Una relación pornográfica : una obra inquisidora

Tener a Cecilia Roth y Darío Grandinetti en Chile es un lujo para el teatro chileno y queda de manifiesto cuando entre la audiencia se encuentra a más actores chilenos que público en general. No nos conocemos es la consigna.

Un anuncio de contactos sexuales lleva  a esta pareja a encontrarse en un lugar cualquiera para cumplir una fantasía sexual, sin compromisos, sin historia y sobre todo sin consecuencias.

Tener buen sexo es algo maravilloso y no tengo disputa, pero esta relación avanza poco a poco en la incertidumbre, en la inevitable duda de saber del otro, de adivinar esos porqué e incluso esos para qué, que convierten la relación en una prueba constante de esa relatividad que inunda a estas parejas de arrabal, estos intentos de libertad y locura que se topan con las creencias y esos arraigos históricos, creencia después de todo, que hacen que no haya escapatoria para sentirse enamorados, sentir que hay algo más y que llaman al tormento y al temor de no ser correspondidos porque se supone que no debe ocurrir.

Formidable actuación de ambos argentinos y una lección para nuestra limitada mirada acerca de las relaciones amorosas, porqué debemos corresponder a los deseos de otro?, para qué nos relacionamos si no tenemos propósitos propios?, debemos seguir el ritmo de la música que pone el entorno o no?. El desenlace, inteligente por lo demás, provoca al espectador a considerar que lo deseable, lo correcto, quizás no lo es. La pasión es finalmente la medida de una relación de largo plazo.

Extraordinaria!!!

Amores de Cantina : amores y desamores

Un escenario con sillas en las que diversos personajes ocupan un lugar trágico en una cantina imaginaria en que están todos los representantes de nuestra cultura arrabalera, frenéticamente «shanta» y sobretodo popular. El amor y el desamor como tema central hace que cada personaje se exprese en su angustia y poderosa precariedad para construir su historia. Desde la mina del dueño, el mino que se come a la mina del dueño,  y los fantasmas de todos los personajes de cantina.

Una delicia de aciertos musicales, con una María Izquierdo formidable como el fantasma omnipresente entre tanta precariedad emocional y deslizándose ingeniosa entre las décimas de dolor y marginalidad que es el centro de esta increíble obra.

El tiempo pasa presuroso mientras los cantos y los dolores de estos personajes toman rienda suelta en la escena. La maravilla que crea en décimas Juan Radrigán es amplificada por la versatilidad y talento de estos personajes de cantina, deseosos de atención y hambrientos de amor, que motiva toda esta deliciosa obra.

Encantadora, los fantasmas y los sufridos personajes dejan una huella indeleble en la retina y el corazón, estos amores de cantina son los amores que también hemos tenido siempre.

Aida : ópera del amor trágico

Deseaba enormemente ver esta obra, algo esquiva estos últimos años pero merecedora de mis deseos pues es una gran ópera clásica de Verdi. A la hora definida, estaba ocupando mi palco central preferido, con un calor terrible, algo que nunca se ha solucionado en este hermoso teatro.

Con una puesta en escena formidable y de gran complejidad, despliega escenarios increíbles, iluminación, coros, muchos contrapuntos vocales entre los protagonistas, todo animado por el diseño escénico de Michael Hamp y el acompañamiento de una orquesta formidable bajo la dirección de Pedro Pablo Prudencio.

La historia es magnífica, situada en el Egipto de los faraones, se presenta la historia del trágico amor entre Aida, una princesa etíope que se encuentra como esclava en Egipto, y Radamés, militar egipcio y comandante de las fuerzas que ocuparon su tierra. Como es apropiado, a este amor imposible se oponen Amonasro, padre de Aida, que exige venganza por el rapto de su hija y la conquista de su tierra, y Amneris, hija del rey, que también ama a Radamés, sin ser correspondida. Una triste y compleja historia de amores imposibles en donde las grandes voces y sus duelos vocales sincrónicos dan vida a esta extraordinaria obra.

Deliciosa ópera, escenarios increíbles y voces maravillosas.

Simon Boccanegra : ópera de las pasiones intensas

Como pocas veces me ha ocurrido, en esta ocasión fui el invitado a disfrutar de esta famosa ópera de Verdi en el Teatro Municipal. Concertados para estar 15 minutos antes en el acceso del teatro, tras una breve puesta al día, nos dirigimos a unas estupendas ubicaciones en el palco 21 del segundo nivel, uno de mis sectores preferidos para gozar a mis anchas una ópera o un ballet y en primera fila como corresponde.

A la hora definida, la orquesta filarmónica completa su rito inicial para la aparición del gran José Luis Dominguez, director cada vez más potente de esta orquesta, en la cual curiosamente militan además dos buenos amigos polacos, con quienes hemos disfrutado algunos paseos a la montaña altiplánica.

Esta  obra de Verdi es primera vez que la puedo gozar, lo cual me hace especialmente feliz, ya que el personaje Boccanegra tiene un sino muy peculiar, llega al poder como Dux de Génova en el siglo XIII no por ambición, sino porque el pueblo se lo pide y a su especial sencillez añade que su mayor ambición era su amor por María, su circunstancial pareja y que luego fue recluida por el padre de ella para evitar que se pudieran juntar. Así una temprana muerte de María, deja el espacio para un amor imperecedero por la hija de ambos, desaparecida inexplicablemente y que aparecerá más adelante como hija adoptiva de su propio abuelo. Una historia de pasiones lindas e intensas, Boccanegra, por una parte tirano, es al mismo tiempo un hombre justo y amoroso. Rodeado de intrigas de palacio, enemigos de las clases aristocráticas y otras yerbas, la ópera prosigue con su deliciosa música ahondando en las pasiones humanas, que como siempre, o casi siempre, terminan en tragedia. Boccanegra envenenado por un enamorado despechado de su hija, defendido por un yerno traidor sin saberlo y apoyado por su mayor enemigo, el suegro.

Me gustó esta obra, sencilla escenografía pero contundente en textos y música, como pocas. Siento que Verdi, logra algo excepcional en esta historia basada en gran parte en hechos reales y que nos muestra que la realidad a veces supera a la ficción, pero que finalmente es una excusa para exponer los sentimientos humanos en su más desnuda cualidad.

La ópera sigue siendo una maravilla para disfrutar cualquier día en Santiasco!!

Daddy’s always right : preciosa obra

Cuando compré mis abonos para Santiago a mil e incluí esta obra no me percaté que eran los mismos actores de la obra El Capote, mágica casualidad ya que ellos me encantaron y esta sería una mejor oportunidad de disfrutar su arte.

El caluroso Teatro UC repleto, sospecho que había corrido la voz acerca de lo buenos que son esta pareja de actores búlgaros. Maestros del clown teatral, usan lo mínimo como escenografía, unos rollos de algodón para crear la nieve, otros para vestir, unos ingeniosos objetos de genero, cuerdas y varillas y todo lo demás es el extraordinario  desempeño de ellos para llenarnos de ternura y hacernos ver cosas que no existen y que cobran vida ante nuestros emocionados ojos.

Basada en una obra de Hans Christian Andersen, estos maravillosos actores nos llevan en un viaje fantasioso por las torpezas de «papy» y la encantadora forma en que «mamy» logra darles sentido. Al final de cuentas, el mensaje es muy sencillo para cualquier pareja, si amas al otro lo debes aceptar tal y como es, incluso y sobretodo cuando no es tan perfecto y hace las cosas mal.

Preciosa obra, para todo público.

RAI : una delicia siempre repetible

Debo reconocer que este restaurant es un fetiche, me encanta desde siempre. Lo conocí hace años en soledad,cuando partió, luego lo disfruté hasta el clímax con mi gran amor y posteriormente he ido pausadamente unas cuantas veces, mientras me limpiaba el alma de tanta podredumbre.

Como hoy, ansioso de disfrutar algo original, sabroso e irrepetible, decidí que mi cena debía tener sabores especiales. No tuve dudas acerca de mi destino y menos sobre el resultado.

Caminé esas pocas cuadras que me separan del sitio, me instalé en una de mis mesas preferidas (elegí una que uso para leer, es decir, más iluminada) y partí por lo más típico, mi agua mineral sin gas.

Hoy había más ruido que de costumbre, una evidente reunión de féminas que ocupaban un típico sector del restaurant, nada que me impidiera seguir mis ritos. La música exquisita, buen brit pop y especialmente la increíble voz de Morcheeba, adorable.

Mirando la carta estuve a punto de pedir un fetuccini de mariscos y palta, pero finalmente me sedujo una corvina marinada al horno con una costra de coco, con jenjibre, mix de quesos montada sobre una omelette rellena con jamón serrano, espárragos y queso mozarella. Cuando llegó a mi presencia, me solacé con los cortes de  tomates perla y aceitunas negras, además de la rúcula y brotes de alfalfa que adornaban ese plato maravilloso. Para esta exquisitez no quedaba otra alternativa que pedir una botella de pinot noir y elegí un habitual William Cole Reserva a esa temperatura que ma fascina y que me adivinan en este sitio.

Extasiado con este plato y el excelente servicio, llegué a los postres. De la carta, un Parfait de frambuesas y salsa de almendras. No pude evitar el paralelo con el kuffi de la comida india, algo que me encanta mucho más que los recuerdos que tengo de quien me acompañaba en estos disfrutes años atrás. Delicioso!!!

En vez de un café, preferí para el cierre un buen ron panameño y no me equivoqué.

Grande RAI, buena cocina de autor, buena atención y mejores sabores.

La Bohème : la tragedia de un gran amor

La obra más conocida y celebrada de Puccini era hoy el plato fuerte del menú cultural de Santiasco. La ópera para mí se ha convertido en un verdadero espectáculo y una delicia para los sentidos.

Un Teatro Municipal repleto, mucho «pintamono producido» (trajes de gala y eso), aunque solo es un dato del lugar y puede considerarse un ruido visual que desaparece en la oscuridad, cuando comienza la obra.

Orquesta filarmónica, coros en escena (de adultos y niños) y el despliegue formidable de las escenografías. Es mágico como consiguen en pocos minutos transformar el escenario del teatro en vívidas escenas arquitectónicas, donde amanece, es de día o noche o puede nevar, en fin, mis aplausos sostenidos a los magos del Municipal.

La historia es fuerte, hermosa y trágica a la vez. Un poeta, un pintor, un filósofo y un músico, pobres como ratas, unidos en la miseria y la alegría de ser libres en la sociedad, viven en una buhardilla sucia y fría. Tan fría que incluso deben quemar los textos del poeta para calentarse un poco.

Por esas casualidades que la vida siempre nos da, el poeta Rodolfo conoce a Mimí y en menos de lo que se cuentan sus vidas, se enamoran perdidamente. Rodolfo le dice que es un poeta, que se dedica a escribir, que vive simplemente viviendo y que su alma es millonaria. Mimí, una sencilla costurera, gusta de las cosas que saben a hechizos, que hablan de amor y de primaveras, de sueños y poesía. Que linda no?

En un tomar de manos, las heladas manos de Mimí, se enamoran y Rodolfo sale con su Pequeña a juntarse con sus amigos. El segundo acto es notable, una plaza y un café (Momus) con mucha gente, bullicioso, llena de niños, vendedores, parejas y curiosos. Hacia el final del acto, la mezcla de todas las voces llega a erizar los vellos, es el bullir de la vida y la alegría de amar.

El tercer acto, es el que más me tocó, ocurre en un zona de aduana en el amanecer. Mimí, muy enferma (tose sangre) llega buscando a Rodolfo quien se refugió en la casa en que el pintor (Marcelo) está viviendo con su amante. Allí le cuenta a Marcelo que ella necesita a su amor y éste le rehuye. De pronto, aparece el poeta Rodolfo y Mimí se esconde. Rodolfo desnuda su verdad a Marcelo, ha dejado a Mimí porque el no puede evitar, en su pobreza, que el frío acelere la enfermedad de Mimí, sintiéndose culpable de dañar a su pequeñita. Mimí se aparece y se juran nuevamente acompañarse ese invierno (porque es triste el invierno solo) y separarse en primavera, cuando el sol puede acompañar a Mimí. El amor profundo contrastado en los cantos con la pelea que inician Marcelo y su amante, uno celoso y ella reclamando su libertad sexual, porque él no es su marido.

El cuarto acto, vuelve a ubicarse en la buhardilla de los miserables. A ella llega en estado agónico Mimí y en una triste y tremenda escena, tras haber estado viviendo con otra persona, Mimí, vuelve a morir a los brazos de su amado poeta. Ufff, un drama impresionante.

Bellísima puesta en escena, voces impecables, actuaciones perfectas y la música divina y precisa, para dar un todo dramático magnífico.

La Bohème, la historia de un verdadero amor.