En los lugares menos taquillas de Providencia nacen y mueren diversos sitios que son promesa de disfrute. En el mismo local en que estuvo el pub EVA, apareció hace dos semanas este nuevo restopub de galáctico nombre.
Pasamos rápidamente a la prometedora terraza del tercer piso, ya que una noche cálida, estrellada y tan bien acompañada no podía desperdiciarse. Pocos comensales, pero muy buena música. La carta bastante nutrida de platos, tablas y tragos. Intentamos conseguir esa combinación deliciosa del vodka absolut kurrant con gaseosa sabor naranja, pero solo pudimos conseguir agua tónica para combinar. Igual, muy delicioso, el sabor a arándanos sigue siendo un placer maravilloso.
Una conversación deliciosa terminó por darnos hambre y pedimos una tabla verdaderamente sensacional, sobre cortes de pan baguette, salmón ahumado enrollando un queso filadelfia y alcaparras. Francamente estupendo.
La vista del atardecer en los faldeos del San Cristóbal fueron el marco preciso para hacer de esta sesión una maravilla.
Una noche exquisita y un lugar que merece perdurar.