Viernes. El día deseado por todos, el día de hacer algo delicioso que cierre una semana cargada de trabajo y poco disfrute. Reservé una mesa con vista ala pérgola para sentir la energía primaveral y disfrutar del clásico restoran Sibaritas. Muebles clásicos combinados con bonitos y modernos cuadros de pinturas, le dan un toque más informal al ambiente.
Pedimos un menú de degustación, una excelente forma de probar variados y ricos sabores; partimos con tres ensaladas muy elaboradas y sabrosas, los platos de fondo, una trucha rellena sobre un cerro de verduras cocidas, francamente delicioso y un filete delicadamente adobado acompañado con papas a la crema, maravilloso. Un vino reserva de Tabalí le dio el toque de excelencia. cerramos con un plato de tres postres, tres sabores más que anotar.
El servicio es de lo mejor que he podido probar. Ojalá muchos restoranes aprendieran lo que se juegan con los mozos, un buen servicio no solo se agradece sino que hace que la experiencia de placer se amplifique. Muy bien.
Me dará mucho gusto volver de vez en cuando a este rico restoran.