Enero es el mes más vertiginoso de mi existencia, cada año pone a prueba mi versatilidad y sobretodo mi paciencia pues concentra la mayor actividad cultural del año en pocos días, haciendo imposible la ubicuidad. Ciertamente me da vértigo enfrentar este primer mes del año, a sabiendas que es imposible asistir a todas las actividades filete que ofrece la cartelera.
Armado de mucho valor y humildad para poder renunciar a algunas opciones mientras disfruto otras, partí el periplo con una obra imperdible. Gladys, un drama sistémico sostenido con las actuaciones increíbles de magnos actores (Catalina Saavedra, Sergio Hernández, Coca Guazzini, Ignacia Baeza, Antonia Santa María, Álvaro Viguera) y que a pesar del calor insoportable del Teatro El Puente, resultó ser una pieza magistral, intensa, deliciosa e inolvidable.
A la salida, pasamos a servirnos una exquisita tabla y vino a un lindo lugar, el Magno Club Lounge en Bellavista. Un sitio de delicioso diseño y estupendo servicio. Esta primera visita va a tener que repetirse para explorar mejor la carta de platos y la interesante carta de vinos que ofrece.
La siguiente obra, fue un monólogo protagonizado por Brontis Jodorowsky, hijo de Alejandro y que colaboran para crear El Gorila, una obra sorprendente con una reflexión profunda e intensa de la existencia humana. A la salida, decidimos probar el restaurante Mar Abierto, un decepcionante lugar por lo lento de la atención y la casi inexistencia de lo ofertado en la carta. Prácticamente todo agotado y ni siquiera lo advierten. A pesar de todo, lo que probamos estaba sabroso. Tras el «incidente», nos dirigimos a una buena sesión de jazz en Thelonious, que tenía a Felipe Riveros Trío para nuestro deleite.
Una obra extraña y no por ello menos disfrutable fue Lo que es posible hacer con alguien, una suerte de reflexión acerca del poder del lenguaje y la educación como moldeadora del ser humano. A ratos inquietante por su rudeza, es una obra compleja y un poco agotadora. Para la hora de los comentarios, nos dirigimos a Casa Lastarria, en esa deliciosa terraza que posee.
El siguiente filete fue una obra argentina, Estado de Ira, un sorprendente montaje lleno de humor e inteligencia y que muestra la complejidad de las relaciones humanas. Es tan rápida que hay que estar 100% atento para poder seguir la genial trama. Imperdible!!!
Para el cierre de esta semana, fui a ver Lo que puede un cuerpo, un impresionante montaje coreográfico individual de Claudia Vicuña con música de Carlos Cabezas y vídeos del cineasta José Luis Torres Leiva. Extraordinaria pieza de arte escénico y extasiante el dominio del cuerpo de la bailarina. Para un sabroso cierre, decidí pasar por la vieja Fuente Alemana y servirme mi sandwich preferido en ese lugar, una frica palta mayo con una deliciosa cerveza.
Santiago a mil, está realmente bueno!!!