Aunque ya he estado en este lugar, no puedo decir que puedo predecir los resultados.
En la búsqueda de algo esplendoroso, algo que solo ella pueda apreciar en su verdadera magnitud, me acerqué una noche de jueves hace más de una semana atrás, a este lugar misterioso.
Un lugar delicioso, desde la entrada se percibe ese aroma de lo especial, luces bajas, aromas neutros pero incitadores, varias parejas y un grupo de extranjeros, fueron parte del ambiente.
Una carta de miedo, comida tailandesa, japonesa, vietnamita e indonésica. Que más se puede pedir!!!.
Traté de salirme del formato y pedí una entrada de hummus con pan pita, pero decepcionantemente encontré la negativa de la chica que me atendía, al parecer el chef no gustaba de la improvisación. (le falta audacia a estos sitios) OK, serotonina menos, me dispuse a seguir las reglas. Me entusiasmé con unos fideos Sing Kang, unos fideos dorados con camarones, algo de cerdo. pimentón rojo, cebollín y champiñón todo adobado en salsa de soya picante (no tanto, pues le pedí a la chica moderación). Mi intención tras bajar el picante, era poder gozar un buen vino, pues pedí un Alto Vuelo de William Cole Pinot Noir. Excelente!!!
Tras este esplendoroso banquete, ya que estaba delicioso, con buena música ambiente-house, me dispuse a estrenar un buen postre. Y llegó, Pasión de Chocolate, un parfait de chocolate amaretto y mashmellow sobre una base crocante de almendras, servido sobre una salsa excitante de chocolate y amaretto. Uhmmm, exquisito!!!
Solo quedaba cerrar, para ello un café expreso es la receta infalible.