Una noche muy esperada para los que somos fanáticos de esta banda de blues, la que por más de 9 años he tenido la fortuna de disfrutar.
Con nueva formación, salvo por el infaltable Gatillo Gerard, espíritu sacrosanto de la creación y el arte del error, los nuevos músicos le entregan nuevos aires y sobretodo buena onda a la banda. El Difunto Flores, un contrapunto notable a la guitarra virtuosa de Gatillo, el profeta del Silencio, un bajo que se hace notar sin palabras y el gran batero, el Señor Arenas.
Diez años de banda es un prodigio en nuestro país y más aún cuando se cultiva un género tan especial como el blues; que además de música, buenas letras es también teatro blues. Cada espectáculo es un continuo de sorpresas y virtuosismo en escena, pueden ser las mismas canciones que he escuchado cientos de veces, pero cada tocata las hace única. Ese es el mayor encanto de Bluseros, revivir de sus tumbas para hacer el nacimiento de un nuevo show, único e irrepetible.
Teloneados por una sorprendente banda -Atómico- llena de energía y gran música, fue una grata sorpresa. Felicitaciones muchachos!!!. Sin embargo, el plato fuerte tenía nombre y una vez instalados en el escenario, los Bluseros nos hicieron viajar encumbrados en el blues y encantados en la magia de cada giro escénico, de cada nueva ocurrencia y teatralización. Desde un literal reinicio de Gatillo (al son del odioso acorde de Windows) hasta ese temazo «Teresa» con Gatillo a la guitarra y Victor Martínez en violín, una delicia!!!.
El lugar Bar2, es pequeño pero ello aseguró esa sensación de complicidad e intimidad que me gusta disfrutar en las tocatas de esta banda.
Felicidades chicos, feliz aniversario!!!