Los Cuates : cena sabrosa

Hoy fue otro día en que no solo soy quien abre la oficina sino quien la cierra, es decir, brutalmente cansado. Por suerte eso me alienta a realizar algo distinto y particularmente disfrutable, ya que la vida debe tener compensaciones y no me permito fallar en eso.

Los Cuates es de los pocos restoranes mexicanos en donde hacen verdadera comida mexicana, con eso quiero relevar por ejemplo, que fabrican sus propias tortillas de maíz que venden a otros y que hay mexicanos atendiendo. Un detalle que se nota, según sea la capacidad de aventurarse en la oferta gastronómica del sitio.

Partí con un clásico tequila margarita con mango, una variante deliciosa que me vino de maravillas. Acompañé estos inicios con unas quesadillas tradicionales acompañadas del habitual guacamole.

Para los fondos, nada mejor que un plato típico del México profundo, un Alambre, puesto en sencillo es  carne a la plancha salteada con pimentones, cebolla, queso, tocino y las adecuadas guarniciones, porotos negros refritos y guacamole, además de las calientitas tortillas de maiz que cierran el circuito virtuoso de este exquisito plato.

La carta de vinos no es muy abundante, pero logré incluir en mi cena un carmenere de Viña Sutil Colchagua State, un acierto inesperado.

Para los postres, que mejor que una inyección dulce de crepes Los Cuates, o sea panqueques calientes con manjar,  chocolate, una  nube de nuez, algunas ricas almendras y helado de vainilla. Una delicia para el cierre de mi incursión.

No podía abandonar el lugar sin beber un cafe hervido mejor conocido como cafe de olla, especialidad de la casa, algo sin parangón en la oferta santiasqueña.

Sin ninguna ostentación, Los Cuates es un lugar delicioso!!

Cena y entretenciones nocturnas

Con día de tan vegetal almuerzo, me vi obligado a cocinar algo contundente. Nada es más potente en Chile que un buen plato de porotos con riendas acompañado de un buen vino reserva.

Claro que estaba delicioso y espero que todos sepan como preparar este plato típico, ya que es insuperable. Acompañe el placer digestivo con hartas entretenciones que aprovecho de recomendar o tal vez no. Los números 176 y 179 de la revista Ñ (publicación sabatina del diario Clarín de Baires), una publicación de esas notables que nunca he visto en Chile. Teatro, música (el bolero pues), cine (argentino che), filosofía (un desconocido TheodorAdorno), política (escribe Anthony Giddens), religión (un artículo sobre el islam muy bueno). En fin, mucho más de lo que podemos procesar en una cena y que ni en sueños lo leo completo.

Aproveché de visitar una serie de papers del MIT acerca de descubrimientos aplicables a la generación eficiente de energía (mucha teoría después de todo), leer el último número de la América Economía (cada vez más fome con su repetido cuento de los MBA y noticias triviales), disfrutar la revista Vivienda y Decoración (su único defecto es ser publicada por El Perjurio) y de fondo escuchar la radio Zero (anunciando a Travis en Chile, escuchando a Tori Amos, Mademoiselle K y otros filetes musicales).

Bueno, rica cena proteica y alimento para la sesera. Ahora sigo con un chateo pendiente.