Vuelvo al RAI por «obligación» : me lo merecía!

Cuando estuve la última vez en este lindo lugar, los habituales desaciertos de los POS basados en celulares de Transbank, hicieron que pagara dos veces la cuenta y además por dos valores distintos. Tratemos de explicarlo!

Para fortuna mía, la administración ofreció a darme crédito por el valor mayor pagado en exceso y solo bastaba que volviera a aparecer por allí. Hoy era el día preciso, intenso y hasta desgastador, era imprescindible algún placer.

Llegué tras una jornada extenuante, pero con las ganas que siempre tengo de disfrutar algo rico. Desde el comienzo, la complicidad fue total, el mozo, un muchacho notable que me rec onoció al instante y la administradora, a quien saludé en sensual beso (es una mujer estupenda) y el restorán a mi disposición. No había nadie más, por lo que elegir fue un placer.

Fui atendido con extrema delicadeza, demasiado rico el regaloneo. Partí  con una copa de kir royale, un aperitivo neutro y delicioso, mientras exploraba la nueva carta, claramente en marcha blanca.

Me pareció una buena opción probar como entrada un dúo de brochetas, un plato con un par pinchos cargados de camarones ecuatorianos y un pincho con tentáculos de pulpo formando un círculo y montado sobre un pote de pebre de mote casero. Todos los pinchos con una salsa BBQ de membrillo. Un plato increíble!!

Previo a la entrada, dejaron mi rico aperitivo y unos panecillos calientes y una salsa de untar exquisita, que no pude resistir la tentación de probar. Para los fondos, habían varias opciones extremadamente seductoras, pero me entusiasmé con un mero RAI, filetes del rico pescado de rocas acompañado de un risotto de mote y queso de cabra. Sobre el risotto unas almejas sabrosas que fueron un detalle formidable para hacer una mezcla de sabores irresistible. Por cierto, para un plato así no cabía otra opción que un pinot noir de Tabalí 2009, del increíble valle de Limarí.

Una cena merecida de todas formas y animada por todas las casualidades afortunadas del placer. Pero no podía irme sin cerrar con un disfrute más, pedí un strudel de frutos secos fantástico y un buen café negro. Ni me di cuenta de como fueron ocupándose las mesas alrededor, ya que extasiado con mi cena y escuchando una selección de música al estilo Budha Bar y jazz singers, no me dejó preocuparme de nada más.

No pudo ser mejor esta noche, nuevamente RAI me sorprende con grandes disfrutes!!!

un día intenso : vuelve el krrtrekking

He tenido jornadas laborales tan intensas que he debido concentrar actividades en días viernes y fines de semanas para poder hacer lo que más me gusta. Es un periodo de exceso de trabajo, por lo que la compensación debe ser igualmente intensa. He aquí mi fórmula del equilibrio.

Partí por asistir a una deliciosa sesión de choripanes, un formato sabroso de reunión con mi equipo de trabajo y una suerte de replica del cumpleaños de uno de los miembros del equipo quien posee una bien lograda afición por cocinar y disfrutar la comida. Nada mejor para mis gustos.

Instalados en la terraza del departamento, una parrilla eléctrica para las carnes y  los bebestibles y complementos (incluyendo un enorme filete de vacuno) corrieron por cuenta de los invitados, con lo cual aseguramos tener más que suficiente para disfrutar un excelente tiempo juntos. Estuvo divertido y sabroso, pero debí abandonar pues tenía entradas para el teatro. Hoy era la última función de la selección de teatro argentino que el Teatro Noescafé ´preparó para este año.

Debo confesar que habiendo sido excepcionales las tres obras anteriores (El Filoso Fo, 39 escalones y Un dios salvaje), mis expectativas eran descomunales. La obra que se presentaba, El Descenso del Monte Morgan, contaba con un guión delicioso de Arthur Miller y buenos actores argentinos, pero me quedé con la sensación de estar un tanto sobreactuados. Es una obra sobre un tipo que había encontrado la fórmula de la felicidad siendo bígamo y un desgraciado accidente de carretera (descendiendo el monte Morgan, por supuesto) provoca la debacle, al juntar a sus dos cónyuges en el hospital. Muy divertida y bien lograda en lo general, pero de todas formas me quedo con las tres obras anteriores.

A la salida, un poco de hambre nos llevó hacia El Ancla, para disfrutar un ceviche imperial (exquisita combinación de pescado, camarones y pulpo con los ricos ingredientes típicos de un buen ceviche peruano) acompañado de un buen pisco sour y luego seguir con un rico plato de locos con potes de salsas y papas mayo. Un festín sano y reponedor para enfrentar el siguiente evento.

Pasada la medianoche, un espectáculo de música electrónica único, DJ Caso, DJ Bitman y DJ Caso, todos juntos en una tocata a todo volumen llamada United Breaks. Una larga fila debimos hacer para ingresar a las catacumbas del Subterráneo (hace años que no lo visitaba), llenísimo de gente prendida con los buenos cortes y temas de cada DJ. Fue un espectáculo intenso y non stop con seis consolas en las manos virtuosas de los mejores DJ’s nacionales.

Ya bastante tarde, partimos junto a mi hermano a rematar la noche a uno de los pocos lugares activos, el LunaPub, en donde pedimos unos ricos tragos y una tabla mediterránea, quesos variados, aceitunas y jamón serrano. Un cierre de madrugada para un día de disfrutes muy intenso.

Viola Guita : notable sorpresa musical

Me llamó la atención de manera intempestiva, viola da gamba (viola de pierna para distinguirla de la viola de braccio) y guitarra flamenca en un lugar de jazz (Bellavista Jazz Club). Nada más atractivo para un día común.

Recordé de inmediato el entusiasmo de mi amigo David (Malayos) quien me había regalado meses atrás unas grabaciones inéditas de textos musicales antiguos para este instrumento y que tanto placer me habían dado. Mhhhh, instrumentos antiguos y música moderna, una mezcla que debía vivenciar.

Alberto Faraggi, guitarrista del flamenco de gran especialización y de nacimiento autodidacta según sus propias palabras, hace un dúo maravilloso con su compañero, Luciano Taulis, con quién se conoce desde quinto básico y como bien dice Alberto, tocan, disfrutan y hasta de equivocan juntos. Una amalgama de talento y pasión por la música seria con sones modernos y que en esta noche dieron una demostración contundente del material que poseen y que pronto debiera ser un estupendo disco.

Un poco desordenado en los preparativos hasta que,  un poco retrasados, se inicia la sesión con un virtuoso solo de guitarra que es seguido por otro no menos notable de viola y de pronto se enlazan en el dueto para darnos una muestra maravillosa de lo que hacen estos muchachos. Hielos eternos, Infinitango (incluido un potente poema declamado por Alberto) y esa hermosa canción de cuna (o Canción para un niño feliz que por más de 12 minutos nos llenó el alma de vibraciones celestiales).

La viola está íntimamente emparentada con la guitarra, con un origen muy antiguo (siglo 15). De hecho, Luciano me explica que son tan parecidas que salvo porque se afinan un poco distinto todo lo tienen en común (cuerdas y puentes). No cabe duda que Luciano y Alberto vibran con su pasión musical.

Un espectáculo precioso y aunque no se llenó el local, estaba repleto de entusiastas seguidores y admiradores del arte de estos chicos virtuosos. Mientras bebía un delicioso absolut kurrant y disfrutaba una selección de empanaditas gourmet, me dejé llevar por la delicia musical que con tanta fortuna presencié.

Esperando el disco con ansias!!

Día de Internet : celebrando como niños

Desde hace varios años tengo por rito esencial invitar cada 17 de mayo a todo mi equipo a celebrar el día internacional de internet, haciendo algo disfrutable que eufemísticamente lo rotulamos como un taller.

Este año, que ha sido especialmente intenso y lleno de sobre esfuerzos, era un buen momento para hacer algo verdaderamente lúdico. Así es que cuando alguien propuso ¿y porqué no vamos al Monticello?, me pareció espectacular aún a pesar del hecho que no me gustan los juegos de azar. Lo que ocurrió esta tarde, me demostró que había mucho más que eso.

Durante la mañana, mientras algunos sacábamos llamas en el teclado para avanzar rápido, algunos del equipo hicieron las pitanzas acostumbradas visitando a todos los miembros de la gerencia entusiasmándolos con nuestra celebración y regalándoles una chapita conmemorativa que diseñamos para la ocasión, además de compartirles golosinas que regamos por todas partes para el goce colectivo.

Cerca de las 13 horas partió el primer grupo mientras el resto corría para cumplir compromisos. Así, a las 14 horas salió el segundo grupo y finalmente cerca de las 14:30 logré salir con la última persona que me esperaba y caminar raudos para abordar el último vehículo rumbo al disfrute.

Un viaje veloz y más breve de lo que imaginaba, nos dejó en este curioso lugar. Parece una pequeña ciudad enclavada entre las autopistas y extrañamente silenciosa y pulcra. En el bonito restoran Santa Masa nos esperaban para nuestro almuerzo, que obviamente habíamos programado con antelación.

Aperitivos para todos, desde jugo de frutas hasta champaña, para acompañar unos ricos appetizers que desaparecieron rápidamente dada la voracidad del hambre acumulada. Pronto llegarían los fondos, tres variedades de pastas, tres opciones de salsas acompañadas de una rica copa de vino. Un almuerzo delicioso y una atención espectacular.

Este inicio gastronómico estuvo marcado por las bromas y decenas de fotografías que se subieron en línea al facebook, para compartir con los amigos que no estaban presentes. Tras los postres, terriblemente dulces y sabrosos, nos fuimos a preparar para una tarde de juegos.

La primera estación fue el bowling, donde de hecho eramos los únicos jugando y desordenando el ambiente. Hace tanto tiempo que no nos divertíamos tanto con todo el fabuloso equipo que tengo el honor de liderar. Tras dos secuencias completas de juegos y cansados de tantos esfuerzos, ya que para las chicas definitivamente los bolos son muy pesados. En la desesperación, una de ellas incluso caminó por la pista hasta unos dos metros de los palitroques y lanzó triunfante y ….., falló!!!!. Una de las escenas más chistosas de la tarde.

En patota nuevamente, nos fuimos al karting. Quién puede creer que tienen una pista y que los autos eléctricos realmente andan rápido. Nos turnamos para conducir como locos por la pista en forma de 8 con una gradiente de varios metros, suficiente para provocar algo de vértigo cuando se va con el acelerador a fondo. Deliciosa experiencia y sobretodo graciosa, es tan rico jugar como niños!!!

A estas alturas, una parte del grupo se fue a jugar a disparar con rifles electrónicos, mientras otros nos fuimos a conocer el casino. Un día de semana y gran cantidad de gente en el interior, me parecía tan extraño. Gente jugando en máquinas, lejos lo más fome que he visto. Pero en las ruletas y las mesas de cartas, parecía haber algo más interesante. Tras observar largo rato una concurrida ruleta en donde un par de chicas de mi equipo ganaron bastante dinero, pero que no pude encontrarle mayor gracia, me instalé a ver jugar black jack.

En realidad jugar a las probabilidades tiene componentes de adrenalina y mente rápida, lo que tras una larga media hora, me llevó a intentar el juego. Partí con 10 mil pesos (equivale a dos fichas del valor mínimo de postura) y comencé a experimentar. Llegué a ganar 60 mil pesos y luego del cambio del croupier, perder finalmente casi todo. Bueno, solo fueron 3 mil pesos, pero me divertí muchísimo. Hubo ganadores y otros que perdimos algo de dinero, pero la diversión fue plena para todos.

Ya cerca de las 21 horas iniciamos el retorno a Santiasco, con la cara llena de sonrisas y con la sensación de haber disfrutado un gran día de Internet.

Wasabi : una cena divertida

Esta noche alcanzada en una extensa e intensa  jornada laboral, me pareció una buena idea ir a un sitio que solo iba con alguien muy especial en mi vida. Con la distancia que el tiempo produce, era un buen momento para cenar ahí.

Me instalé en la terraza como preludio de mi ingreso, pedí un rico absolut kurant con ginger ale y una porción de gyosas para bajar las revoluciones y prepararme para mi cena. Aproveché ese grato momento para leer un rato y twittear con mi hermano, quien asistía a un evento en las cercanías y que a mí no me daba la energía para acompañar.

Una vez concluido mi prolegómeno, tomé mi libro e ingresé al lugar para servirme la cena. Revisé con paciencia la carta y elegí para partir un Deli Anchoas, por supuesto anchoas, queso crema, palta, ciboulette y todo adornado con sésamo negro. Ocho porciones deliciosas de buen sushi. Consideré como siempre la indispensable compañía de un rico vino y elegí un Errázuriz reserva Pinot Noir 2008, muy frío como me gusta.

Aunque sentía, como casi siempre me pasa con el sushi, que estaba llegando a mi punto de satisfacción, no resistí la tentación de pedir una serie de Unagui Roll, angulas envueltas en palta y cubiertas con una salsa de angulas exquisita. Fue una cena amenizada deliciosamente con un libro que ya termino de leer y que me resisto a que ocurra, me refiero evidentemente a El Libro del Desasosiego de Fernando Pessoa, extasiante!!

En este trance gustoso me encontraba cuando llega mi hermano, con quien bebemos lo que quedaba del vino mientras conversábamos poniéndonos al día de todos nuestros temas. En cierto momento, me pareció que era hora de cambiar de lugar e invité a cruzar al Calabria, un restopub simpático en donde seguimos la rica conversación gozando unos mojitos bien sabrosos.

Qué buena cena!!!

Regreso al Osaki : disfrutando cena nikkei

Han pasado unos cuantos meses desde la inauguración del Osaki, un local de comida fusión peruano-japonesa y esta noche era perfecta para una cena en dicho lugar.

Llegamos tarde tras el disfrute de una obra de teatro y el sitio estaba lleno, lo cual me alegró mucho, ya que mi experiencia anterior dejaba abierta la posibilidad que este lugar prendiera entre los amantes de la rica comida. Tan lleno que tendríamos que esperar un rato en la barra (sushi bar) mientras elegíamos el aperitivo y se desocupaba una mesa.

No alcanzamos a recibir el aperitivo, nuestra mesa regiamente ubicada nos esperaba. Hasta allí llegó el ceviche clásico con los respectivos pisco sours, combinación deliciosa.

Mientras disfrutábamos la entrada, revisamos la oferta de platos en la carta y aparecieron dos delicias, un filete huanca niku (filete al punto sobre vegetales salteados al wok con papa majada con salsa huancaína) exquisito y para mi partner una jaleita nikkei (chicharrones de pescado, camarones, calamares sobre yuquitas fritas (mandiocas) y chifles (plátanos peruanos) con un vaso de leche de tigre). Platos deliciosos, que se acompañaron felizmente con una botella de Parcela 7 un fantástico ensamblaje de Von Siebenthal 2008.

No había espacio para los postres, por lo que pasamos al café, un par de buenos cafés negros que dieron cierre a la rica cena.

Osaki, bien por la comida nikkei!!

Un dios salvaje : una delicia argentina

Esta es la tercera entrega de teatro argentino que el Teatro Noescafé de las Artes trae para deleite de los santiasqueños. Ya había pasado un tiempo de la ocasión anterior, por lo que mis expectativas eran bastante altas al saber que el director era el mismo que la obra Baraka que vi tiempo atrás..

A la hora acostumbrada nos encontramos enfrente del teatro para iniciar el disfrute, previa puesta al día con mi partner teatral. El teatro completamente lleno lo que se disfruta mucho cuando tienes entradas en la zona privilegiada que se consigue cuando se compra con adelanto. La multitud no se transforma en un problema cuando sabes que tu asiento ideal te espera.

Cuatro actores, dos matrimonios típicos de la clase acomodada y que enfrentan sus pequeñeces con la ironía y «buenas costumbres» de nuestra falsa sociedad. El hecho es que se juntan a «conversar» porque el chico de 11 años de unos de los matrimonios ataca a su amigo (el hijo del otro matrimonio) con un palo y le vuela un par de dientes. la hilarante secuencia que prosigue, poco a poco se distancia del tema nn cuestión para comenzar a incursionar «casualmente» en la convivencia de los matrimonios, los silencios y las rabia que se acumulan con los años y que, en ocasión tan propicia, comienzan a ventilarse con creciente fuerza.

Ella, alternativa total, preocupada por la humanidad y especialmente de África, intelectual a toda prueba con su marido, un empresario dedicado a la venta de ollas, todo un personaje del sarcasmo y entrenado en años de matrimonio a echar a la broma todo y a soportar como forma de vida. En el otro matrimonio, ella de aparente estupidez servil  de mina sometida y él, un gran abogado que no puede vivir desconectado de su celular. Pero nada es realmente lo que parece.

Una obra deliciosa, con muchos lugares comunes que son fácilmente reconocibles en la sociedad moderna y que muestran hasta el hartazgo la descomposición que enfrentan las parejas modernas, presionadas por el paradigma de lo correcto y cada vez más violentados por tener que reprimir sistemáticamente sus pasiones reales, sus ganas de reventar todo porque ya no soportan la impostura.

Ser o parecer, se enseñorea en el escenario, ya que atrapados en la impostura y en el deber ser, con unos tragos de más, se convierte en la catarsis necesaria para que todos puedan decir finalmente lo que verdaderamente piensan y así empiezan a ser los seres que realmente son.

Es el salvajismo interno del ser humano moderado por la necesidad de ser pacíficos y contenidos, de lo cual se burla la obra con prodigiosa maestría. Un cúmulo de tragedias cotidianas que desnudan el ser humano.

Fantástica obra, reí con ganas comprobando todas y cada una de mis hipótesis acerca de la imposibilidad de vivir en pareja sin conflicto o sin sufrimiento.

Bien por el teatro argentino, es una maravilla que vale disfrutar!!!

Genovese : nueva opción en Barrio Italia

Esta noche tenía la firme convicción que mi hambre me conduciría a un buen y nuevo lugar, por lo que salí a caminar sin rumbo preciso. Tras constatar la permanencia de varios sitios filetes y que podrían ser mi plan B, decidí explorar por calle Condell y de pronto, un nuevo sitio, con menos de un mes en marcha.

Una linda casa y un pizarrón en discreto atril anunciando tenedor libre como posible tentación. Miré a través de las ventanas y logré divisar que existía una terraza en un patio interior. Esa es una clave que jamás dejo de atender y por supuesto que decidí ingresar.

Una chica que finalmente resultaría una maravilla en calidad de servicio, me comenta -una vez que me instalé en la terraza cerca de un frondoso y cargado árbol de limón- cual es la oferta del lugar. La especialidad claramente, pastas y en una modalidad interesante para esta noche. Fettuccinis, raviolones y ñoquis, con la posibilidad de combinar con pesto casero, salsa pomodoro y salsa alfredo. Ofrecen una copa de vino y todo por un módico precio. Además hay opciones de pizzas y platos con mechadas.

Decidí innovar un poco y cambié la copa de vino por una botella de agua mineral sin gas y pedí mi primer plato, ñoquis con salsa pomodoro y una botella del mejor merlot disponible en el lugar, un gran reserva Tarapacá merlot 2008.

Un plato delicioso y abundante, lo cual no me amilanó, sino que exacerbó mi apetito y pedí a continuación un plato de raviolones al pesto. Estupenda elección, que disfruté largamente mientras observaba el bonito patio con sus jardineras laterales iluminadas con focos. La chica, atenta a cada movimiento de los clientes, se adelantó casi siempre a mis pensamientos y me sentí atendido como los dioses. Un lindo detalle arquitectónico es la existencia de varios arcos romanos en la construcción, imagino creados como parte de la remodelación de la casona.

Por supuesto, fiel a mis propósitos, pedí el tercer plato (solo para campeones golozos), unos fettuccinis Alfredo. Reconozco que no fui capaz de comerlo completo, pero si el 80% del delicioso plato tan bien acompañado con el vino elegido. La música noventera a volumen adecuado es una buena opción del restoran.

Bueno, no quedó espacio para el postre, pero si para un buen café, el cual llegó preciso en manos de la atenta chica. Me di por satisfecho con plenitud, este lugar promete!!!

Ciudad de México : un nuevo sitio para disfrutar

Ocupa la misma casa de un antro al que nunca quise ingresar, la Picada de Lucho Jara, siempre me pareció inaceptable aunque estuviera al frente del La mitad del mundo. Sin embargo,  desde hace un mes aloja a un restoran decente y mexicano, una de las delicias gastronómicas que me gusta disfrutar.

Un local nada ostentoso, pero ambientado muy a la mexicana, con colores cálidos, cuadros acerca de la cotidiana relación entre la vida y la muerte (algo iconográfico de la pintura mexicana), además de los típicos adornos tradicionales de papel picado. El lugar definitivamente bien ambientado.

Para llevar menos de dos meses al aire, sorprende con bastante gente y una pertinente atención de amables mozos. Mientras se escuchan sabrosas baladas mexicanas, pido mi tequila blue de la casa para comenzar el disfrute.

Partí con unas quesadillas que imaginaba un plato sencillo y frugal y de pronto me encontré con un enorme plato de quesadillas mixtas (pedí una combinación con carne de res, pollo y camarones completamente fuera de la carta), magnífico!!.  la combinación de tomate, aceitunas y salsa mexicana me extasió.

La carta del sitio es sencilla pero linda y fascinante,  por ejemplo, tiene fajitas para armar en tres pasos, ideal para cuando se va en grupo. Pedí una botella de vino de un buen ensamblaje, un Montes Limited Selection 2010, una rica mezcla de cabernet sauvignon y carmenere, un vino de apreciable acidez y gran volumen.

Hambriento como siempre, o casi siempre, me entusiasmé con otro plato. Pedí un taco al macho, un tremendo plato con pollo, tocino, pimentón, queso fundido y cebolla, que fue una delicia de sabores.

Desbordado con tantos ricos sabores y la abundancia de esta cena, intenté pedir un postre, pero me arrepentí a tiempo ya que era demasiado y solo había espacio para un café negro.

Rico lugar, sencillo, sabroso, abundante y bien atendido, merece ser revisitado!!

Pizza & Pasta en Squadritto

Hace poco tiempo que justo al lado del conocido y rico restoran italiano Squadritto, abrieron un sitio de corte más informal aunque no menos bonito, para disfrutar pizzas, pastas y tablas italianas.

Ya lo había identificado en mis incursiones en cleta por el barrio Lastarria y hoy que me reunía con una gran amiga a disfrutar de una buena conversación, fue mi natural elección.

Esta noche fuimos los únicos clientes y por eso, contamos con toda la atención de las mozas. Me gusta eso, aunque solo se da en buenos restoranes que como éste, todavía no son descubiertos. Si bien Squadritto es famoso hace bastante más de una década, esta nueva área es de reciente creación, pero con la misma calidad y buen servicio que siempre agradezco.

Antes de iniciar nuestra siempre disfrutable conversación que nos lleva por países, culturas, política, análisis sociológicos y cuanta lesera fluye por nuestras mentes, pedimos unas pizzas a la piedra, una quattro formaggi (cuatro quesos) y una Alessandro (anchoas, alcaparras y aceitunas), las que acompañamos con una botella de reserva Barrica Selection de Santa Carolina 2009. Después de todo, la conversación es una excusa para disfrutar un buen rato, comer algo rico también es una justificación para conversar  y finalmente sentirnos vivos.

El sabor de estas pizzas finamente preparadas y el exquisito vino, animaron esta nutritiva interacción con mi entrañable amiga y reciente autora de un blog delicioso que leo a diario. Embalados en nuestra conversación, cerramos bebiendo lentamente un buen ron.

Qué rico es Squadritto!!!