Diversitas : la nueva cara de El Templo del Inka

Paseando por calle Seminario esta noche encontré un nuevo restaurante peruano, una tentación irresistible para mi cuerpo. Instalado en el sitio, muy acogedor y espacioso, me informé que era una nueva versión de un viejo conocido, el Templo del Inka, un sitio que me trae lindos recuerdos.

La casona corresponde al antiguo local del Barcelona, el cual fue intervenido fusionando estilos con buena música y una llamativa  y enorme pantalla proyectada  con imágenes y mensajes en portugués, español e inglés.

Instalado en la generosa terraza, partí con mi botella de agua mientras repasaba la carta en busca de algo especial. Gran cantidad de platos que fusionan sabores peruanos y que sospecho provienen de un creativo chef.  Tomé la decisión de mi cena cuando encontré un pulpo en salsa anticucho y lo acompañé con un pinot noir Viña Mar del valle de Casablanca, una combinación realmente deliciosa.

Cené lentamente disfrutando la agradable brisa nocturna y la música de buen acompañamiento. Tras un café bien negro, decidí regresar a casa ya que la hora avanza demasiado rápido.

Se anota un nuevo lugar para disfrutar comida peruana.

Carrer Nou : exquisita cocina mediterránea

En el lugar donde por muchos años estuvo el restaurante Tante Marlen, se instaló hace un tiempo un sitio que esta noche quería visitar. Algunas intervenciones en la presentación, iluminación y un refuerzo de usos en el patio, le dieron a esta casona familiar un interesante y acogedor ambiente para disfrutar. Mis anteriores visitas al local alemán siempre estuvieron marcadas por la buena atención y el caracter estrictamente familiar que me recordaba esos deliciosos tiempos en que vivía mi abuela. La nueva cara, tiene mucho de modernidad y sencillez, algo que se agradece además de un ritmo propio de un local familiar.

Instalados en el patio, algo adorable en esta época, partimos con las botellas de agua indispensables para preparar el cuerpo para disfrutar algo rico. Por mi parte me aventuré a probar un mojito con ron sabor manzana, una interesante combinación.

Solicitamos un ceviche griego, una delicia con camarones, queso de cabra, tomatitos, cebolla morada y una dosis de jenjibre. De la carta de vinos, nos acompañaría una botella de La Linda malbec para disfrutarlo con una pizza tricolora, pomodoro, mozarella, tomate, albahaca y  queso cabra

La exquisita noche, se consumió en buena conversación mientras disfrutamos esta cena, a la cual añadimos postres (cheesecake de roquefort con nueces y crema catalana) y buen café negro cuando la hora excedía los límites.

Exquisito lugar, bien merece retornar.

Oda al mar : nueva opción en barrio Italia

Salimos a caminar para experimentar la frescura de la noche tras un día muy caluroso en Santiasco. En formato azaroso zigzagueamos por las calles de Providencia en busca de alguna nueva alternativa para una cena disfrutable. Los pasos nos llevaban claramente hacia el Barrio Italia, pero de pronto nos dimos cuenta que en el mismo sitio en donde estaba Le Petit Chateau y aún antes el Sukalde, ahora había un nuevo restaurante, Oda al Mar, un nombre que nos evocó la rica comida peruana o las cevicherías que comienzan a abundar en la ciudad.

Instalados en el pequeño y acogedor lugar, comencé a impacientarme con la lentitud. El mozo, a quién ya conocía en otro restaurante, se apresuró a prometerme que nos sorprendería y que estaban resolviendo el problema en los tiempos de respuesta. Esa declaración me pareció virtuosa, ya que se hizo cargo que el servicio debe ser de calidad si pretenden sobrevivir.

Partimos con pisco sour y Kir Royal a los que el mozo añadió como appetizer unas ricas porciones de ceviche de regalo. En ese momento, sentí que estábamos sintonizados en el concepto de servicio.

De la carta salieron una Albacora con salsa de alcaparras y un delicioso pure rústico y una Tilapia con también con salsa de alcaparras acompañada de ensalada de  palmito y  palta. Seleccionamos además una botella de Apaltagua Pinot Noir que el mozo se aseguró de proveer en una cubeta con agua y hielo, como corresponde. A estas alturas, ya me sentía bien atendido y olvidé mi primera impresión.

Satisfechos con el placer de esta cena, no hubo opción de postres y preferimos ir por un buen café negro. Un cierre apropiado para un buen experimento de iniciación, Un restaurante no solo es un buen chef, es ambiente, estética, ritmos, organización y sobretodo buen servicio.

Infante 51 : sigue siendo delicioso

Hace ya dos años que no venía a este exquisito restaurante, pero tenía la curiosidad de saber si continuaba igual que mis recuerdos. Llegamos a una hora prudente para una cena tranquila y con altas expectativas de disfrute.

Partimos con un pisco sour peruano y mi habitual kir royale a lo que añadimos una entrada para compartir, corazones de alcachofas salteados con jamón serrano, una maravilla que nos sorprendió gratamente.

Cuando solo ofrecían productos del mar, por cierto su especialidad, no era fácil buscar en la carta, pero ahora que también hay carnes, arroces, pastas y todo tentador, vaya que cuesta tomar una decisión. Intentando innovar respecto de visitas anteriores, decidimos probar las carnes.

La elección recayó en entrañas de vacuno a la parrilla y papas al vapor para mi partner y un asado de tira formidable para mí. Acompañamos estas delicias con una botella de un ensamblaje gran reserva Korta del 2008, un verdadero manjar.

Elegir los postres ante tanta oferta también nos demandó algún esfuerzo, pero finalmente fue una pantxineta (un hojaldre acaramelado relleno de crema pastelera y almendras tostadas) y un goxua (un bizcocho borracho al ron sobre crema chantilly y cubierto con rica crema pastelera), maravillas que disfrutamos junto al café negro de rigor.

Infante 51 está mejor que nunca!!!

Ópera Catedral : cenando rico

Este restaurante es la joya de la esquina de José MIguel de la Barra y Merced, un primer piso tranquilo, elegante y sobretodo sabroso. Cada incursión ha sido una experiencia inolvidable y hoy no sería distinto. No en vano ha recibido el galardón de ser el mejor restaurante de Santiasco.

Partimos con agua mineral como es mi sana costumbre, aunque siempre me sorprende como inventan sofisticaciones, algo inútiles, como el Agua mineral Evian o Badoit. Sin embargo, el objetivo, simple y casto, es preparar las papilas gustativas para disfrutar y pienso que la marca no es nada relevante.

De la rica carta elegimos una corvina como base en un plato y otro con turbot, ambos acompañados de deliciosas guarniciones y precisas para hacerse acompañar de un buen pinot noir Leyda Las Brisas. Platos deliciosos y muy bien presentados, lo cual siempre se agradece.

En los postres, la tentación nos inclina sin dudas por un  creme brule a la vainilla y un vacherin de vainilla y frambuesas, excepcionales!!

Por cierto, imposible concluir el disfrute sin un buen café negro para despertar del ensoñamiento y volver a la realidad.

 

Nolita de Lastarria : una apertura largamente esperada

Debe haber pasado un año y medio desde que vi este local y el anuncio que sería una sucursal del rico Nolita. Hace muy pocos días abrió sus puertas y esta noche era ideal para ir a probarlo.

Un sitio con un trabajo de diseño de interiores muy ecléctico pero al mismo tiempo atractivo y espacioso. Sin conocer aún la carta, nos entusiasmamos con unas copas de sauvignon blanc, un delicioso aperitivo para esta noche.

Esta era una noche propicia para consumir pastas y la elección fue fantástica, Panzzotti relleno con queso de cabra con una salsa de aceitunas, cebollas confitadas y queso parmesano y Linguinni Putanesca (salsa pomodoro, anchoas, alcaparras, ajo y aceite de olivas), ambos platos acompañados de un notable merlot Santa Ema Reserva 2009 que elegí de una extensa carta de vinos.

La tentación pudo más y solicitamos unos buenos postres, un chocolatino (timbal de chocolate belga) y un caramelo de maracuyá, los cuales junto a las tazas de café bien negro, cerraron esta primera y deliciosa  incursión al nuevo restaurante del barrio.

Squadritto : cenando rico

Un sitio probado, que no admite complicaciones y que afortunadamente siempre me tiene un lugar disponible para disfrutar. Partimos con la combinación de pisco sour y kir royale como aperitivos además de las aguas minerales de rigor. Luego revisamos la carta para elegir para compartir un squadritto alla parmigiana, seguido denlos platos de fondo  Pettuccine dil sud y un plato de pennini putanesca. Maravillas que combinamos con un Tres Palacios carmenere exquisito.

Squadritto es un sitio imperdible, un nivel gastronómico estable, un espectacular servicio y sobretodo una cocina de primera, es un lugar en que se apuesta a ganador si se trata de invitar a alguien que quieres complacer.

Para los postres un buen tiramisu y un mousse de chocolate vinieron de maravillas, acompañados  de un reconfortante e intenso café negro. Squadritto es un gran placer!!

 

Esquina de Dioses : exquisita cena

Un sitio que no está precisamente en una esquina sino al lado de Santiago Colonial y del Azul Profundo, pero que tiene personalidad para existir. Apenas llegaba y recibí un pisco sour shot, una delicia de bienvenida.

Partí con un agua mineral sin gas para limpiar las tripas y disfrutar lo que vendría, una causa de caballa (delicioso pez) que me animó para el siguiente plato, un picante de lomo y papas que se merecía un buen malbec Caliterra Tributo 2009 además de los pancitos calientes con dos exquisitas salsas de untar. La música electrónica acompañante, se devino exquisita mientas disfrutaba esta cena.

Tras esta cena potente, un postre delicioso, una mazamorra morada y un caliente café negro cerraron esta primera cena en este lugar, que por cierto promete, no solo por sus sabores sino especialmente por su buena atención.

Esquina de Dioses, volveré por más!!

Marisquería Catamarán : deliciosa cena

Este lugar se anunció sin aspavientos mientras ocurrían movimientos en el barrio Manuel Montt, salía Don Peyo, entraba El Camarón de Gorbea. Varios paseos en cleta me acercaban al lugar sin poder concretar y esta noche decidí ir a la segura.

Partimos con un amaretto sour y un sorpresivo catamaran pinot noir, un aperitivo encantador por ser un sour pero con la sutileza de un vino exquisito como es ese vino.. Acompañamos con un carpaccio de pulpo y unos locos mayo, delicias que saben mejor compartidas.

Para los fondos, ella selecciona un atun sellado con rissoto con palta, genial selección y yo un salmon salsa pomodoro y papas chaucha, deliciosos platos que merecían un vino de campeonato, un Casa Silva pinot noir 2007, espectacular!!.

Un sitio amplio, con la elegancia de la sencillez estética y con un servicio de 5 estrellas. Prometenconvertirse en un imperdible del barrio Manuel Montt y me alegro haberlo disfrutado tempranamente.

El hambre y el placer fue suficiente para aceptar los postres, una torta hojarasca manjar y un creme brulée, que bien acompañados con unso fragantes y potentes cafés, completaron la incursión de placer de este día.

Está muy rica esta Marisquería, merece ser revisitada muchas veces!!!

 

 

Tambo : una cena para recordar

Saliendo de una obra de teatro, las ganas de conversar y de comer algo rico nos invitó a incursionar por el barrio Lastarria y habiendo ánimo de comida peruana, nada mejor que volver al Tambo.

Partimos con sour tambo, pisco sour macerado de jenjibre, zumo de limón, frambuesas y clara de huevo y un Maricucha, pisco, extracto de maracuya, jarabe de goma, zumo de limón y clara de huevo. Deliciosos!!

Para acompañar los aperitivos un imperdible un ceviche mixto al rocoto, sorprendentemente  picante, algo que no esperaba, pero indudablemente sabroso.

Para los fondos, el instinto de placer nos condujo a elegir un Tambo saltado, lomo salteado con cebolla morada, tomate, tocino, ají amarillo, cebollín arroz blanco y papas fritas para mi disfrute y un imperdible filete mar y tierra, filete en salsa cabernet sauvignon con pepian de trigo y camarones al aji amarillo

Platos magníficos que merecían un vino notable como es este Bodega Volcanes Parinacota, un  ensamblaje increíble de syrah y carignan del valle del Maule, una maravilla!!.

Para los postres, solo fuimos capaces de compartir un 4 leches y mango que junto a un rico café negro, cerro una cena inolvidable.