Una película del mismo director de Pi, complejo e interesante como siempre. Aronofsky me da una sorpresa en este caso. Me desnuda el corazón y me hace cómplice de su historia. Acaso alguien se negaría a hacer todo, más que todo, por la persona que ama. Yo por lo menos, daría mi vida por quien amo y no me arrepiento de decirlo. Llegó a mis manos bien recomendada.
El director juega con arquetipos, juega con nuestra capacidad de sentir y me gusta. La búsqueda de la vida eterna, al menos, de la sobrevida de quien amas y que sufre una enfermedad incurable. La pélícula acude a varios planos, el presente formado por un médico-investigador y su mujer enferma, el viajero cósmico atrapando verdades trascendentes y el conquistador español. Bonito contrapunto, vertiginosos sentimientos, es una provocación que me saca lagrimas y sin embargo, me hace pensar en los límites del ser humano. Finalmente, ella muere, a pesar de sus esfuerzos, no puede hacer nada al respecto. Un gran golpe al ego.
Una gran película, nos muestra lo mejor del ser humano y nos provoca acerca de los límites de la vida.