, un tremendo plato con pollo, tocino, pimentón, queso fundido y cebolla, que fue una delicia de sabores.

Desbordado con tantos ricos sabores y la abundancia de esta cena, intenté pedir un postre, pero me arrepentí a tiempo ya que era demasiado y solo había espacio para un café negro.

Rico lugar, sencillo, sabroso, abundante y bien atendido, merece ser revisitado!!

Mesié Quiltro : un rico desayuno

En fines de semana y antes de iniciar un ascenso en cleta al cerro San Cristóbal, me resulta especialmente disfrutable ir a servirme un desayuno especial. Se me había convertido en un rito ir al Café Ona, sin embargo desde que la sastrería decidió ampliarse, el Ona desapareció. Lo afortunado es que inmediatamente al lado, nació Mesié Quiltro.

Los clientes habituales del Ona transitaron sin problemas a este nuevo sitio según me comenta el dueño y era mi ocasión de probar.

De la pequeña carta elegí un pantumaca con jamón serrano (literalmente es pan frotado con tomate y el nombre deriva de una castellanización de la palabra catalana, pa amb tomaca). En simple son trozos de pan tostado untado en tomate molido y cubierto con jamón serrano y toques de aceite de olivas. Exquisitos!!!

Acompañé con un rico café colombiano con leche mientras disfrutaba la tranquilidad de una mañana dominguera. El experimento, claramente exitoso. Volveré!!

Disfrutando una cena en RAI: merecida celebración

Este sitio me acompaña hace varios años en mi lista de filetes de Santiasco. Disfruto con ganas el atrevimiento que supone crear nuevos sabores y combinaciones, lo que suele etiquetarse como cocina de autor.

Necesitaba cenar algo rico y me bajé antes de mi estación de metro habitual para caminar en dirección al RAI, echaba de menos un placer gastronómico y especialmente una experiencia deliciosa. Una noche especial,  ya que celebraba conmigo un importante logro personal que me mantuvo por seis meses en ascuas.

A mi llegada, bastantes mesas ocupadas lo que no es tan habitual como podría pensarse, pues a pesar de lo rico del lugar, muchos deben pensar que los precios son prohibitivos, pero eso no es cierto, la relación precio calidad es extraordinaria.

Un panecillo caliente, mantequilla y una rica salsa llegaron junto a mi botella de agua, mi preámbulo ritual antes de comer algo rico. Recorrí lentamente la carta buscando alguna delicia nueva y encontré un increíble fettuccini de palta, fettuccini blanco con mariscos, machas, ostiones y camarones con una salsa de palta y queso parmesano, que me dieron pausado placer por un gran rato. Acompañé con una botella de merlot reserva Tres Palacios 2009, magnífico!!

Creme Brulée de chocolate y naranja confitada, una deconstrucción exquisita del creme brulée tradicional que fue, junto a mi café negro, un cierre delicioso de mi pequeña celebración.

Cenando en Pad Thai : siempre delicioso

Este es un sitio adorable, al cual he venido por años y la verdad  no me cansa ni aburre. Es un sitio acogedor, lindo y con una cocina que me fascina.

Nos fuimos directo a la terraza, a ese patio interior enorme y precioso, que crea un microcosmos ideal para el placer, y que marca parte de mi mejor historia.  Cuando ni siquiera tenía patente de alcoholes, uno podía traer su vino y solo cobraban el descorche. Aquí estuve con mi único amor varias veces y ocurrió  la increíble casualidad que ambos elegímos y trajímos, sin concertación, el mismo vino y nos encontramos sorprendidos con dos botellas del mismo vino, que delicia, nuestras maravilosas cenas.

Hoy con mi gran partner nos fuimos por un curry verde (picante) con carne y berenjenas asadas con un acompañamiento típico de arroz, mientras  él eligió unos trozos de pollo en salsa agridulce con el arroz tailandés de rigor, deduzco rico por los comentarios. Mi hermano elude los sabores intensos, mmmh!!

Para esos platos decidí un ensamblaje de merlot y petit verdot de Laura Hartwick, que verdaderamente estaba delicioso y muy apropiado para estos ricos platos. Es una maravilla como el vino y la comida pueden formar un concierto de placer.

Al final de esta bacanal, a pesar de la negación de mi hermano, elegí solo para mí una torta de chocolate y plátano fantástica, que finalmente el decidió compartir con gula.

Exquisita incursión, que solo terminaría con un buen te blanco, la flor del té.