Domingo familiar

Varias semanas han pasado desde que vimos a los viejos, así es que este domingo, tocaba visita. Mis viejos no se manejan con horarios, por lo que pude dormir más de la cuenta y partir después de las 15 a almorzar en su casa.

No será el mejor restorán, pero el pastel de papas es maravilloso, sobretodo después de una rica entrada de choritos y cebollines. Un buen acompañamiento de vinos (siempre les llevo algo para que prueben filetillos tintos), dio comparsa a una animada reunión familiar que se extendió hasta pasadas las 20 horas.

Aprovechamos con mi hermano de subvertirlos un poco mostrándoles las linduras el sistema con una buena película de Michael Moore, Sick-O, acerca del sistema de salud norteamericano (¿nos habrán copiado?). Nunca es tarde para que los viejos vean la luz.

Retornando en el metro, conversábamos con mi hermano, que diablos se podrá hacer para que más gente sea consciente de la perversidad del sistema en que vivimos. Y después de ser conscientes qué?

Quedamos con tarea.

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