Peperone : una opción sabrosa

Ubicado en la entrada que lleva por Chucre Manzur hacia la casa chascona de Neruda y los galpones, hace un año aproximadamente se instaló un pequeño café pizzería muy fashion. Ambientado con muebles antiguos, muchos objetos y buena música, es una opción que esta noche no quise desechar.

El lugar es sencillo y al mismo tiempo pretensioso, la carta es muy simpática pues cada pizza tiene nombre propio. La primera que me tentó fue la Maxima Eliana, con salsa tomate, mozzarella,  filetes de anchoa, alcaparras y aceite al ajo pero no habían anchoas. Así que decidí cambiarla por una Roberta Andrea, compuesta por salsa de tomates, queso de cabra, champignones, pimientos acaramelados y pesto. Al mismo tiempo, exploré la carta de vinos, pequeña pero suficiente para encontrar un Carmenere Las Mulas de Miguel Torres reserva 2011, combinación apropiada para disfrutar la exquisita pizza a la piedra.

El sitio muy tranquilo, bien atendido y con una selección de Jazz en los parlantes que me fascinó todo el rato. hay una gran voluntad gourmet y el lugar promete. Volveré.

Zocca : buena opción en Bellavista

Este sitio ya debe tener un par de meses ubicado en la nueva zona de locales (Dardignac)  en el Patio Bellavista y ya he tenido la oportunidad de visitarlo un par de veces. Amable atención aunque escasea el conocimiento de los mozos en algunas materias, algo que el administrador debiera mejorar.

Una interesante oferta de pastas y de pizzas lo cual era mi objetivo esta noche de paseos. Entre las pizzas me entusiasmé por una Diávola, fina masa a la piedra con mozarella, ricota, tomate, jamón acaramelado, queso de cabra y hojas de albahaca. Exquisita!!

Para acompañar mi merienda, elegí de una larga lista de tragos algo poco habitual en mis gustos, un bloody Mary bien hecho, porción adecuada  de vodka, jugo de tomate, limón y sabrosos aliños.

El ambiente bastante jovial, con harta iluminación, con 3 pisos para atender a mucha gente y muchos televisores con vídeoclips del momento. Además, muy importante para mí,  una disfrutable terraza que invita a ser visitada en este periodo de canícula en Santiasco.

Me gusta que aparezcan opciones para probar y disfrutar de la comida. En este caso, con algunas pequeñas mejoras, este restaurante se ganará muchos adeptos.

 

Patacón : nueva opción en Bellavista

En el mismo local en que dio sus primeros pasos la rica pizzería Waldini, se instaló este restaurante. El lugar luce exactamente igual a como lo conocí excepto por el cambio de nombre y el origen del personal. De hecho, con un chef dominicano, claramente se nota el cambio de los sabores y la carta de platos fue por completo sorpresiva.

Partí por solicitar una tabla de patacones que nunca llegó, pues uno de los mozos se confundió y las llevó a otra mesa y cuando trae mi plato de fondo, cae en cuenta del error y yo le suspendo la orden. De todas formas prefería dedicarme al plato que ya estaba en mi mesa.

Mi elección resultaba novedosa comparada con platos de restaurantes de otros países. Se trataba de una  suprema de pollo marinada en coco y especias,  apanada en panco de maní y escamas de coco con un rico puré rústico de yuca como acompañamiento. Para este plato pedí la carta de vinos, pero no encontraba algo adecuado. Cuando le expliqué al caribeño mozo que me interesaba un syrah, comenzó a hurgar en el bar y de pronto llegó con una botella que no estaba en la carta, una impresionante botella de Las Casas del Toqui Syrah reserva del 2006. Fantástico descubrimiento y al precio de las que estaban en la carta.

Un plato escandalosamente sabroso que disfruté lentamente mientras bebía ese notable vino. Para el postre, no resistí la tentación de probar uno 100% dominicano, un  plátano al caldero con helado. Una delicia aunque algo empalagosa.

Interesante la oferta de este lugar, debe mejorar el déficit atencional de los mozos pero la cocina está muy buena.

 

Un nuevo Krrtrekking para disfrutar la ciudad (lo que queda)

Tras un lamentable accidente que sufrí en una competencia de MTB, he debido permanecer en la ciudad, encerrado en santiasco, ya que no tengo habilitado para otras correrías mi brazo derecho. Sin posibilidad de ir a la montaña ni andar en cleta, la opción es caminar, caminar tanto como pueda y eso igual lo disfruto sin ningún pesar.

Esta mañana desperté con ganas de caminar mucho, necesitaba sentir que quemaba calorías, stress y esos pensamientos que el cansancio laboral y los recuerdos que a veces despiertan y que no hacen bien.

Cargué mi cámara y otros accesorios y comencé el viaje hacia el MAVI, el museo de artes visuales en barrio Lastarria, una exposición deliciosa llamada El Progreso del amor de José Pedro Godoy me dio la bienvenida. Una delicia de sensualidad y erotismo en piezas magníficas y que juegan con el imaginario del ser humano y de toda la naturaleza en permanente ejercicio del amor. Recorrí además una variopinta muestra de arte de los 90 con diversos autores colaboradores del proyecto MAVI.

Los pasos siguientes me llevarían directo al Museo de bellas Artes, MNBA, mi museo favorito desde el fin de la dictadura, donde siempre encuentro algo notable para disfrutar. En esta ocasión, las revisiones históricas que solo este museo puede hacer dada la gran cantidad de obras que almacena, además una nueva revisión a la sorprendente muestra del arte de Gonzalo Mezza en el subterráneo.

La siguiente estación de este krrtrekking era por supuesto, el MAC en donde lentamente recorrí la nueva exposición de esculturas en el primer piso, las sorprendentes y potentes fotografías de Andrés Racz en el zócalo. Qué vida la de este artista comprometido!!

Continuando la caminata, me fui hacia el Centro Cultural Estación Mapocho en donde se encontraba una muestra impresionante de maquetas de arquitectura basada en madera, decenas de proyectos para los lugares más insólitos, con miradas ecológicas, pensando en el bienestar holístico que pocas veces se logra en la realidad. Me encantaría que esos proyectos se construyeran y dejarán de ser solo buenas intenciones.

Esta incursión al viejo edificio me permitió hacer una exquisita sesión de fotografías resgistrando la belleza de la construcción de fierro que sostiene este monumental edificio. Les dejo el link para que lo disfruten.

Concluido el paseo por los museos, comencé a acercarme hacia el cerro San Cristóbal, mi oportunidad para hacer un ascenso. Caminé zigzageando por el barrio Recoleta, el barrio Bellavista (tomando algunas fotografías de arte callejero) y llegué a la entrada Pío Nono para comenzar a acercarme al sendero Zorro Vidal a partir del cual en 20 minutos llego a la cumbre del cerro San Cristóbal. Es curioso, pero en cleta hago el mismo tiempo hasta la cumbre por la entrada de Pedro de Valdivia Norte. Una delicia de paseo!!

En la cumbre, exigí (bueno, compré) mi premio habitual, un jugo de mote con huesillos que disfruté lentamente mientras miraba detrás del smog la extensa ciudad y secaba al sol mi transpiración. Tras un tiempo prudente, el hambre comenzó a aparecer en mi mente y cuerpo, por lo que decidí que mi destino final sería la sandwichería Ciudad Vieja, un sitio pecaminoso de Bellavista porque es defintivamente irresistible.

Instalado en la Ciudad Vieja, busqué en la carta el más sabroso de los sandwiches y ese, a no dudar,  era un chivito, algo que conocí en Uruguay y que se me hace agua la boca cuando lo recuerdo. Pan frica, lechuga, mayonesa, un bistec de vacuno, pepinillos, jamón, un rico huevo frito, tocino y queso derretido. Una sana diversión, ni tanto pero demasiado rico!!!

Buen paseo, ya vendrá otro.

 

Waldini : en nuevo local pero igual de rico

Este sitio de comida italiana se movió unos pocos metros en la misma calle y ahora quedó incluido en el bullicioso Patio Bellavista pero con unas instalaciones ideales para un buen disfrute. El local anterior era muy pequeño, pero la calidad de su cocina lo instaló rápidamente en mi lista de favoritos.

Partimos como es habitual con unas botellas de agua mineral, preámbulo de los sabores que esperábamos disfrutar. De la carta elegimos una Rústica y unos ravioles con ricota y nueces, platos que decidimos acompañar con una innovación, pues seleccionamos un Tamaya reserva sauvignon blanc que nos sorprendió gratamente.

Música suave, buena atención y sobretodo buena cocina. Para los postres, nada mejor que Tiramisú y buen café negro.

Magno Club : una cena magnífica

Esta noche buscamos un lugar tranquilo y que tuviese una gastronomía de buen nivel y tras ir descartando sitios mientras nos adentrábamos en el barrio Bellavista llegamos a un lugar del cual guardo buenas experiencias.

Partimos con tragos novedosos, un Puro Chile y un Ultrvioleta, sorprendentes por su originalidad y buen gusto. Un sitio armado con prolijidad para generar experiencias inolvidables, buen servicio, buena música y sobretodo buena calidad.

Los platos de fondo, aprovechando la ecléctica oferta, se inclinaron por unos sorrentinos rellenos y una lasaña de mariscos, acompañados de un rico ensamblaje de merlot y malbec Corralillo. Una delicia bien preparada y presentada en toda esa atmósfera placentera que posee este lugar. Un acierto!

Para los postres, decidimos compartir una selección de tartas criollas y un creme bruleé, delicias que se potencian con buen café negro. Una cena espectacular, bien conversada y sobretodo disfrutada.

 

Esquina de Dioses : exquisita cena

Un sitio que no está precisamente en una esquina sino al lado de Santiago Colonial y del Azul Profundo, pero que tiene personalidad para existir. Apenas llegaba y recibí un pisco sour shot, una delicia de bienvenida.

Partí con un agua mineral sin gas para limpiar las tripas y disfrutar lo que vendría, una causa de caballa (delicioso pez) que me animó para el siguiente plato, un picante de lomo y papas que se merecía un buen malbec Caliterra Tributo 2009 además de los pancitos calientes con dos exquisitas salsas de untar. La música electrónica acompañante, se devino exquisita mientas disfrutaba esta cena.

Tras esta cena potente, un postre delicioso, una mazamorra morada y un caliente café negro cerraron esta primera cena en este lugar, que por cierto promete, no solo por sus sabores sino especialmente por su buena atención.

Esquina de Dioses, volveré por más!!

The Aubrey Dining Room : un almuerzo increíble

Tentando a la suerte, fuimos un día domingo a almorzar al lindo hotel boutique de las faldas del Cerro San Cristóbal, otrora sede del Pasta & Vino que disfruté tiempo atrás.

El lugar hermoso como siempre y afortunadamente con muy poca concurrencia, por lo cual disfrutaríamos la ventaja de toda la atención. Cómo me fascinan esas sillas Valdés del comedor!!

Partimos con un buen kir royale muy bien preparado y mientras llegaba la entrada que compartiríamos, pulpo crocante, nos regalaron unos appetizers del chef, unos bocaditos con verduras y especias forrado en pepino, deliciosos.

Para los fondos, exploramos a conciencia la carta pues a pesar de ser muy breve, cada plato es una conjunción de sabores. La selección fue una albacora con hongos y un ravioli rellenos de salmón, bien acompañados de una botella Loma Larga Pinot Noir 2010. Un verdadero festín en la belleza del lugar, la tranquilidad y la buena música ambiental.

No podíamos terminar este exquisito almuerzo sin regalonearnos con los postres, un mousse de chocolate y una delicia de maracuyá.

Tras el pertinente café negro, nos permitieron realizar un recorrido por la magnífica casa que fuera centro de reuniones de un importante político  de los años 30, un centro de reuniones políticas y sociales por muchos años. Que lindo trabajo de restauración y que sencilla elegancia!!

 

 

Santería : un picoteo muy rico

Una noche como muchas otras, vagando en la oscuridad con la idea de disfrutar algo rico que marcara la diferencia con otras noches.

Llegamos a Santería, en Chucre Manzur, para partir con un Cholo Sour y un Mojito Albahaca, tragos muy interesantes en el universo del disfruten de este viejo lugar.

Una conversación intensa acompañada de la buena música del lugar, a pesar de haber cenado antes , aún podíamos gozar unos Camarones apanados y unas cpas de buen vino.

La comida solo es una excusa para prolongar el disfrute de una noche.

 

PezToro : disfrutando acompañado

Cómo ya había tenido la oportunidad de disfrutar este sitio, hoy que andaba acompañado fue una buena opción elegirlo para cenar.

Mi partner algo inapetente se decidió por una ensalada peztoro (con trozos de salmón y abundante lechuga). En cambio, yo me fui directo a algo sabroso y abundante y pedí una piadina dello chef con jamón crudo, queso y tomates.

Con propiedad puede decirse que es una cocina mediterránea y bastante creativa, además de su fantástico servicio y una cava de primera. De hecho, hoy había un sommelier atendiendo en la rica terraza, quien estuvo excepcional compartiendo con nosotros datos de vinos y comparando perspectivas acerca de la temperatura adecuada para nuestro pinot noir Casablanca Matetic Corralillo que habíamos elegido para nuestra cena.

PezToro se perfila como un lugar de buen comer a pesar de una carta orientada a la comida al paso, pero de una calidad extraordinaria.