El imperdible del fin de semana sin duda alguna, era el recital de este prodigioso pianista norteamericano. Llegué muy cerca de la hora de inicio y me sorprendió la gran cantidad de gente. Todo en contra, día con lluvia, un partido de fútbol de esos que arrastran multitudes y un artista que no es demasiado conocido, al menos para mí (salvo por Google)
Un escenario simplísimo, solo un piano de lustroso color negro y una banqueta. Y aparece Melhdau, también vestido de negro y sin preámbulos, comienza a tocar. Tema tras tema me van sumergiendo en un relax impresionante, comienzo a soñar despierto, como estar en éxtasis. Solo con la interrupción de los estridentes y merecidos aplausos, vuelvo a la realidad. De pronto, a la mitad del recital, Brad Melhdau inicia Teardrop de Massive Attack, increíble, para mi lo más extraordinario que escuché. Todos los vellos de punta, sonaba demasiado hermoso. Filetazo!!
Siguió con más versiones de piano sobre diversas composiciones universales de Antonio Carlos Jobim, composiciones propias y de otros autores extraordinarios. Al terminar el show, el público enloquecido como yo, hicimos salir más de seis veces al pianista, la verdad perdí la cuenta, pero es todo un récord.
Brad Melhdau toca sin pauta y con los ojos cerrados, es increíble como sale la música desde su tranquila humanidad. Me recuerda a Felipe Riveros, quien por cierto estaba en primera fila disfrutando esta maravilla de música.
Brad Melhdau, ídolo!!!!!