Restobar Pimienta : disfrute a la europea

Inmerso en la búsqueda de opciones disfrutables en el centro de Santiasco, llegamos con un buen amigo al barrio Paris-Londres, un paseo por un barrio antiguo y de hermosa arquitectura europea. Allí en una vieja casona de estilo francés con lindos vitrales, encontramos el Restobar Pimienta. Ampliado hacia la calle-paseo con mesas y sillas, hay una deliciosa terraza, la que permite disfrutar el paso de los transeúntes mayoritariamente extranjeros que caminan por el empedrado curioseando por el bonito barrio.

Sin grandes pretensiones, tienen una oferta de menú para almorzar y también a la carta. Fiel a mis gustos, pedí la carta para dejarme entusiasmar. Para partir pedimos una entrada de empanaditas y sopaipillas, la que llegó acompañada de un fresco pebre, ideal para calmar la ansiedad del hambre. Para los fondos, ambos nos tentamos con un plato interesante, una hamburguesa casera enorme que acompañamos con un puré rústico al merkén. Fantástico plato que se mereció la presencia de la botella de Ramirana reserva Cabernet Sauvignon 2009 que encontré en la carta.

Hay que reconocer que los dos mozos no dan abasto para atender los comedores y la terraza, pero con paciencia la experiencia igual es buena. Mi compañero, muy voraz, siguió con una torta de postre y yo le acompañe con un buen café negro. Digno final!!

Sencillo y rico lugar para disfrutar almuerzos en Santiasco como si fuera Europa.

Vichuquén : un almuerzo fantástico

Un lugar extraordinario para esos días en donde almorzar en Santiasco centro es una necesidad más que digestiva. Requería imperiosamente un lugar para estar conmigo y mis cavilaciones, sin interrupciones y sobretodo plenamente disfrutable. Ese lugar se llama Vichuquén.

Pocos comensales y bastante distribuidos en el gran salón del restaurant. Valoro especialmente el espacio entre las mesas, la elegancia y esa tranquilidad insospechada para un sitio en una calle de alto tráfico. Me instalé en una mesa al lado del ventanal para tener suficiente luz natural y poder leer unas notas que portaba. Llegó mi agua mineral sin gas y me dispuse a revisar la carta.

Mientras seleccionaba mi plato, llegaron dos paneras, una con panecillos amasados y otra con sopaipillas calientitas. Un pote con mantequilla y otro con un pebre exquisito. Me devoré las sopaipillas con el pebre, malditamente adictivas.

En la carta, un plato me sedujo rapidamente, un filete de vacuno con una salsa chamán y puré de habas. La salsa con base de vino contenía cebollitas y champiñones trozados y unos minúsculos cubitos de tocino, francamente deliciosa, un toque perfecto para el gran trozo de filete. El pote de greda sobre el mismo plato contenía el puré de habas y alrededor una selección bolitas de verduras cocidas al dente (papas, zanahorias, zapallitos italianos). Un plato del que habría disfrutado mucho repetirmelo. Maravilloso y muy bien acompañado por una copa de Malbec gran reserva de las viñas del hotel (zona de Santa Cruz).

Con tanto disfrute, recuperé rápido mi lucidez y pude darle sentido – finalmente – al proyecto que daba vueltas en mi mente desde la mañana y que necesitaba resolver. Para celebrarlo, elegí una opción de buffet de postres y elegí tres delicias, una tarta de pastelera y cubierta de membrillo, un trozo de kuchen de nueces y pasas y un vaso con una versión sabrosísima de suspiro limeño. Notables sabores.

El tiempo apremiaba mi salida, por lo que junto a la cuenta solicité mi café negro, el cual llegó acompañado con un plato de dulces chilenos en miniatura, qué ricos y delicados bocados!!. No solo resolví lo que preocupaba a mi mente sino que recuperé la alegría que andaba un poco agotada esta semana.

Vichuquén, verdaderamente topísimo.

Descansando con delicias españolas : que rico es Guría

Un periodo de trabajo especialmente intenso, 12 horas diarias sin interrupción, me convierten en un loco en busca de disfrutes intensos por justa compensación. Así,  hoy decidí que debía tener una disfrutable cena y con sabores entrañables. A mi mente vino rapidamente la idea de comida española y un lugar que me trae buenos recuerdos es el Guría.

Instalado en el segundo piso, mientras me acomodaba pedí mi habitual botella de agua mineral sin gas y hielo. recorrí la carta con ansiedad, Llegó mi pedido, junto a unos panecillos calientes, mantequilla y una sabrosa salsa, con lo cual pude recorrer la carta con más tranquilidad. Unos calamares a la romana fueron un buen punto de partida mientras decidía los fondos. Los comí lentamente mientras saboreaba un libro que me tiene entusiasmado, «A la luz de nuestras vidas pasadas» de la notable Amalia Estevez.

Vacilé por unos tres minutos entre carnes rojas o un buen pescado, pero me ganó la idea de una rica merluza a la parrilla con un risotto de camarones. Curiosa mezcla ya que el risotto es de origen italiano y la preparación de merluza es normalmente muy española. Como sea, un plato exquisito y cuyo sabor se magnificó al agregar una buena botella de pinot noir Céfiro, un reserva de Casablanca, exquisito.

Una cena anclada en el recuerdo, algo que me asalta el alma cada febrero y que supongo me seguirá ocurriendo, aunque la vida continúe su curso y cierre la cena con un buen café. Por cierto, buena música ambiental incluyendo unos deliciosos temas de Gotan Project.

Guría, gran opción para el placer y los recuerdos.

Comida bien chilena : disfrutando Don Peyo

Este día decidí dormir hasta que me diera calambres y eso ocurrió alrededor de las 14 horas. Con mucho hambre desperté y en vez de tomar un tardío desayuno, me pareció mejor opción darme un gustoso almuerzo en algún buen lugar.

Tras una rica ducha, barajé opciones y me pareció que era el día adecuado para comer comida típica chilena, algo exótico, entendiendo que salvo por un plato, toda la comida chilena no es chilena. Salvado el discurso académico, hay un lugar que puede ser un buen representante de los sabores «chilenos», así que mis pasos fueron presurosos sorteando  la canícula para llegar al Don Peyo en el barrio Manuel Montt.

Por la hora, la gran mayoría que suele llenar este local, ya se había ido a tomar su siesta, lo que me dejó solitario y muy ventajoso en la terraza del segundo piso. Partí con una vaina, mientras llegaba el pan amasado y el pebre, algo indispensable para ir tomando el ritmo de lo que viene.

Pedí unas machas a la parmesana, que menos para iniciar el disfrute. Conseguí pimienta fresca para hacer unos cortes deliciosos de pimienta sobre las machas y el abundante queso, ante la mirada un tanto curiosa del mozo. Nada más delicioso que mascar esos trocitos de pimienta que te sorprenden mientras saboreas tu plato.

Acto seguido, el único plato verdaderamente chileno, un charquicán con huevo frito. Mmmmhhh, maravilloso!!!. Añadí una botella de Malbec Reserva de Montes 2009, para amplificar el placer.

Tuve una simpática conversación con el mozo, quien estaba profundamente extrañado por mis ritos de degustación, lo que dió espacio para un agradable intercambio de opiniones acerca de vinos y comidas.

Grande Don peyo, un baluarte de la comida chilena.

Café Urriola : un rico after office

En el barrio Lastarria, se ha ido consolidando la oferta gastronómica en un pequeño pasaje, una suerte de patio delantero de un proyecto inmobiliario al lado del Teatro Lastarria 90. Aquí se encuentran dos sitios exquisitos, la Casa Lastarria y el Café Urriola, hacia donde dirigí los pasos esta tarde. También hay un precioso bookstore y la promesa de una sucursal del Nolita.

Este lugar tiene hace pocos días patente de alcoholes, por lo que recién comienza a mostrar su power. El dueño es un sommelier y por cierto, se ha preocupado de disponer de una carta de vinos muy nutrida y selecta.

Partimos con un ceviche mixto y pisco sour, como es tradición. Tras larga conversación, el hambre se apoderó de mi ser y decidí invitar algo más contundente y aprovechar la carta de vinos. Mi invitada solo quiso un tártaro, pero para mí quedaba mucho mejor una Milanesa Urriola, un enorme sandwich en pan baguette con milanesa, lechuga, tomate, jamón y queso, una contundente delicia. Pedí una botella de un ensamblaje prometedor Estampa Reserva, cabernet sauvignon y petit verdot. Potente caldo tinto de sabores maduros y extasiantes.

Café Urriola, una gran opción para el after office veraniego.

Pachamama : otra delicia peruana

Un día de trabajo brutal bien se merece una cena deliciosa y en un buen lugar. Había pasado en cleta por este sitio desde septiembre  en un montón de oportunidades, paseando por la ciclovía de Antonio Varas, pero jamás lo vi abierto.

Un casual llamado de un amigo y listo, ya teníamos un panorama adecuado para una noche de verano. Mi amigo se fascina de mi afición a descubrir nuevos sitios para disfrutar y esta era una buena ocasión. Al llegar nos percatamos de lo hermoso del sitio, de mucho blanco y con unos grandes cuadros adornando las paredes. Mesas bien montadas y agradable música criolla ambiental.

Es fácil adivinar la mejor combinación para una entrada en un restaurant peruano. Por supuesto, pisco sour peruano para acompañar un ceviche tropical, una combinación maravillosa. El plato con una base trozos de  pescado apanado calientes, camarones, pulpo, piña, cortes de manzana verde, cuadraditos de papaya y durazno, calamares y  jugo de limón abundante. Qué excelente  mezcla!!!

Para los fondos, mi amigo se dejó tentar con un seco de asado de tira con salsa de cilantro, marinado al vino tinto y especias. Por mi parte, no resistí la seducción de unos camarones pachamama, enormes camarones jumbo envueltos en filete de vacuno con una reducción de viono blanco, mantequilla, ciboulette y cilantro. Añadimos una helada botella de pinot noir de Montes 2009 y la magia de la cena nos llenó de placeres gastronómicos.

Extasiados con las delicias ya servidas, nos quedaron ganas para pedir un buen postre. Así completaron la cena un crocante de mango exquisito y una leche volteada.

Pachamama, excelente lugar, de lo mejor de la oferta peruana en Santiasco.

Regreso a Paladares : gran cena de degustación

Hace mucho tiempo, tal vez dos años, que no regresaba a este lugar del Barrio Italia. Por extrañas razones cada vez que me interesaba visitarlo, el local (muy pequeño por cierto) siempre estaba lleno. Como soy aplicado con mis disfrutes, intenté una vez más y conseguí una mesa al lado de una ventana, que es una de las mejores ubicaciones del sitio.

El formato gastronómico de este restoran es el menú de degustación, periódicamente inventado por el dueño y connotado chef Juan Pablo Moscoso. A él se une un equipo estable de colaboradores que lo acompañan por varios años y que hace posible que uno sienta que todos están involucrados y comprometidos con el resultado.

Partí con mi aperitivo, un kir royale, fresco y adecuado, para enfrentar las entradas conformadas por un carpaccio de res a la mostaza Dijon y berros, seguido por un ceviche de champiñones y camarones. Una copa de carmenere reserva fue un ameno compañero de la degustación. Debo añadir que al comienzo pusieron unos ricos panecillos, mantequilla y un fantástico paté de foie, que por supuesto saboreé.

Seguí con mi elección, entre tres opciones, del blanquillo relleno de queso de cabra, jamón y puerros con una salsa de pimientos asados y acompañado de papas asadas y verduras al dente (un bouquetiere exquisito). Nuevamente acompañado de otra copa del rico carmenere sugerido.

Para los postres una combinación de crema catalana (creme brulée), suspiro limeño y frutas con crema, una delicia que se acompaña con un buen café negro.

Que rico es Paladares, lo extrañaba!!

Ruby Tuesday : a veces solo a veces

Un sitio que se precia de importar cerdo americano y que ofrece comidas muy calóricas a un precio razonable, es un lugar que pocas veces visito. Sin embargo, una intempestiva reunión de trabajo me arrastró hacia el Ruby Tuesday del centro de santiasco.

La verdad es que es un lugar bien ambientado, fresco a la hora del infierno y muy bien atendido. Sería mezquino quejarme de la comida, ya que los platos son sabrosos y abundantes. No apto para quienes cuidan el sobrepeso.

Gasesosa para mi colega, un helado jugo de melón para mí. Para los fondos, unas fajitas triple (carne, pollo y camarones), un plato enorme que mi amigo no fue capaz de comer completo y en mi caso me fui por unos camarones ecuatorianos salteados sobre una pasta con crema y queso bastante buena.

No es para ir muy seguido, pero cumple muy bien en este tipo de eventos fortuitos.

Bariloche : otra terraza para disfrutar

Caminando en la noche por el barrio El Golf, observé la cantidad impresionante de gente que disfruta las terrazas de diversos locales en calle Isidora Goyenechea, lo cual me produce mucha simpatía, ya que es uno de mis deportes favoritos.

Busqué un sitio que no hubiese  probado antes y así terminé instalándome en el Bariloche, un lugar de carnes y que ofrecía una rica terraza, ideal para mi incursión.

Por fortuna, la noche algo más fresca que el tórrido día veraniego de santiasco y poco tráfico vehicular, con lo cual se presagiaba una buena cena.

Partí como es mi costumbre con una botella de agua mineral sin gas y hielo, para sacarme el calor y los anteriores sabores del día. Buen ritual!!

La carta, bastante abundante en appetizers, ensaladas, pescados y especialmente carnes fungidas de estilo Bariloche. Me tenté con una plateada Bariloche acompañada de ñoquis al pomodoro a lo que añadí una copa de un ensamblaje delicioso, el Quatro de Montgras (cabernet sauvignon, carmenere, merlot y malbec). Una combinación deliciosa con una carne bien preparada, sabrosa y blanda y esos fragantes ñoquis.

Fue una cena en extremo lenta y tranquila, me sirvió para pensar, evaluar algunos proyectos y hacer algo de people watching.

Para el postre, no encontré nada mejor que una copa de helado de chocolate africano (sería porque era chocolate amargo, es decir chocolate de verdad), nueces y pasas al ron, una maravilla!!!.

Cerré con un café antes de emprender una rica caminata de regreso al hogar. El Bariloche requiere una mejora en la calidad del servicio, básicamente oportunidad y conocimiento, ya que en amabilidad no hay reclamo.

Disfrutando cena en Pad Thai : gran terraza

Un periodo de noches extremadamente calurosas en Santiasco no permiten estar en casa (a menos que poseas aire acondicionado, que no es mi caso). Nos concertamos con una amiga para comer algo rico y un lugar con una  terraza ideal es, a no dudar, Pad Thai.

Esta magnífica terraza es fresca, con una piscina lista para ser usada, buen espacio entre mesas y sobretodo un ambiente rico y bien atendido. Quizás el único defecto del lugar sea que solo funciona con efectivo, pues me jode andar con él, siempre prefiero mis tarjetas para mantener mi orden.

Partimos con una gaseosa para ella y para mí un rico sour thai, una mezcla deliciosa de pisco sour con leche de coco y albahaca, una delicia!!. Acompañamos este inicio con un satay de camarones, unos ricos camarones de buen tamaño ensartados en unos pinchos, ricamente  salteados en una salsa muy thai y con un pote de una salsa verde para untar. Buena combinación.

Para los fondos, un Kang Dang y un Pad Grapraw, pollo y res respectivamente, con verduras salteadas, curry picante (solo nivel 1) y agridulce el otro, ambos platos fragantes y bien acompañados con arroz blanco. Un infaltable, la botella de vino, un ensamblaje de cabernet sauvignon y syrah, William Cole Alto Vuelo, que estuvo fantástico. Todavía recuerdo que hace dos años ni siquiera tenían patente de alcoholes, de verdad que se han superado y mantienen la gran calidad de su cocina.

Buena conversación y gran disfrute de la noche.