Casa Luz : exquisita nueva opción en barrio Italia

Tras un prolongado cierre del restaurante De Cangrejo a Conejo, finalmente amaneció un nuevo lugar de disfrutes. Se trata de Casa Luz, un sitio que hoy visitamos para disfrutar su oferta.

Un sitio perfectamente diseñado para el disfrute estético y por supuesto gastronómico. Mucho ladrillo a la vista, grandes espacios, iluminación bien pensada y sobretodo oportuna y diligente atención.

Por esas curiosas circunstancias de la vida, fuimos los primeros en llegar, aunque solo por minutos de diferencia. Ubicados en donde nos pareció más cómodo, comenzamos el disfrute con una Provoleta con chorizo picante junto a los aperitivos Casaluz sour (vodka sour) y un  amaretto sour.

Mientras nos dejábamos regalonear por la buena música de guitarras y baladas, revisamos la carta y nos inclinamos por un filete con papas puente, huevo de campo pochado, aceite de trufa y unas increíbles entrañas a la parrilla con risotto de mote y calabaza. Ambos platos se merecían una delicia como es el increíble ensamblaje Parcela 7 de Von Siebenthal.

Para los postres, nada mejor que un Tarte Tatin y un Parfait de chocolate y cardamomo, delicias que cerramos con un buen café arábigo.

Gran lugar!!!

Cena en Caruso : evitando las multitudes

Tras una sesión de buen teatro nos dispusimos a buscar un sitio apropiado para cenar, sin embargo, parecía que hoy todo Santiago se había organizado para ocupar multitudinariamente todos los sitios agradables. Tras unos cuatro intentos fallidos, mucho más de lo que soporto, tomé una decisión «sabia», algo que ya he experimentado y que es una fórmula simple, elegir un lugar que a pocos se les ocurra o que se espanten de primera con sus precios. En este caso, sospecho que a pocos se les ocurre que una buena opción es un restaurante de hotel y eso lo aprovecho en muchas ocasiones.

Pues bien, nos dirigimos al hotel Crowne Plaza y su rico restaurante Caruso, en donde la paz reina y la buenas atención es una marca registrada.

Partimos solicitando aguas para lavar la boca y prepararnos para un buen disfrute. En la carta, un Congrio relleno y un Mero Tapenade, vendrían a ser las opciones de platos de cena y que acompañamos con un delicioso Pinot Noir Tabalí, probablemente uno de los mejores de esta cepa en Chile.

Tras el disfrute prolongado en grata conversación, nos enfrentamois a la posibilidad de los postres y eso produjo un gratin de frambuesa compartido y buen café.

Caruso, es un lugar sorprendentemente tranquilo, bien atendido y disfrutable, lo cual he comprobado en muchas ocasiones. Es la mejor opción para cenar tranquilo y bien atendido en la zona centro.

PezToro : disfrutando acompañado

Cómo ya había tenido la oportunidad de disfrutar este sitio, hoy que andaba acompañado fue una buena opción elegirlo para cenar.

Mi partner algo inapetente se decidió por una ensalada peztoro (con trozos de salmón y abundante lechuga). En cambio, yo me fui directo a algo sabroso y abundante y pedí una piadina dello chef con jamón crudo, queso y tomates.

Con propiedad puede decirse que es una cocina mediterránea y bastante creativa, además de su fantástico servicio y una cava de primera. De hecho, hoy había un sommelier atendiendo en la rica terraza, quien estuvo excepcional compartiendo con nosotros datos de vinos y comparando perspectivas acerca de la temperatura adecuada para nuestro pinot noir Casablanca Matetic Corralillo que habíamos elegido para nuestra cena.

PezToro se perfila como un lugar de buen comer a pesar de una carta orientada a la comida al paso, pero de una calidad extraordinaria.

 

El Tablao : cena y buen flamenco a la chilena

Llegamos a este sitio un poco antes de que comenzara el show, ya que el plus es la música flamenca en vivo, algo que obviamente queríamos disfrutar.

Para partir pedimos un Almogrote, un delicioso paté de queso, con una buena porción de turradas para acompañar nuestros kir royales.

Seguidamente, de la carta seleccionamos unas berenjenas gratinadas para mi partner y una merluza austral tablao para mí. Dos platos de delicados aromas y que bien hicimos acompañar con un William Cole Columbine pinot noir.

Una cena que comenzamos casi en sincronía con el grupo que haría la presentación en vivo. Una curiosa mezcla de lírica chilena con acordes de flamenco, lo que bien podría llamarse flamenco a la chilena. Un espectáculo con buena ejecución y virtuosos  zapateos, que fueron la delicia de todos quienes estábamos en el lugar cenando.

La cena, abundante por cierto, merecía un buen postre y fue elección obligada la crema catalana junto a un buen café

Entretenido el Tablao!!

Magno Club : una cena sorprendente

Esta noche tenía un propósito claro, saber que tal era la cocina de este lugar que visité unos meses atrás. Esa primera incursión fue más bien superficial y era necesario algo más profundo para formarse una opinión.

Ingresé al enorme comedor para elegir una mesa enfrente de un ventanal con vista a la calle y que al mismo tiempo me permitía mirar los lindos reflejos de las llamas de una gran chimenea.

Partí como suele ocurrir pidiendo una botella de agua mineral sin gas mientras hojeaba la interesante carta. Platos diversos, desde unos muy chilenos, pasando por platos típicos de la cocina peruana y otros de la tradición thai. Mis ojos quedaron pegados en lo que sería mi entrada, un timbal de locos.

Me entretuve un rato con los panecillos y la salsa de untar hasta que apareció mi entrada. Un plato enorme y sobretodo delicioso. Me adelanté a ordenar mi plato de fondo, una albacora a la pimienta rosada junto a una botella de Syrah Nimbus Estate 2007 que me pedía a gritos ser elegida en la carta de vinos.

Comí lentamente disfrutando cada bocado, extasiado en los sabores, la delicada música lounge y los reflejos parpadeantes de las llamas de la chimenea. Una cena sorprendente no solo por la buena cocina sino por lo disfrutable del ambiente.

Cerré esta incursión con un buen café negro mientras recorría con la mirada este lindo lugar.

La Boheme : cocina francesa a la chilena

Un sitio en barrio Bellavista que confieso nunca me atrajo lo suficiente como para ingresar. Sin embargo, hoy me pareció un buen momento para probarlo.

A pesar de declararse como de cocina francesa, me costó notarlo y ya veremos por qué. Parti con una vaina mientras revisaba la carta de platos. En el intertanto, llegó a la mesa pebre, mantequilla y pan calientito de la casa. Un comienzo bastante tradicional.

Me costó decidir, pero finalmente pedi un filete del chef con puré picante que acompañé con un delicioso Morandé Terrarum 2009. Aunque el servicio siempre fue atento y oportuno, no pude dejar de notar la curiosa manera de descorchar la botella, claramente una improvisación graciosa por la cual nos reímos en conjunto.

Así como la comida no fue francesa, la música era totalmente chilena chilena, discos de  illapu y Quilapayun me acompañaron en mi cena.

Curioso sitio, bueno el servicio y la comida bastante sabrosa.

 

La Pescadería : nueva visita disfrutable

Habiendo pasado ya un tiempo desde que visité este lugar, esta noche parecía una buena oportunidad para disfrutar en compañía.

Agua mineral y una coca light fue el comienzo mientras revisábamos la carta. Sin previo aviso, nos llegó de regalo un aperitivo de la casa, una pequeña taza de caldillo, exquisita!!

Para los fondos, la tentación claramente fueron platos basados en albacora. De hecho, mi partner se inclinó por una albacora con salsa de mariscos y ensalada de lechuga y palmitos, mientras que en mi caso, decidí por una albacora con salsa roquefort y papas salteadas.

El vino de acompañamiento preciso fue una botella de Queulat pinot noir gran reserva 2009, una maravilla.

Cuando solicitamos el café de cierre, llegaron de regalo unos deliciosos chocolates. Realmente nos regalonearon muy bien.

Estupendo servicio y fantástica gastronomía.

De Tapas y Copas : disfrutando comida española

He venido tantos años a este sitio que a veces pienso que ya no podrá sorprenderme. Sin embargo, esta noche junto a mi partner decidí volver a probar y claramente no me equivoqué.

Claramente se ha modernizado, de hecho la moza con tablet en mano tomó nuestro pedido WiFi incluido. Fuimos por unos pimientos del piquillo rellenos con carne de res y cerdo con aceitunas, adobados y rebozados para constituir una rica entrada mientras saboreábamos la sangría de especial preparación del lugar.

Terminada la entrada, fuimos por los fondos, un congrio a la vizcaína, es decir un congrio al sofrito de cebolla morroni y tomate con un rico puré de papas al oliva, mientras yo me matriculé con una merluza envuelta en jamón serrano y gambas, asada en aceite de olivas y vino blanco. Unas maravillas sabrosas que amplificamos con un exquisito syrah, a falta de un pinot noir.

A pesar de los años, este sitio sigue brindando una gastronomía rica y a pesar de los cambios, el servicio se mantiene en buen nivel. Todo un mérito en una ciudad con tan alta rotación de restaurantes y de ofertas.

 

Cenando en El Ancla : una experiencia probada

Buscábamos un buen lugar para cenar mientras caminábamos muy tarde por las cercanías del barrio Manuel Montt, cuando de pronto vino el recuerdo de un sitio  que sabíamos atendía hasta tarde y que era una experiencia disfrutable sin contemplaciones.

Rápidamente nos fuimos a la pequeña terraza del segundo piso con la esperanza que hubiese espacio, pero la fortuna no estuvo de nuestra parte. En cambio, encontramos una mesa en una zona en que circulaba una rica brisa y nada que decir, estaba perfecto.

Nos matriculamos de inmediato con un buen pisco sour y pedimos una delicia que este lugar ofrece, una fuente con locos y papas mayo sobre una cama de lechugas y unos finos cortes de pimiento. Es una delicia imperdible!!

Para los fondos, sabiendo que había una partida de lenguado fresco, seleccionamos un lenguado a la mantequilla negra y ensaladas palmito palta para mi partner y en mi caso un atrevido lenguado con salsa de naranjas y papas provenzal. Para acompañar estas delicias, pedí una botella de un consagrado Pinot Noir Cartagena de Casa Marin, el cual mantenido en su cubeta con hielo y agua nos brindó grandes placeres.

Nos tuvimos que olvidar de los postres en consideración al nivel de satisfacción, por lo que fue bienvenido un buen café negro.

El Ancla es una maravilla!!

Olan : delicias en su nueva casa

Hace unos 4 meses el restoran Olan salió de su habitual residencia en Seminario para ubicarse en una inmensa y preciosa casona blanca en calle Condell cerca del Hotel NH.

El sitio está acondicionado de manera extraordinaria, blanco riguroso, paredes impecables y pinturas peruanas que resaltan de manera genial. Llama la atención el espacio disponible y que se privilegie esa comodidad para los clientes. Nada más desagradable en un restoran que sentir el olor de la comida de otros o participar sin querer de sus conversaciones.

Partimos, como de costumbre con unos buenos pisco sours, aunque hicimos la variación de pedirlos mixtos con jengibre. Gran elección!!

La selección de los platos no fue fácil, la carta es muy tentadora y mi partner eligió una  reineta a la plancha cubierta con una de salsa de camarones ecuatorianos. Por mi parte, estuve a punto de ordenar un sudado de corvina con ostiones, calamares, camarones, tomate, cebolla, cilantro y  jengibre, pero finalmente me decidí por un contundente lomo saltado, esa rica especialidad peruana y que el Olan prepara  maravillosamente.

Dado que solo yo tomaría vino en esta ocasión, me incliné por seleccionar un JBouchon carmenere Chicureo reserva, delicioso y a tono con mi rico plato.

Nuevamente tentados con la carta, mi partner eligió una crema volteada y en mi caso una mazamorra morada, postres fantásticos que cerramos con un buen café negro.

Notable El Olán, vale la pena regresar.