He comentado muchas veces cuanto disfruto los conciertos de mediodía en el Teatro Municipal, pero siempre soy sorprendido y esta ocasión no fue una excepción.
Una buenamoza solista María Teresa Sepúlveda, elegantemente vestida y un negro piano de cola era toda la puesta en escena. Por primera vez este año, no habían estudiantes en los palcos, lo que añadió un gran silencio al teatro.
Candidata a Doctora en Artes Musicales en una universidad de Nueva York, la pianista tiene un nutrido curriculum y eso esperábamos disfrutar.
Partió con una pieza de Beethoven, seguida de una de Brahms. Mientras tocaba esas variaciones de Brahms, un desubicado se puso a conversar y ella se detuvo instantáneamente ante la sorpresa de todos. Espero el silencio total unos segundos mirando fijamente al «delincuente» y prosiguió. Ufff, vaya temperamento.
Después salió una tercera y cuarta vez para tocar a Schumann y unas piezas deliciosas de Chopin. Cuarenta minutos de extraordinaria interpretación del piano.
Espero que el próximo año, traiga más delicias del arte al mediodía en el Teatro Municipal